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Adela Navarro Bello

10/07/2013 - 3:15 pm

Los derrotados (de acuerdo a la tendencia)

La tarde que mintieron para anticipar un triunfo que no ha llegado, habían pasado unos cuantos minutos de las seis de la tarde del domingo 7 de julio de 2013, y los tres salieron obsequiosos: César Camacho, dirigente nacional del PRI; Manlio Fabio Beltrones Rivera, coordinador de la fracción priísta en la Cámara de Diputados; […]

La tarde que mintieron para anticipar un triunfo que no ha llegado, habían pasado unos cuantos minutos de las seis de la tarde del domingo 7 de julio de 2013, y los tres salieron obsequiosos: César Camacho, dirigente nacional del PRI; Manlio Fabio Beltrones Rivera, coordinador de la fracción priísta en la Cámara de Diputados; y Fernando Castro Trenti, candidato de ese partido a Gobernador del Estado de Baja California.

¡Ganamos!, gritaron, abonando a la demagogia auditiva en el cénit de la campaña para renovar al titular del Gobierno del Estado en Baja California.

Cuando le pregunté al presidente del PRI en qué basaba su triunfalismo, me dijo que en dos encuestas de salida; debía ser, dado que al momento que declaró la victoria rotunda de su candidato, las casillas comenzaban a cerrarse, no había aún actas de cómputo.

Una de las casas encuestadoras, informó el coordinador de la campaña estatal, fue la de Lievano Saenz, otrora hombre poderoso del sistema político mexicano al haber sido funcionario con Luis Donaldo Colosio, Secretario Particular del Presidente Ernesto Zedillo e intermediario de Vicente Fox Quesada para la transición presidencial en el año 2000, hoy analista político, columnista y presidente de Gabinete  de Comunicación Estratégica, empresa ésta contratada por la dirigencia nacional del PRI para realizar las encuestas de salida en la elección del domingo 7 de julio en Baja California.

Dichas encuestas, declaró Camacho, le daban una ventaja de 3.7 por ciento a Fernando Castro Trenti. Por eso y sin esperar siquiera la llegada de las urnas a los consejos distritales y el cómputo de las mismas o el Programa Electoral de Resultados Preliminares, poco después de las seis de la tarde el líder priísta cantó el triunfo. Lo mismo hizo Gustavo Madero en la cede que utilizó el PAN y de la mano de Santiago Creel, pero esa es otra historia.

Conforme la noche fue avanzando se notaba en el búnker priista instalado en el hotel propiedad del Alcalde de Tijuana, el desánimo de los seguidores y antes alegres priistas que habían festejado, prematuramente, el triunfo no fundamentado. El salón principal comenzó a vaciarse, los mariachis que duro sonaron sus instrumentos fueron callados. El sitio donde se instaló una manta gigante para el festejo y donde se leía «Ganamos», estaba solo. Los primeros votos que directo de las actas de escrutinio de las casillas fueron decantados al PREP, no favorecían al candidato del PRI. Nunca Fernando Castro Trenti estuvo en la delantera.

Manlio Fabio Beltrones Rivera, padrino, líder, protector y guía de Castro Trenti también salió a festejar. Igual sin su característico bigote, en jeans y desfajada su camisa roja, fue el que menos sonrió durante el albazo de Camacho. No se le volvió a ver a Manlio Fabio en los terrenos del frustrado festejo.

Para el 8 de julio, tanto César Camacho como Manlio Beltrones abandonaron Baja California, evidentemente con el amargo sabor de la derrota: su compromiso con Fernando Castro Trenti les impidió festejar por todo lo alto el histórico triunfo del PRI en Tijuana, la ciudad más poblada, más grande, con mayor economía y más electores del Estado. Al candidato ganador, el doctor Jorge Astiazarán Orcí, lo escondieron, le impidieron dar declaraciones y le negaron el festejo que sus adeptos exigían por las calles de la ciudad que gobernará a partir de los primeros días de diciembre.

Ganar Baja California para el PRI significaba la culminación de una racha victoriosa iniciada en este estado en 2010 cuando ganaron las cinco alcaldías y 13 de 16 diputaciones de calle, le siguieron en 2012: Enrique Peña Nieto obtuvo 446 mil votos en este lado de la República. Su idea era coronar con la gubernatura aprovechando la viada político electoral. Pero Fernando Castro Trenti, a pesar de que encabezó una intensa campaña, no lo logró. El PRI sí retuvo tres de cinco alcaldías, incluida la ya mencionada Tijuana.

Castro Trenti obtuvo 367 mil 389 votos de acuerdo al PREP que el PRI y sus representantes en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana invalidaron. Esa cifra es menor en unos 13 mil votos a la que obtuvo Jorge Hank Rhon hace seis años cuando fue derrotado por el hoy Gobernador del Estado, José Guadalupe Osuna Millán, con 436 mil 360 sufragios. Castro pues, no sólo perdió este proceso, los números no le alcanzan siquiera para superar el segundo lugar de Hank.

A las 10 de la noche, cuando en el PRI ya no festejaban el triunfo anunciado por Camacho, Beltrones y Castro, debido a que en el conteo rápido la tendencia no les favorecía, alguien de ese instituto se dio cuenta de que el porcentaje asignado a los votos recabados en el PREP no correspondía con la cantidad de sufragios. El conteo preliminar se detuvo, los ingenieros encargados de esa labor modificaron el algoritmo que estaba redondeando en los porcentajes, y se supone que a partir de ahí y hasta el día de hoy, los números ya fueron exactos al conteo de los sufragios. Incluso así, Castro Trenti no obtuvo ventaja alguna. La tendencia del 2013 a Camacho, como a Colosio en 1989, no les favorecía.

En consecuencia y a propuesta del Presidente del Instituto Electoral, un hombre ligado al Partido Revolucionario Institucional, se invalidó el PREP, lo que significa que no hay tendencia aunque los bajacalifornianos todos la hayamos visto, no debemos respetarla. El conteo de actas oficial iniciará el miércoles y concluirá el domingo 14 de julio.

Pero ahora el protegido de Beltrones y respaldado por Camacho, Fernando Castro Trenti, analiza solicitar conteo voto por voto luego de que desestimaron el PREP por el error de redondeo –no de votos ni de legalidad de la elección–. En 2007, Castro Trenti era el coordinador de la campaña de Jorge Hank y aun cuando Osuna Millán lo había superado por 55 mil votos, impugnaron la elección. Diez días antes de la toma de posesión del hoy Gobernador, un Tribunal Federal Electoral le ratificó el triunfo.

Hoy 2013, por la mitad de esos votos, Castro Trenti está en segundo lugar, esperan los priistas remontar en un conteo a la Andrés Manuel López Obrador o mínimo en los Tribunales Federales (por cierto, Tijuana la ganó el PRI precisamente por 25 mil votos, mismos que es obvio no están en duda como los estatales).

Ahora sí que los derrotados, César Camacho, Manlio Beltrones y Fernando Castro, no aceptan la tendencia y exigen lo que en el pasado condenaron. Y ponen oídos sordos a la proclama del Primer Priista del País, Enrique Peña Nieto (para ellos su líder máximo) de que, quienes no fueron favorecidos con el voto, acepten los resultados.

Ciertamente el que menos lleva la de perder es César Camacho, él seguirá siendo el dirigente del PRI un rato más. De ahí, le sigue Fernando Castro Trenti, quien puede regresar a su curul en la Cámara de Diputados, mientras Manlio Fabio Beltrones deberá aceptar que una vez más su grupo político –y presuntamente antagónico al Presidente Enrique Peña Nieto– fue derrotado otra vez. No sirvieron las visitas de los gobernadores del PRI y sus apoyos económicos en Baja California, tampoco que trajeran la reunión de Consejo Político a Tijuana.

Beltrones fue poderoso cuando el PRI era oposición y él, sin Presidente de la República, era líder en el Senado o en la Cámara –según el año–. Con el poder político que ejerce el Presidente Peña al interior de su partido –y de otros, pero ese no es tema por el momento– el sonorense es desplazado a ser un priista más de los muchos que afiliados están. Sobre todo con la derrota en Baja California, después de todo, su ahijado Castro fue candidato por designación y no por elección de la base tricolor.

Nada han dicho, ni Camacho, ni Beltrones, ni Castro, de las tendencias que les conceden tres alcaldías y siete diputaciones. Ahí no hubo error, tampoco demanda tricolor, simplemente un llamado a los que se perfilan como ganadores, para no festejar ante la incertidumbre en la elección estatal.

A los bajacalifornianos no nos queda más que esperar la reacción del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, y lo que ordenen los Tribunales Electorales en base a las demandas de los priistas; y en caso de confirmarse la tendencia favorable al candidato del PAN-PRD, Francisco Kiko Vega, pues prepararnos para seis años de «kikadas».

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