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Adela Navarro Bello

12/02/2013 - 12:01 am

La última carta de Hank

Hace seis años, con menos peso, menos sospechas en su contra, menos señalamientos de criminalidad, una esposa socialmente aceptada y apenas rebasando el medio siglo de vida, Jorge Hank Rhon fue electo por aclamación, candidato del PRI al Gobierno de Baja California. El rito de aclamación –se lee mejor así por su esencia que como […]

Hace seis años, con menos peso, menos sospechas en su contra, menos señalamientos de criminalidad, una esposa socialmente aceptada y apenas rebasando el medio siglo de vida, Jorge Hank Rhon fue electo por aclamación, candidato del PRI al Gobierno de Baja California.

El rito de aclamación –se lee mejor así por su esencia que como método de selección– fue una tarde cualquiera y el ex inquilino del Penal de El Hongo en Baja California, no tuvo competencia alguna. Entonces se dijo soldado del PRI, dado que él fue candidato sólo porque se lo pidieron y vaya de qué manera. Era 2007 y había solicitado licencia a la Presidencia Municipal de Tijuana donde su administración, acaso como toda su vida, se había significado por el ausentismo, la extravagancia, el avasallamiento y la frivolidad.

Dejó la ciudad en manos de otro y se adentró en la campaña política que gracias a los electores de Baja California perdió sin lugar a dudas. Entonces se refugió en el Hipódromo que fue propiedad de la nación hasta que lo hizo suyo.

Lo que sucedió entre 2007 y 2013, que quizá usted que radica en otro lugar de México no considere importante, es realmente llamativo. No sólo la personalidad exótica de Jorge Hank se desbordó, también su actitud frente al poder. Una vez que tuvo la administración pública se obsesionó con el poder. Hizo uso de la fuerza pública para beneficio propio, manejó el erario como suyo y no nos fue bien. Dejó el tercer piso del Palacio Municipal de la ciudad y mantuvo esa beligerante y caprichosa actitud.

En varias, muchas ocasiones, su jefe de escoltas, Jorge Vera Ayala, –hoy prófugo mientras su hermano permanece en una prisión federal– manejó el equipo de policías y ex policías encargados de la seguridad de Hank y el Hipódromo como una célula criminal de cualquier cártel mexicano. Fueron perseguidos, enfrentados, detenidos, liberados, incluso el hoy presidente Enrique Peña Nieto les dio espacio en la licencia colectiva para portación de armas del Estado de México cuando lo gobernó.

En 2009, la nuera del ex reo fue asesinada. En un departamento de una colonia de clase media, alejado del centro urbano, financiero y social de Tijuana vivía la novia de su hijo y la madre de su nieta. Hasta allá fueron a matarla. Le dispararon varias veces una en la cabeza. Ya en el hospital, los Hank intentaron cubrir las huellas, modificaron la escena del crimen, lavaron auto y ropas. La joven mujer murió sin delatar a sus verdugos.

Años después, en una averiguación previa del fuero común, el nombre de Jorge Hank se inscribió en la lista de sospechosos del crimen. Situaciones familiares y pasionales el móvil.

El caso no ha sido cerrado. Y de acuerdo a las declaraciones del gobernador del estado, José Guadalupe Osuna Millán, la investigación sigue su curso. En la averiguación previa 5640/09/AP están consignados los hechos y las acusaciones de la participación del priísta en el asesinato de seis personas –dos mujeres, cuatro hombres–, crímenes cometidos entre los años 2006 y 2011.

Para el 2009 y ya conocidas las sospechas aquí en Tijuana, en el Estado de México y en Estados Unidos, de actividades criminales alrededor de la vida de Hank Rhon, un oficial de migración de la Unión Americana le retiró la visa para cruzar hacia aquel país; documento que no ha podido recuperar quien insiste en ser representante del gobierno mexicano. En 2011, la travesía hankista a punto estuvo de develarse. La madrugada del 4 de junio de ese año, elementos del Ejército mexicano lo detuvieron a él y a diez personas de su equipo de seguridad por acopio de armas. Más de 80 armas, entre cortas y largas y miles de cartuchos para las mismas, fueron localizadas en su casa y en las inmediaciones de esta. La sapiencia de los abogados del sospechoso pudo más que los métodos de integración de la PGR, y Jorge Hank salió libre no por demostrar la inocencia, sino por irregularidades al momento de la detención.

Así las cosas, entre 2007 y 2013 la situación para México, Baja California y el propio Hank ha cambiado y mucho. La república es gobernada por un priísta, el Partido Acción Nacional ha perdido las dos últimas elecciones –una local y una federal– en el estado, y Hank Rhon no sólo pisó y se quedó unos días en prisión, cuenta además con dos averiguaciones previas abiertas donde su nombre es ligado a seis asesinatos; su mujer, María Elvia Amaya, falleció apenas en septiembre de 2012.

Hace unas semanas, a la oficina del Presidente de la República –y según Jorge Hank su amigo– Enrique Peña Nieto, llegó otra nota diplomática: no sería una buena señal que una persona a la que el gobierno de los Estados Unidos le retiró el documento legal para entrar a ese país, debido a las sospechas de criminalidad, fuese nombrado candidato del PRI al Gobierno de Baja California. De entrada, afectaría las relaciones fronterizas. Las investigaciones bilaterales. La cooperación en materia de seguridad.

Quienes dieron detalle de esa situación a esta reportera, también completaron: a Jorge Hank ya le dijeron que él no será el candidato. Se lo dijeron de Presidencia y se lo dijeron en el CEN del PRI cuando para ello lo citaron en la Ciudad de México. El resto de los siete aspirantes a la gubernatura también fueron notificados. Por eso en cuanto al estilo priísta les dieron línea, se sumaron al registro de Fernando Castro Trenti, de manera directa los alcaldes de Ensenada y Mexicali, y entre líneas –aunque habla balbuceando– el presidente municipal de Tijuana.

Pero abotagado, emberrinchado, el sábado y a un lado del nada neutral delegado del CEN del PRI en el Estado, Héctor Yunes, declaró el ex inquilino de la prisión de El Hongo, que su partido era democrático y que a él nadie le había dado línea. Desobedeciendo incluso al dedo presidencial, Jorge Hank Rhon da sus estertores políticos. Se indisciplina. El obeso accionista del Grupo Caliente, barbado hasta el descuido, está en busca de las firmas y los apoyos que requiere para registrarse como precandidato el viernes 15 de febrero de 2013. El capricho movido por la indisciplina es la última carta del hijo del profesor Carlos Hank González. Sabe que si no es en esta ocasión candidato ya no lo será.

De concretarse la candidatura del presunto delincuente, por encima de la nota diplomática, ignorando las averiguaciones previas, los señalamientos y el ser considerado persona no grata en un país, el PRI de Enrique Peña Nieto estaría sentando las bases en esta su primera elección a gobernador, del nivel, la calidad y la forma de los priístas que aspiren a gobernar las entidades federativas, y sería la culminación del regreso de aquel PRI.

PD.- En 1988, en abril y el día 20, Héctor Félix Miranda, co director del Semanario ZETA fue asesinado. Los matones iban encabezados por Antonio Vera Palestina, entonces jefe de seguridad de Hank y hoy en prisión por el crimen contra el periodista. El caso se cerró sin capturar al autor intelectual. Este año se cumplirán 25 de impunidad.

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