Martín Moreno-Durán
19/02/2014 - 12:01 am
El timo de ‘Time’
+Peña Nieto compró la portada +El México que Time ignoró No podía explicarse de otra manera: Enrique Peña Nieto compró la portada de la revista Time. Le costó 576 mil pesos. (Fuente: PortalEnLa Polítika.com) Lo de menos podría ser el dinero que salió de las arcas públicas. Lo indignante y peligroso es que se recurra […]
+Peña Nieto compró la portada
+El México que Time ignoró
No podía explicarse de otra manera: Enrique Peña Nieto compró la portada de la revista Time. Le costó 576 mil pesos. (Fuente: PortalEnLa Polítika.com) Lo de menos podría ser el dinero que salió de las arcas públicas. Lo indignante y peligroso es que se recurra a vulgares trucos publicitarios para hacer creer que México va muy bien y que, como dice Time, Peña está salvando a México.
Nada está más alejado de la realidad.
Indignante, porque se miente de manera descarada, agraviando a un país cada vez más hundido en la pobreza, en la violencia y en la desesperanza,
Peligroso, porque se recurre a las fórmulas demagógicas y populistas del PRI de siempre –en la misma revista aparecieron en portada desastres financieros como López Portillo y Miguel de la Madrid-, mostrando a un supuesto líder cuando detrás había irresponsabilidad económica, frivolidad y corrupción.
Hoy por hoy, Peña Nieto está siguiendo los pasos de Jolopo. De Echeverría. De Carlos Salinas de Gortari, a quien en privado dice admirar. Y ya sabemos cómo terminó la impostura salinista.
¿Salvando a México? ¡Sí, cómo no!
Veamos las cifras del “salvamento”.
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Más allá de chungas y burlas que se hicieron con la postal estilo “TV Notas” de Peña Nieto en la portada de Time –desde compararlo con “El Chapulín Colorado” hasta con Mamá Lucha-, el agravio a millones de mexicanos radica en que se pretende vender una imagen de país que, simplemente, no existe.
¿Qué es lo que aplaude Time de Peña Nieto a través de la pluma zalamera y de nulo rigor profesional de Michael Crowley?
México sólo creció 0.9% durante 2013. El gobierno tiene la deuda pública más alta de la historia: 687 mil millones de pesos. En enero pasado, solamente se crearon… ¡21 mil 979 empleos formales a nivel nacional! La cifra más baja en diez años. La economía mexicana está a pique, y Time ocultó esta información debajo de la factura enviada a Los Pinos.
¿Qué reconoce Time?
México lleva más de 20 mil muertos por la violencia durante el gobierno peñista, ante una ausencia de estrategia coordinada y eficaz para enfrentar al crimen organizado. Al narco. Más saliva que operación. Mucha retórica y escasa efectividad. Las autodefensas en Michoacán son institucionalizadas a pesar de que una gran parte son financiadas por el narcotráfico. Se oculta la violencia desbordada con la complicidad de algunos medios para ser comparsa de la censura del gobierno. Igual que en Venezuela. Sin diferencias. Censura es censura.
¿Qué reconoce Time?
México ha tenido una reforma –la energética- con más dudas que certezas; otra reforma fallida –la educativa-, enterrada por la propia SEP; una más –la política-, que cancela los espacios y la participación ciudadana, consolidando a la partidocracia, y una miscelánea fiscal aborrecida, que inhibe las inversiones y que solo fue diseñada para exprimir brutalmente a la clase media, castigar a los productivos y complicar el pago de impuestos. Una calamidad. Así que, ¿de qué reformas presumimos?
¿Qué reconoce Time?
México es el país líder mundial en secuestros: del uno de diciembre de 2012 (inicio del gobierno de Peña) hasta el 31 de enero pasado, se registraron…¡3 mil 257 plagios! (Fuente: Organización Alto al Secuestro). Nada se ha hecho para enfrentar este delito canalla.
¿Qué reconoce Time?
México registra 535 muertos por la influenza (virus AH1N1), ante la pasividad de la secretaria de Salud federal, una señora llamada Mercedes Juan. La indolencia oficial en medio de la innegable emergencia sanitaria es evidente: ante las razones médico-políticas del gobierno, cientos de familias enterrando a sus difuntos. Dos discursos. Dos Méxicos.
Todos estos escenarios y cifras se le olvidaron a la revista Time a la hora de vender –literal- su portada a Peña Nieto. O los ignoraron.
A Time se le podrá olvidar el México verdadero. A algunos periodistas mexicanos –sólo a algunos-, no.
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Peña Nieto está siguiendo los mismos pasos de su ídolo político: Carlos Salinas de Gortari. Cierto: en público dice admirar a López Mateos porque eso es lo políticamente correcto. Pero personaje de dos caras, Peña idolatra a Salinas. ¡Qué Dios nos agarre confesados!
¿Por qué? Ya sabemos cómo terminó el gobierno de Salinas: en la crisis financiera más dolorosa de la historia, con un millón de mexicanos que perdieron todo: casas, bienes, empresas, autos, negocios, etc.
Y hoy, el gobierno de Peña Nieto tiene los mismos ingredientes del salinismo: irresponsabilidad financiera, vender la imagen de un país hacia afuera cuando por dentro hay descomposición, y lo más grave: cerrar los ojos mediante un triunfalismo desbordado ante los problemas internos. Sellos del salinismo. Y ahí la lleva el peñismo.
Los expertos constitucionalistas Jaime Cárdenas y John Ackerman afirman que Peña Nieto “es un discípulo fiel de la visión constitucional, política y económica de Salinas de Gortari”.
“Incluso la propaganda gubernamental para justificar sus reformas, se basó en el nacionalismo y en la historia del país. Por un lado, Carlos Salinas tuvo que recurrir a la figura de Emiliano Zapata para promover su reforma al ejido. Y por otro, Peña Nieto usó a Lázaro Cárdenas para defender su reforma energética”, explicaron. (SinEmbargoMX 15/II/2014).
Peña sigue los pasos de Salinas.
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Enrique Peña Nieto es un político formado bajo el priismo más nocivo: el mexiquense. Fue diseñado para la opacidad, no para la transparencia. Fue forjado para solapar, no para hacer justicia. Fue estructurado para la demagogia, no para la verdad.
¿Pruebas? Allí está su encubrimiento ante el enriquecimiento ofensivo de Arturo Montiel. Su disimulo criminal ante los feminicidios en el Edomex. Su ocultamiento en el caso Paulette, por mencionar algunos agravios de cuando era gobernador. O su opacidad al mantener en secrecía quién le regaló seis de sus nueve propiedades incluidas en su declaración patrimonial.
Pero también fue diseñado no para competir políticamente con honestidad, sino para comprar votos, elecciones… y portadas de la revista Time.
No podía ser de otra manera: pago para que me alaben.
Twitter: @_martinmoreno
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