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Adela Navarro Bello

23/07/2014 - 12:00 am

Con los salinistas, Slim siempre gana

1 de cada dos mexicanos viven en situación de pobreza. 1 de cada 119 millones 713 mil 203 mexicanos, es el más rico del mundo. Efectivamente, hace unos días y gracias a la reforma de telecomunicaciones promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto, tan asociado al de Carlos Salinas de Gortari, el ingeniero Carlos […]

1 de cada dos mexicanos viven en situación de pobreza.

1 de cada 119 millones 713 mil 203 mexicanos, es el más rico del mundo.

Efectivamente, hace unos días y gracias a la reforma de telecomunicaciones promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto, tan asociado al de Carlos Salinas de Gortari, el ingeniero Carlos Slim Helú, recuperó su título del hombre más rico del mundo de acuerdo a la estadística que elabora la revista Forbes.

Los editorialistas del magazine estadounidense refieren que cuando, “obligado” por la reforma, el grupo de Carlos Slim decidió vender una parte considerable de sus activos en el sector de las telecomunicaciones para no ser considerando agente preponderante y por tanto someterse a una “rigurosa” y especial legislación, las acciones de América Móvil subieron y llevaron a su propietario ganancias que tasan la fortuna de Slim en los 79 mil 600 millones de dólares, con lo cual desbancó del primer sitio de los más ricos al genio de la tecnología y co-fundador de Microsoft, Bill Gates.

La diferencia sustancial entre Bill Gates y Carlos Slim no está sustentada en los dólares y las pesetas, sino que uno edificó un imperio al revolucionar el mundo de la computación y la programación digital a partir del desarrollo y la creación de tecnologías de punta que se aprovechan en los cinco continentes, mientras que el otro cimentó su poderío económico al ser el beneficiario directo con la privatización de Teléfonos de México.

Así en los últimos meses de 1990, cuando Carlos Salinas de Gortari llevaba escasos dos años en la Presidencia de la República, decidió junto a su equipo de economistas y financieros, privatizar Teléfonos de México, concediendo en aquel entonces el manejo del 71 por ciento de la compañía al Grupo Carso de Slim, a razón de un pago –según consta en hemerotecas- de mil 757.6 millones de dólares.

24 años después y muchos millones adquiridos nada más por haber sido –aún lo es, hasta que se concrete la anunciada venta de los activos- el agente preponderante de las telecomunicaciones, por no decir del monopolio de la telefonía, los resúmenes noticiosos financieros apuntan que las compañías de Slim lideran los servicios con los siguientes números: 70 por ciento en telefonía móvil, 80 por ciento en telefonía fija, y 65 por ciento en servicio de Internet.

La reforma a las telecomunicaciones indica que quien posea el 50 por ciento o más en sectores (no en servicios), será declarado agente preponderante y por lo tanto tendrá que apegarse a una legislación más “rigurosa”. Bueno a don Carlos Slim esas cosas parece no gustarle, y antes de un amparo más de los que suele promover cuando le cobran muchos impuestos o le afectan algún interés, “cedió”  y anunció, aún antes que se votaran las leyes secundarias, que en efecto,  vendería parte de sus activos.

Los legisladores federales nos venden con estas acciones la pluralidad y la diversidad en las telecomunicaciones y las radiocomunicaciones, cuando, se está viendo en los hechos, que los mismos poderosos son los más beneficiados.

Vaya, con el solo anuncio de la compañía de Slim de vender parte de sus activos para no ser preponderante, subieron las acciones de América Móvil lo cual contribuyó para que una vez más fuese el más rico del mundo. De igual manera los especialistas en billetes, ventas, transacciones y cuestiones financieras, estiman que con la venta de esos activos el ingeniero ganará una suma que estará entre los 10 mil y los 15 mil millones de pesos, lo cual lejos de afectarle le beneficiará para expandirse y crecer en otros sectores, incursionar en la generación de nuevos servicios de telecomunicación –siempre ha anhelado la televisión pública, y ahora le pusieron las condiciones para lograrlo-, o continuar el crecimiento en alguno de los 26 países donde en la actualidad tiene presencia con las telecomunicaciones y donde en total –sin vender los activos a los que se ve “obligado”- atiende a 292 millones de personas.

Así una ley de telecomunicaciones que suponía un beneficio para los mexicanos, con medios más plurales, y presumía el fin de los monopolios, en lo único que ha resultado hasta la fecha, es en el enriquecimiento y la diversificación y convergencia del hombre más rico del mundo. De un hombre inalcanzablemente rico entre 119 millones 713 mil 203 mexicanos que somos, según la proyección del Inegi para 2014…

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