Creo que en mi vida hay pocos eventos que considero como grandiosos y gloriosos y, sin duda, la segunda toma de protesta de José Narro Robles como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México fue uno de ellos. La sala Nezahualcóyotl estaba llena de personas interesadas en un país democrático; maestros, estudiantes, líderes de opinión. Antes de escuchar el discurso de Narro, yo estaba convencida de que tenía muy mala suerte por estar viviendo uno de los peores momentos que atraviesa el país. Pero después de escucharlo me di cuenta de que soy afortunada por vivir dentro del cambio y ser parte de, como dijo él, esta maravillosa aventura generacional.
Por Amandititita
en Sinembargo al Aire
