Martín Moreno-Durán
19/11/2014 - 12:00 am
El factor Montiel
+Arturo Montiel y su orden de arresto internacional +Padrino político de EPN busca diputación federal Enrique Peña Nieto carga un fiambre político sobre su espalda: Arturo Montiel. El tío Arturo. El padrino político del hoy presidente de México a quien tanto le debe. El derrotado en su carrera presidencial pero consolado con el arribo de […]
+Arturo Montiel y su orden de arresto internacional
+Padrino político de EPN busca diputación federal
Enrique Peña Nieto carga un fiambre político sobre su espalda: Arturo Montiel. El tío Arturo. El padrino político del hoy presidente de México a quien tanto le debe. El derrotado en su carrera presidencial pero consolado con el arribo de Peña a Los Pinos. El ex gobernador mexiquense multimillonario y jamás investigado realmente. El personaje apestado que hoy quiere regresar a la política.
Montiel, otro hijo pródigo del Grupo Atlacomulco, no es solamente uno de los políticos con mayor desprestigio – aunque poderoso aún-, del país. Sus locuras de poder lo clasifican hoy como un ciudadano con orden de arresto internacional por sustracción de menores: sus propios hijos, Sofía y Adrián, quienes prácticamente permanecen secuestrados en el impune Estado de México desde hace casi ya tres años, y que procreó en matrimonio con la francesa Maude Versini.
El asunto no es menor: un Tribunal de gran instancia de París emitió dicha orden internacional “con difusión vía Interpol en América del Norte, Central y Sur y Europa, en contra de Arturo Montiel”. (El País. Paula Chouza. 18/XI/2014).
Es decir: Montiel no puede salir de México, y si lo hace, será arrestado como cualquier delincuente.
Sin embargo, en México, la protección para Montiel es absoluta.
A Montiel lo protege Peña Nieto.
A Montiel lo protege el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, quien acudió al “tío Arturo” para evitar que Peña Nieto lo sacara del Edomex y llevarlo al gabinete con el propósito de que el peñismo volviera a apoderarse del control político de la entidad. A Eruviel le funcionó la estrategia y permanece todavía en la gubernatura, gracias a Montiel.
Aún más: a Montiel lo protegen la PGR, Relaciones Exteriores, y todas las instancias de gobierno al servicio del poderoso grupo político mexiquense. Todo el apoyo oficial al tío Arturo.
Lo confirma así la reportera Paula Chouza, de El País:
“Este diario ha preguntado a la secretaría de Relaciones Exteriores si las autoridades francesas les habían notificado al respecto, y a la PGR de qué forma Interpol dio difusión a la orden de arresto. Después de casi una semana, ninguna de las dos dependencias atendieron las consultas”.
¡No molesten al tío Arturo!
*****
Hoy, Arturo Montiel – un ex gobernador del Edomex brutalmente enriquecido durante su gobierno, con múltiples propiedades en México y una más en París-, quiere regresar a la arena política como diputado federal en 2015 por dos motivos: para intentar limpiar su nombre y porque nunca está de más el fuero constitucional ante una orden de arresto internacional.
Montiel es un hombre millonario.
Son públicas sus múltiples propiedades en el estado de México. Casa de playa en Careyes, Jalisco. Su departamento en París, que hoy habita Versini. Con un sueldo promedio de 143 mil pesos mensuales cuando era gobernador, Montiel tiene una fortuna tan considerable como inexplicable.
“El ex gobernador Arturo Montiel no incrementó su patrimonio antes y después del desempeño de su cargo”, determinó la “Fiscalía Especial” que “investigó” la situación patrimonial de Montiel, a petición expresa… del propio Peña Nieto cuando lo relevó en la gubernatura. No podía ser de otra manera. Al estilo Atlacomulco.
Y hasta en eso se parecen Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto: en su enriquecimiento inexplicable. En su falta de transparencia. En su delirio enfermizo por propiedades faraónicas. En sus residencias y mansiones varias y de procedencia oscura: donadas, regaladas, obsequiadas. En sus escándalos personales y amorosos.
A pesar de que hay priistas que advierten sobre el daño que provocaría el retorno de Montiel tanto al partido como al gobierno, el tío Arturo tiene a un aliado absoluto: el presidente de la República.
¿Por qué?
Por lo que Montiel ha representado en la carrera política de Peña Nieto como mentor, padrino político, tutor personal, protector y hasta alcahuete de los cada vez más públicos deslices íntimos y amorosos del presidente de México. Basta recordar el siguiente pasaje incluido en el libro Los Suspirantes 2012, coordinado por Jorge Zepeda Paterson, capítulo: “Peña Nieto, el Luis Miguel de la política”, subtítulo “Las mujeres, siempre”, escrito por Ignacio Rodríguez Reyna:
-Las mujeres. Las mujeres. Ése es el flanco débil-responde Emilio Ulloa, ex diputado mexiquense por el PRD, hoy integrante de Convergencia.
Y recuerda que en alguna ocasión, cuando ambos eran diputados locales, en un insólito acto de sinceridad, Peña Nieto se le acercó y le dijo que estaba desesperado. “Mi mujer me quiere acusar con el gobernador Montiel…”.
-Eso me dijo-, recuerda Ulloa, a quien le extrañó la confidencia, pero la atribuyó a que en verdad estaba angustiado y creía hallarse ante una situación muy seria.
-¿De qué lo iba a acusar?
-Pues de que andaba de mujeriego…
Hasta aquí lo expuesto por Rodríguez Reyna.
Sí: más allá de infidelidades de Peña Nieto con su entonces esposa, Mónica Pretellini (fallecida en 2007), y del pobre y promiscuo nivel intelectual de sus angustias personales, estamos ante un parámetro que nos retrata la relación que había entre Montiel y Peña Nieto: una complicidad a prueba de cualquier fuego.
Complicidad que alcanzó para cubrir a Peña Nieto en sus deslices personales.
Complicidad que alcanzó para cubrir a Montiel de su enriquecimiento brutal como gobernador.
Complicidad que alcanza para proteger a Montiel –a su servicio el gobierno mexicano-, de la orden de arresto internacional girada desde Francia.
Complicidad que sobrevive, hasta hoy, sólida, leal, inquebrantable.
Complicidad que, es altamente probable, le alcance a Montiel para ser diputado federal el año próximo.
*****
Como la serpiente que se muerde la cola, Arturo Montiel fue derrotado en 2006 en la carrera presidencial priista por su enfermiza obsesión de riqueza y de poseer palacios de manera opaca y poco ética (Sí: en ello también se le parece Peña Nieto).
En ese año, se le acusó de enriquecimiento ilícito que involucraba directamente a sus hijos. Prácticamente fue obligado a desertar.
Hoy, Montiel se ha reunido ya con la dirigencia del PRI para amarrar su diputación federal.
Con la presidencia del partido no hay problema: está en manos de otro hijo de Atlacomulco: César Camacho Quiroz.
Si Montiel logra la diputación, sería otro agravio para los mexicanos: la llegada al Congreso de un ex gobernador enriquecido inexplicablemente, con una trayectoria marcada por el abuso y la corrupción, y por si eso fuera poco, ahora con orden de arresto internacional.
Ya veremos hasta dónde llega el tío Arturo.
Twitter: @_martinmoreno
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