Libérenla, es el grito de un lado. Refúndanla, gritan del otro. Así de extremas las posturas sobre uno de los casos más emblemáticos y polémicos de la justicia mexicana de todos los tiempos. Por supuesto que me refieron a Florence Cassez, a la que ciertos medios convirtieron desde hace seis años que está en la cárcel en la pinche francesa secuestradora y culpable, «haiga sido como haiga sido».
Por Ricardo Rocha