Alejandro:
Aún recuerdo, cuando te conocí en 1986. Eras un niño que despuntaba como un chaval precoz, que tenía pocos días publicando y sobre todo escribiendo como gente grande. Entonces me llamó la atención que te lanzaste contra el rock y me pareció que teníamos que escuchar 24 horas seguidas de rock para ponernos de acuerdo. Esa broma nos ha acompañado toda la vida.
Me reencontré contigo en lo más oscuro de la guerra en Ciudad Juárez, la primavera de 2009. Tú eras directivo de El Universal, y apostaste tu resto en la mesa por salvar a esta tu ciudad, mientras que muchos políticos y millonarios juarenses en el exterior negaron ser de aquí. En esos momentos, había un manto de silencio sobre lo que sufríamos y tu palabra, tu acción y tu solidaridad para con Juárez fue enorme, hiciste visible nuestro dolor, la suspensión de las garantías individuales de facto por dos dictadores militares de apellidos Juárez y Espitia. El primero murió, asesinado en el primero de sus días de civil al jubilarse.
No hay un solo político, y no llegan a 10 los juarenses que hayan hecho algo cercano a lo que tú has hecho por esta ciudad fronteriza. En lo personal guardándome los detalles sinceramente creo que a ti, y otros amigos les debo la continuidad de mi existencia.
La última comunicación que tuve con tu padre fue a mediados de octubre, para buscar la forma de apoyar a tu hermano y a tu madre en una enorme tarea que se han echado a cuestas, la asistencia y albergue a niños y ancianos en Juárez y en la sierra. Mantengo comunicación con Aurelio y con tu madre a quienes aprecio profundamente.
Estos párrafos los introduzco para fundar mi felicitación por tu decisión de “No quiero volver a Ciudad Juárez” así en todas sus letras. Es muy clara tu renuncia a la ciudad al mismo tiempo que sigues siendo muy juarense, como tu padre, tu madre y tus hermanos aun viviendo fuera y aunque no quieras volver ojalá muchos de los que volvieron tuvieran la calidad moral y valor cívico de tu y tu familia.
En esta ciudad tu artículo levanto ámpula, los políticos locales y los empresarios (con mentalidad de viuda del siglo diez y nueve) te han dicho de todo pero no se atreven a escribirlo en un periódico, porque les costaría dinero.
Gracias Alejandro por volver a poner en la línea de visibilidad a Ciudad Juárez. Ciudad Juárez de polvo y sangre, de humillación y miseria.
Esta ciudad de supervivientes, de gente valiente, solidaria, trabajadora, echada pa’delante que se sostiene a si misma que ha escrito la historia del país, con un millón trescientos mil habitantes que luchan casa por casa pero al mismo tiempo es victimada hasta el hartazgo, por un grupito de familias VIP y dos bandas de narcotraficantes.
(El domingo publica El Diario la crónica del asesinato del Senador Posada a manos del General Quevedo en 1937, y el asesinato del presidente municipal José Borunda, por Efrén Escobar, adversario también de Antonio J. Bermúdez), los mismos nombres, los mismos apellidos que mencionaste en tu carta.
Una ciudadanía que ha visto morir a más de 11 mil jóvenes y NO interrumpió una sola avenida como lo hicieron los familiares de los jóvenes de Tepito.
Una ciudadanía esforzada que no se atreve a exigir una mejor policía, un mejor transporte público, pavimento en sus calles, una ciudad de trabajadores que aceptan serenamente el aumento de $2.50 por día y que tuvieron que borrar de su dieta diaria, incluso la comida de mascotas, que en algunas casas la usaban como alimentación complementaria porque era proteína barata, que incluso tendrán que reducir el consumo de coca cola, que en muchos casos era el aporte de calorías para pasar el día.
Sin embargo Alejandro, muchos investigadores han escrito que Juárez es el laboratorio del país.
Aquí se probó el modelo maquilador antes de extenderlo nacionalmente, El TLC ya era realidad en Juárez para 1994 en los 40s se probó la contratación temporal de mano de obra agrícola para USA, aquí fue la primera ciudad después de Monterrey donde los empresarios se negaron a firmar contratos colectivos con los sindicatos oficiales, aquí fue una de las primeras plazas que conquistaron los empresarios políticamente vía el PAN para darle una lección a López Portillo por la nacionalización de la banca.
También aquí se empezaron a contar las mujeres asesinadas, y se consolido un grupo de ciudadanos, empresarios incluidos que hacen accountability (no hay traducción) a ciertas instituciones de gobierno.
Aquí se ha probado lo bueno y lo malo, de aquí salieron tú, Sandra Rodríguez y tu padre. Y también salieron 4 diputados que votaron por mayor pobreza para la frontera, lo dicho lo bueno y lo malo.También de aquí salieron personajes artísticos que impactaron en la vida nacional, como Tin Tan, Juan Gabriel, ahora Joaquín Cossío y Perla.
Este año solo tuvimos 485 homicidios dolosos. Para nosotros es un respiro, porque venimos de 3,150 en 2010 pero son el 120% de la taza histórica de la ciudad, y son 100 homicidios más que todos los cometidos en España con 47 millones.
Y cuando leo tu carta aumenta mi preocupación, por el futuro, por el país y por el DF.
Ellos los dueños de México, ya probaron el nivel de tolerancia al dolor, al miedo, a la muerte, a la miseria, que tenemos los mexicanos, y nuestra capacidad de recuperación.
Así es como los managers calan a los prospectos en el boxeo, escogiendo no a los que evitan los golpes, (que siempre los recibirán), sino que fijan su atención en la capacidad de recuperación del novato después de recibir un buen impacto. Dicen los viejos entrenadores que todo lo demás se aprende pero sin capacidad de resistencia y de recuperación, no sirven y los mandan a jugar fútbol.
Pero te decía Alejandro, ya nos probaron a los mexicanos en condiciones límite y se dieron cuenta que nuestra capacidad de resistencia y recuperación es enorme, que nos basta con un techo muy mal hecho, transporte indigno, comida en la fábrica y 50 dólares a la semana para mantenernos tranquilos. Ni siquiera requerimos del opio religioso (el año pasado solo se bautizaron el 30% de los nacidos y solo se casaron por la iglesia el 15% de las parejas formadas).
Y te insisto me preocupa mucho el país y sobre todo el Distrito Federal, Porque en estos 6 años de la guerra que los he visitado mucho, veo señales ominosas, Ciudad Juárez no se asemeja para nada al DF, pero sí me asusta que esa hermosa ciudad cada día se parece más a nuestra frontera.