Al igual que la película de Hitchcock, protagonizada por Laurence Oliver y Joan Fontaine, Rebecca es una adaptación de la novela gótica de Daphne Du Maurier, publicada en 1938.
Madrid, 30 de octubre (Europa Press).- Ya está disponible en Netflix la nueva adaptación de Rebecca que dirige Ben Weathley (Kill List) ocho décadas después de que Alfred Hitchcock hiciese lo propio en el clásico de 1940 ganador del Óscar. Y aunque ambas cintas están basadas en la novela homónima de Daphne Du Maurier, existen cinco diferencias clave entre ambas versiones que merece la pena analizar.
Una de las grandes ventajas de hacer un remake de una película 80 años después de la original es que las odiosas comparaciones son menos evidentes, tal y como señala el director de la nueva Rebecca en una entrevista con USA Today. «No queda nadie vivo que haya ido al estreno de esa película», explicó Wheatley. «Más o menos si haces los cálculos es imposible. No me sentí tan mal en ese aspecto».
Al igual que la película de Hitchcock, protagonizada por Laurence Oliver y Joan Fontaine, Rebecca es una adaptación de la novela gótica de Daphne Du Maurier, publicada en 1938. En la versión de Netflix, Lily James interpreta a una joven recién casada que se muda a la mansión de su adinerado esposo (Armie Hammer) donde todavía pesa el recuerdo de la fallecida esposa del millonario, llamada Rebecca.
Definida por el propio Armie Hammer como «una película de fantasmas sin fantasmas», Rebecca es también el «tipo de historia que resuena a través de las generaciones», como expresó el actor a USA Today. «Las mismas cosas con las que estaban lidiando, preocuparse por la ex de tu esposo o lidiar con traumas del pasado, son cosas que seguimos viviendo hoy», añade.
Sin embargo, han pasado 80 años desde la película de Hitchcock, y aunque la historia es la misma, los tiempos han cambiado. Éstas son las 5 grandes diferencias entre ambas versiones de Rebecca según Weathley y Hammer.
1.- MENOS DIFERENCIA DE EDAD EN LA PAREJA
Los protagonistas de la versión de Netflix están más cercanos en edad que en la versión de Hitchcock. En la novela original Maxim tiene 40 años y su nueva esposa poco más de 20, una diferencia de edad que el maestro del suspense decidió respetar en su película, envejeciendo a Laurence Oliver para aparentar más edad. Es decir, que en la pareja había unos 20 años de diferencia, una brecha que el nuevo filme ha reducido notablmente.
Curiosamente 33 años es la misma edad que tenía Hammer cuando se filmó el filme, siete menos que el protagonista de la novela. «Si hubiera una diferencia de edad de 20 años y un hombre trata a su nueva esposa del modo en el que Maxim trata a la suya, el público moderno se sentiría incómodo, como debería ser», explicó el actor en la misma entrevista.
2.- MAXIM ES UN BUEN TIPO (AL MENOS AL PRINCIPIO)
En la versión de Hitchcock, el personaje de Oliver era «simplemente un amargado», como lo define Hammer. Sin embargo, su versión de Maxim es más la de «un tipo más accesible, más vulnerable y dañado» por la muerte de Rebecca. Es decir, su carácter se ha suavizado para mostrar a un individuo con el que la sociedad moderna puede llegar a empatizar más fácilmente.
«Ella comienza a volverse tan fuerte que él puede apoyarse en ella de alguna manera», continúa Hammer sobre el papel que juega en la relación el personaje sin nombre de Lily James. «Su equilibrio de poder es muy simbiótico: cuando él comienza a caer y a romperse, ella se pone a la altura», agrega el intérprete.
3.- MISMA AMBIENTACIÓN FILMADA EN DISTINTAS ÉPOCAS
La historia de Rebecca transcurre a finales de los años 30, es decir es contemporánea al momento social en el que Hitchcock filmó su versión. El director de la cinta de Netflix ha querido rendir homenaje con la ambientación, pero existe una brecha de 80 años de diferencia que, de algún modo, se nota en el contexto.
«Quería hacer algo que encajara en ese mundo», explica Weathley, que agradece haber tenido la oportunidad de ver como Hammer conducía un Bentley vintage de los años 20 por Mónaco. «Conducía como un cerdo, pero fue increíble», asegura el cineasta.
4.- EL GRAN BAILE DE MÁSCARAS SE VUELVE MÁS OSCURO
Una de las escenas más memorables de Rebecca tiene lugar durante el gran baile de máscaras en la casa Mandeley, donde la protagonista sin saberlo se viste con un vestido de Rebecca que le entrega la taimada ama de llaves. Esto causa un enfado brutal en Maxim, que responde de forma violenta mientras su nueva esposa intenta escapar del lugar.
En la versión de Netflix, la secuencia se vuelve aún más retorcida cuando la joven ve entre la multitud la figura de una mujer, que bien podría ser el recuerdo de Rebecca. «Vi esa escena como un agujero negro en el que la película colapsa en sí misma», explica Wheatley. «Ella está básicamente siendo aplastada por la historia y el contexto de la casa».
5.- SE MANTIENE LA INTRIGA SOBRE LA MUERTE DE REBECCA
La última gran diferencia es cómo la versión de Netflix trabaja el secreto que esconde la muerte de Rebecca. Mientras que, tanto la novela original como la película de Hitchcock destapan la verdad muy pronto, la cinta de Wheatley mantiene la intriga casi hasta el último momento, lo que deja al espectador pensando qué es real y qué no.
«Aprendes al mismo ritmo que la protagonista, lo que provoca ese sentimiento creciente y repugnante de ‘Oh Dios, Rebecca no sólo ha muerto, sino que murió de una forma trágica'», concluye el director sobre la intencionalidad de su historia. «Ella está pensando en su cabeza que nunca será tan buena como Rebecca, porque la considera una santa», sentencia el cineasta.
Rebecca ya está disponible en Netflix.