La indiferencia mundial ante los casos de abuso sexual tanto de mujeres, de niños, de chicos, es algo que no deja de sorprendernos. Los primeros que siempre lo han tomado muy a la ligera me parece que es el Vaticano. Justamente la semana pasada, en Argentina, un sacerdote se sube a interrumpir una obra de teatro, les quita el micrófono a los actores, y dice que la violación de la fe es diez mil veces peor que la violación de una hija…».
Por Amandititita