“El mundo está hecho de correspondencias y en las cosas más pequeñas está la cifra de las mayores”: la frase de “La cifra”, de Jorge Luis Borges funciona como slogan de la compañía. Hace ya más de 10 años que funciona, diciendo que no son independientes pues dependen de instituciones, grupos creativos y gente de muy buena voluntad para seguir adelante.
Ciudad de México, 30 de diciembre (SinEmbargo).- La Cifra ha publicado libros en conjunto con embajadas, institutos culturales y artistas de todos lados y entre ellos hay mucha fe en los cómics mexicanos.
Distribuyen sus libros en locales especiales, ferias y sobre todo a través de su página, que es una muestra de que todos los libros que tienen que llegar, llegan.
Una entrevista con su editor, Carlos González Muñiz, nos revela un mundo posible y lleno de expectativas, donde cómics que llegan de Taiwán (esa gatita seria en la portada) o de algún lugar perdido en México, expresan la creatividad que está en todos lados.
“Hacemos novela gráfica, libros infantiles, también sacamos ensayos, libros de periodismo”, dice el editor, mientras nosotros nos sorprendemos frente a todo lo que trae en su mochila.
–¿Vas a ir mostrándonos los libros?
–Sí, mira, el primero se llama Muros somos, de la periodista Cynthia Arvide, quien ha reunido en esta obra a veinte jóvenes muralistas mexicanos que han utilizado como lienzo las paredes de ciudades de México y el mundo. Muros somos no es sólo testimonio de una portentosa generación de artistas mexicanos, también es un homenaje al arte urbano como espacio radical de expresión y resistencia. Como muchos de estos murales son efímeros, ella se dedicó a retratarlos para que queden en el tiempo.
–Es un movimiento muy grande, cada vez se ven más murales…¿serán tan efímeros?
–Duran bastante tiempo, pero luego tienen que ser sustituidos por otros. Los veinte artistas que figuran en el libro son Alegría del Prado, Chachachá, Cix, Diego Zelaya, Fusca, Germen, Jesús Benítez, Jorge Tellaeche, Lesuperdemon, Libre, Minoz, Neuzz, Norte, Paola Delfín, Rod Villa, Saner, Sego, Seher One, Smithe y Spaik.
–¿La Cifra tiene algún objetivo, alguna motivación?
–Claro. Lo importante para nosotros tenemos una postura editorial frente al medio propio. Creemos que cada libro debe ser desafiante, de calidad, competir en el mismo nivel con las editoriales trasnacionales. Es un ideal editorial.
–Por lo pronto, está el objetivo de buscar en la cultura mexicana lo que realmente vale…
–Nosotros no estamos peleados con nada, pero es cierto que tratamos de publicar a autores mexicanos o latinoamericanos y traer libros de otras latitudes. Hacemos libros de Francia, de Taiwán, de Japón, buscamos de una manera equilibrada mostrar el gusto del editor. Los que trabajamos en la editorial queremos que el libro refleje una personalidad, un sentido, pero no nos enfocamos sólo en lo local, aunque sí lo buscamos.
–¿Qué es la novela gráfica?
–Se está poniendo de moda en México y lo que tratamos es que la novela gráfica no sea sólo para un público infantil o juvenil, sino contar historias de adultos, no es para contar historias de superhéroes o de fantasía exacerbada solamente.
–Tienen a Patricio Betteo
–Él está sonando mucho, acaba de hacer un libro con Lydia Cacho (Ciberespías al rescate). Lo que nosotros publicamos son cinco relatos que él escribe y dibuja, muy interesante.
–También tienen a Augusto Mora
–Sí, es una novela gráfica, él publica en El Chamuco, sus influencias son Rius, Helguera, El Fisgón, toda esta gente que trata de mostrar una realidad difícil, una problemática específica a través de la historieta. Grito de Victoria, considerada la primera novela gráfica que trata la historia reciente de los movimientos estudiantiles en México así como los acontecimientos que rodearon las elecciones presidenciales del 2012, como el surgimiento del movimiento #Yosoy132 y las denuncias sobre compras masivas de votos. Grito de Victoria nos narra de forma simultánea la historia de Victoria y Vicente, dos jóvenes mexicanos que en 1971 y en 2012, respectivamente, salen a las calles para unirse al contingente de una protesta social que culminarán en trágicos enfrenamientos. También tenemos a Carlos Vélez, otro autor mexicano, que trabaja con historietas y con pinturas, sin palabras, hay páginas completas de ilustración. Es la historia de un sujeto que encuentra el sentido de su vida a través del baile. Se llama Salón Destino.
–Hay otros libros y otras miradas
–Está el de Taiwán, para el que ame a los gatos. Es una novela gráfica distinta, sin que nos den palabras y en un solo color, pero la calidad es deslumbrante. Está el libro de crónicas, de un periodista puertorriqueño, Huáscar Robles Carrasquillo, que después del terremoto de Haití se fue a documentar las secuelas, cuenta cómo la gente está tratando se sobrevivir, de cómo la ayuda internacional tarda en llegar, con textos y fotos en Puertos Príncipes. Temblemos todos. Luego tenemos unos estudios sobre el cuerpo, es una vieja colección de la editorial, todos libros con estudios de distintas cosas, desde distintas visiones. Tenemos un libro dedicado a la presencia escénica de David Bowie (El esteta que cayó a la Tierra), que está teniendo mucho éxito.