Por Jesús García Becerril
Madrid, 30 oct (EFE).- El Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, encontró hoy un apoyo con matices en sus planes contra los independentistas catalanes por parte de los dos nuevos partidos que ponen en cuestión el histórico bipartidismo, Ciudadanos (centristas liberales) y Podemos (izquierda).
En su estrategia contra los partidos catalanes que en el Parlamento de esa región promueven un proyecto de secesión respecto a España Rajoy convocó hoy a los líderes de ambos partidos, que no tienen representación en el Congreso dado que su eclosión es reciente.
Tras lograr el miércoles pasado el respaldo del líder socialista, Pedro Sánchez en su objetivo de defender la unidad de España, Rajoy obtuvo hoy el del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, partidario de que se haga cumplir la ley y se mantenga la unidad de España.
Rivera se puso a disposición del Gobierno español con ese objetivo, pero expresó diferencias de matiz con Rajoy sobre la posibilidad de recurrir ya la moción independentista incluso antes de que sea aprobada, lo que ocurrirá en torno al 9 de noviembre.
A ese respecto, la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró hoy tras la reunión semanal del Gabinete que la declaración independentista de Junts pel Si y CUP sólo será recurrida ante el Tribunal Constitucional cuando sea aprobada en el Parlamento catalán.
Santamaría valoró la idea de Rivera de construir lo que denominó un «Pacto por España», pero puntualizó que el mejor pacto ya existe, y es la Constitución en vigor de 1978.
El artículo 155 de la Constitución permitiría, en caso extremo, actuar contra los dirigentes regionales que vayan contra la legalidad y el interés general del país.
No obstante, todas las fuerzas políticas están de acuerdo en que ese recurso debería emplearse en caso extremo y que por el momento es conveniente, en palabras del propio Rajoy, actuar de modo proporcional.
Rivera, cuyo partido es el segundo en diputados en la Cámara catalana, no había acudido hasta ahora al Palacio de La Moncloa, sede del Gobierno español, lo mismo que Pablo Iglesias, líder de Podemos, que esta semana formalizó su renuncia al acta de eurodiputado para liderar la candidatura del partido a las elecciones legislativas españolas del 20 de diciembre.
Iglesias fue más crítico, ya que defiende que haya una consulta para que los catalanes decidan sobre su vinculación con España, aunque él propugna que permanezcan en el país.
Abogó por el diálogo para resolver el contencioso, aunque advirtió: «A mí no me convencen los frentes antisecesión, es momento de tender la mano», al tiempo que acusó a Rajoy de estar en un «búnker».
La semana próxima Rajoy se reunirá con otras fuerzas representadas en el Parlamento español, entre ellas Uniò, nacionalistas catalanes moderados opuestos a la secesión.
El 9 de noviembre es también la fecha límite para que la Cámara catalana debata la investidura del nuevo Presidente del Gobierno regional.
El actual, Artur Mas, es el candidato de la formación Junts pel si, pero es rechazado por la CUP (izquierda radical), que le considera relacionado con políticas de recortes sociales y casos de corrupción.
El diario editado en Barcelona «La Vanguardia» publica hoy las diferencias en el propio Gobierno catalán, en funciones de las elecciones regionales del 27 de septiembre, respecto hasta qué punto hay que hacer concesiones a la CUP, que defiende nacionalizaciones.
Según ese diario, en el Ejecutivo de Mas algunos representantes más moderados discrepan del modo en que se ha planteado la secesión y prefieren el contacto con el Estado.