Los hechos ocurrieron durante una clase virtual que se llevó a cabo en los últimos días. Al parecer el profesor solicitó la participación del alumnado para participar en clase, y para decidir quién tendría que hablar, tomó su lista y mencionó a la persona.
Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo).- Un profesor de ingeniería del Tecnológico de Ciudad Victoria, Tamaulipas fue señalado por supuestamente tratar mal sus alumnos, quienes presentaban problemas técnicos, y otro más a quien criticó por su forma de hablar.
Los hechos ocurrieron durante una clase virtual que se llevó a cabo en los últimos días. Al parecer el profesor solicitó la participación del alumnado para participar en clase, y para decidir quién tendría que hablar, tomó su lista y mencionó a la persona.
La primera fue una alumna identificada como Gisela. En cuanto empezó a hablar, la voz de la joven se escuchaba entrecortada y robotizada, situación por la que el docente le pidió que arreglara su micrófono ya que no se entendía lo que estaba diciendo.
«¿Si se escucha?», preguntó Gisela. «Pues no, no se escucha bien, señorita. Y ya el semestre va a más del 50 por ciento, ya era para que hubiera arreglado su equipo, señorita. Ya era para que lo hubiera arreglado. No se escucha y no le entiendo nada», reviró el profesor.
La joven intentó defenderse, sin embargo, fue inaudible lo que dijo. El maestro le pidió que pusiera orden a su equipo o, en todo caso, a su conexión a Internet, y le resaltó que debía solucionar su problema por cualquier otra vía hasta obtener un resultado.
«Busque otra solución, por favor. Mientras, no tiene participación», dijo. Ante ello, una compañera intentó defender a Gisela argumentando que un día antes había participado sin problema alguno, por lo que sugirió que si la considerara.
«Sí, sí, sí. Usted defensora, usted es la abogada de ella. Por casualidad,¿tiene honorarios? Entonces deje que ella se defienda sola, señorita», contestó el maestro. «No, maestro, pero a ella no le sirve su micrófono», explicó la estudiante identificada por el profesor como Cantú Castro.
«Por eso, pero ese no es mi problema. Que lo arregle, que vaya al Tecnológico o que busque otro lugar. Cuando hay un problema, señorita, hay más de una solución. Licenciada Cantú Castro, usted ya no va a ser ingeniera en Gestión, va a ser licenciada. Y que bueno que le guste defender, pero defienda con un sentido de justicia, de equilibrio, no defienda nada más por defender. Esos son abogadillos de esos rascuachos que andan por la vida, dando problemas nada más. Usted defiéndase usted misma, nadie la llamó para defender a los demás», contestó.
Luego del regaño, el profesor pidió continuar con la clase y recalcó a la primera alumna que no tendría participación. Después, nombró a un estudiante llamado Alejandro, a quien solicitó continuar lo que parecía una lectura.
«A ver, dime que traes de eso, porque también contigo es un problema», apuntó el maestro.
El joven comenzó a leer un artículo, sin embargo, la voz en algunos momentos se cortaba, por lo que el docente lo interrumpió.
«Alejandro, escúchame. A parte de que tu tienes una voz que no se te escucha bien, no es muy clara, tienes problemas para hablar correctamente. Ese es un problema de salud que tendrás que resolver con tu familia. Yo te agradezco, pero tu equipo no esta funcionando correctamente. Lo dejamos por ahí, gracias por participar», explicó.
El alumno contestó que así era su voz, por lo que no debía mencionarlo.
«Profesor, la voz, así soy», dijo él. «Ya lo sé, Alejandro, no es la primera vez que usted está conmigo. Ya reprobó el semestre anterior y ahora va usted por el mismo camino. No sé porque está usted aquí, Alejandro», respondió el maestro del Tecnológico de Victoria.
El maestro continuó y le dijo que debería ir al psicólogo o recibir algún tipo de atención médica para solucionar sus problemas del habla, pues aseguró que este seguiría interfiriendo con su situación académica.
«Su situación es personal. Necesitan analizarla un psicólogo, un psiquiatra, un médico. Eso ya lo he tratado con la subdirectora y el director. No sé porque, Alejandro. ¿Sabe qué? Yo no voy a dar un resultado positivo sobre alguien que no está en condiciones. Compréndame, por favor», finalizó.
Ante las declaraciones del maestro, algunos alumnos comenzaron a cuestionarlo si los «resultados negativos» estarían vinculados a los problemas del habla de su compañero, lo que calificaron como injusto, ya que eso no determinaba su capacidad o inteligencia.
La discusión continuó en la clase, aún cuando el docente intentó mencionar que los problemas con el joven eran de otra índole y que se debía a cuestiones acumuladas que no le inconvenían al resto del alumnado.
Finalmente, el profesor exigió que no se metieran en problemas que no eran suyos, pero los alumnos contestaron que si no querían que intervinieran, tendría que haber hecho las observaciones a su compañero de forma privada.
Hasta el momento, no se ha obtenido una respuesta de las autoridades escolares sobre este tema.