Redacción/SinEmbargo
30/10/2018 - 8:01 am
Oh Santa Lucía / Invitado incómodo
La decisión del presidente Electo Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en Texcoco, para trasladar la obra a Santa Lucía, sigue causando polémica. Las principales críticas al proyecto del tabasqueño aseguran que implica enormes pérdidas económicas, desconfianza en la inversión extranjera y falta de sustento en la viabilidad del proyecto.
Oh Santa Lucía
La decisión del Presidente electo Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en Texcoco, para trasladar la obra a Santa Lucía, sigue causando polémica. Las principales críticas al proyecto del tabasqueño aseguran que implica enormes pérdidas económicas, desconfianza en la inversión extranjera y falta de sustento en la viabilidad del proyecto. Ante ello en Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: «contra las opiniones de la institución de estudios aéreos en que se basan las aerolíneas y el gobierno estadunidenses para vuelos nacionales e internacionales, de las compañías y pilotos que viajan a México, de los mejores ingenieros mexicanos y del sentido común, se impuso el criterio de quien ayer acompañó al Presidente electo: José María Riobóo, autor de la máxima ‘Los aviones no pueden chocar, y no pueden chocar porque automáticamente se repelen…’. Algo por completo ajeno a la descocada física riobóotica debió haber causado la colisión de un F-5 ¡con tres! Lockheed T-33 en el desfile militar de 1995… más todos los que registra la historia de la aviación mundial. Lo que sea que venga con el próximo gobierno provoca escalofrío, para empezar que se dinamiten las miles de toneladas del tercio de varilla y concreto ya colados en el aeropuerto que aborta. En 1954, el filósofo húngaro Georg Luckács se preguntó por qué los marxistas no previeron el surgimiento del nazifascismo. Analizó el tema, despejó la incógnita, le dedicó un libro y lo tituló El asalto a la razón…».
La decisión de AMLO parece no tener sentido para muchas personas, sobre todo debido a que no existe un proyecto concreto que respalde la propuesta de Santa Lucía, que más que un proyecto es una idea. Así lo considera en el Excélsior, el periodista Jorge Fernández Menéndez, escribe que: «a no sé con quién ha hablado o qué ha pensado López Obrador en las últimas semanas para decidir echar por la borda el trabajo realizado durante los tres primeros meses después de su elección […]. Y la cereza de ese pastel ha sido la decisión respecto al nuevo aeropuerto. Nadie con seriedad puede pensar que esa decisión fue tomada en forma autónoma por ‘el pueblo’. La consulta fue amañada, convocada por su partido, por funcionarios quienes también habían decidido qué querían, no tuvo el menor control ni legalidad […]. Ni modo, el pueblo habló. Pero también lo hicieron los mercados que quitaron calificaciones de inversión, tiraron el peso, pronosticaron aumentos de las tasas de interés, aceptaron que habrá demandas nacionales e internacionales y sembraron la desconfianza en un campo que se había trabajado desde meses atrás para que la seguridad en la estabilidad que brindaría el nuevo gobierno se hiciera conciencia en la población y los inversionistas. Santa Lucía no tiene viabilidad como solución aeroportuaria y eso lo han dicho todos los actores especializados en el mundo de la aviación […]. El próximo secretario de Comunicaciones y Transporte, Javier Jiménez Espriú reconoció que se perderán, sin posibilidad de retorno, 40 mil millones de pesos al cancelar Texcoco […]. No tiene sentido. Andrés Manuel López Obrador ganó con una mayoría que le dio respaldo legislativo como para poder asumir una nueva etapa de desarrollo del país, prácticamente, sin riesgos […]. Hay involucrados en esa obra de infraestructura recursos por casi 200 empresas nacionales y muchos de los principales consorcios extranjeros del sector, pero también ahí están los recursos de distintas Afores, sobre todo Inbursa, y de inversionistas pequeños y medianos que pusieron sus ahorros en la Fibra E. El desafío de López Obrador es garantizar la seguridad, luchar contra la pobreza y la corrupción. Para eso lo votaron millones de mexicanos. Y para todo eso se necesitan recursos, participación y un gran acuerdo de todos los sectores productivos del país. Santa Lucía sigue siendo hasta el día de hoy una idea. No hay un proyecto, ni siquiera una visita de campo con estudios estructurales […]. Sinceramente, no lo entiendo. Y creo que buena parte de quienes apoyan y colaboran con el Presidente electo tampoco lo entienden. Pero resulta que no están dispuestos a contradecirlo, quizá, porque él no escucha las críticas y las consideras productos de enemigos e incluso de golpistas».
Los costos de esta decisión de AMLO serán diversos, pues también en Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: «nadie podrá decir que no cumplió lo que desde hace años dijo. Andrés Manuel López Obrador dijo hace años no al NAIM de Texcoco, lo repitió más de una vez en campaña y al final, como para aflojar su relación con algunos empresarios prometió una consulta […]. Insisto, un referendo sobre Texcoco organizado por el partido que no quería Texcoco; y pues adiós, no más el aeropuerto de Texcoco. Vendrán algunos costos por la decisión, los visibles, los mercados, el peso; algunos menos visibles que tendrán que ver con la relación que se había construido con grupos empresariales; otros que seguro no le gustaron, como que ayer dijo que habrá consulta para el Tren Maya […]. Habrá beneficios políticos, como el reforzamiento de la lealtad de su base de electores semanas antes de la toma de posesión, una especie de renovación de empoderamiento que tal vez en algo se había perdido en esta larguísima transición. Pero tal vez el mayor costo es que difícilmente existirá Santa Lucía. Y eso importa porque el proyecto de no a Texcoco siempre tuvo a lado la narrativa de Santa Lucía. Será el primer proyecto de infraestructura que, creo, no existirá. Un estudio, el más serio, sobre la viabilidad de Santa Lucía dice claramente que es imposible; otro dice que no ven cómo pero que hay que hacer más estudios, y otro, con información de Riobóo, y una página de internet dice que tal vez sí, pero que no se tome ninguna decisión con ese estudio y se hagan otros […]. Y luego, hay que esperar a que los habitantes que rodean Santa Lucía hagan su propio movimiento… Y en fin. Será por eso por lo que, a la mitad del camino de esta transición, se resucitó Toluca que, recordemos, llegó a tener cuatro millones de pasajeros al año. No estaría mal, por cierto, acercarle el interurbano, ya de perdis. Esos pasajeros más una terminal más en el Benito Juárez hacen que el asunto aguante unos años más, el sexenio por lo menos. Ya que vengan otros a arreglar el verdadero problema».
Invitado incómodo
Luego de que Marcelo Ebrard diera a conocer que Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, confirmó su asistencia a la toma de protesta de AMLO, los ciudadanos no han dejado de manifestar su descontento con la invitación sal mandatario, incluso han pedido que esta le sea retirada en solidaridad con el pueblo venezolano. Por ello en el Excélsior, su director, el periodista Pascal Beltrán del Río, escribe que: «a cortesía que el próximo gobierno extendió al Presidente venezolano Nicolás Maduro para asistir a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador está galvanizando a la endeble y difuminada oposición que dejaron las elecciones del pasado 1 de julio. En apenas tres días, una petición lanzada por la panista Mariana Gómez del Campo en la plataforma change.org para repudiar la visita de Maduro había generado más de 43 mil firmas de apoyo […]. El Presidente electo ya ha dado cuenta que le gusta tomar en cuenta la opinión de la gente y tiene en muy alta estima a las ‘benditas redes sociales’. Sería extraño, pues, que se hiciera de oídos sordos respecto de la forma en que los mexicanos se han manifestado en dichas redes desde el pasado fin de semana –con el hashtag #MaduroNoEresBienvenido– para repudiar la visita a México del mandatario venezolano, quien se ha convertido en un paria en el vecindario latinoamericano por las constantes violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad regulares e irregulares del régimen […]. Ayer preguntaba en este espacio qué podía ganar el nuevo gobierno asociándose con un régimen que no sólo ha violado todas las reglas de la democracia para mantenerse en el poder […], sino que reprime violentamente a lo que queda de la oposición. No me queda claro […]. El razonamiento para invitar a Maduro a la toma de posesión es que el nuevo gobierno de México quiere buenas relaciones con todas las naciones. Pero aquí hablamos de un país cuyo gobierno tiene una ‘impronta criminal’, por citar al secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro. Si la opinión de la gente realmente importa, Maduro debiera ser desinvitado. Entre otras cosas, para que su presencia no se convierta en el foco de la toma de posesión».
Po su parte en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: «quienes saben de cuestiones diplomáticas dicen que invitar a Nicolás Maduro a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador no es por gusto sino por simple protocolo, dado que México y Venezuela mantienen relaciones. Lo que sí dependerá del próximo Presidente es decidir qué clase de recibimiento le dará al impugnadísimo mandatario venezolano: ¿lo recibirá el propio tabasqueño o mandará a un funcionario menor a darle la bienvenida? En ambos casos, el mensaje es claro y contundente. A ver qué decide AMLO… ¿o también lo va a someter a consulta?»
En el mismo tono, en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: «emucho alboroto se ha producido en redes sociales por la confirmación de la visita del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a la toma de posesión del 1 de diciembre. Llama la atención la manera de cuestionar y oponerse a todo de los mexicanos. Estancados en sentimientos que nacen en el hígado no avanzaremos a ninguna parte. Piden que no venga. Qué caso tiene. Es evidente que nadie quiere perderse el evento del año. Marcelo Ebrard, próximo titular de la SRE, recordó que, en su momento, los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón invitaron a Venezuela a sus respectivas tomas de posesión. ‘Nuestro país es respetuoso de los gobiernos del mundo y no excluirá a nadie que tenga representación diplomática en México’, precisó. Confirmados 15 jefes de Estado. La foto va a estar buena. Bienvenidos todos».
Silencio del caso Norberto Rivera
Por otra parte en El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: «al parecer no hay mucho misterio en el silencio que ha guardado el Arzobispado de México y en la cancelación de una reunión con periodistas en la Catedral Metropolitana para hablar del ataque en la casa del cardenal Norberto Rivera Carrera. Nos cuentan que la suspensión el domingo de la conversación con los representantes de los medios de comunicación se debió a que el arzobispo primado de México, el cardenal Carlos Aguiar Retes, todavía no regresa del Vaticano. Como le contamos en este espacio, la Arquidiócesis convocó la noche del sábado con carácter de urgente para después suspender la rueda de prensa, sin más explicaciones. Entonces, nos dicen, habrá que esperar el retorno de Aguiar Retes para tener información y la posición del arzobispado.
Seguridad social LGBT
En tanto en Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: «en el Senado se prevé que en las próximas horas salga el primer dictamen importante de la legislatura y no precisamente el relativo a los derechos que se reconocerán en la sesión de hoy a la comunidad lésbico-gay en materia de seguridad social. En la oposición dicen que quizá se destrabe finalmente el tema de la Fiscalía General, aunque en la bancada que encabeza Ricardo Monreal se lo toman con más calma, a cuatro semanas del cambio de sexenio».
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