La limpieza en el cuerpo de las mujeres es un tema del que poco se habla. Ésta incide de forma directa en la prevención de infecciones y enfermedades.
Por Laura Cámara
Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo/HuffingtonPost).- La vagina es especialmente vulnerable a determinadas infecciones, por lo que los cuidados deben ser óptimos. En este proceso, entender por qué ciertas cosas son contraproducentes se hace necesario.
Pese a la publicidad, que forma determinados estereotipos sobre cómo deberían atenderse los genitales, la experta y sexóloga, Laura Cámara, explica en su blog del HuffingtonPost algunas ideas esenciales.
¿CON QUÉ LAVARSE ?
Gel, jabón, toallitas, etc. Hay un sinfín de productos donde elegir. Pero, ¿cuáles son los productos más adecuados?
En primer lugar, hay que empezar por decir que es muy difícil eliminar el flujo, el olor, la humedad en la zona genital, porque los genitales cumplen una función excretora. Es decir, dejan salir flujo, secreciones, la menstruación, etc., al exterior del cuerpo. Cosa que es totalmente necesaria. Así que la naturaleza ha puesto ahí toda esa cantidad de flujos y olores. Asúmelo. Intentar eliminarlos del todo es inútil y perjudicial.
Dicho esto, hay que lavarse, y para ello, lo ideal es usar un gel para la zona íntima con un “PH” adecuado que no irrite ni reseque la zona.
O bien un gel de ducha neutro que nos sirva para todo el cuerpo, y también los genitales. Hay muchos productos en el mercado donde elegir. No debemos usar ningún producto que sea agresivo, como jabones o desodorantes íntimos, y pretender eliminar el flujo o el olor totalmente. Ni se puede, ni se debe.
Una pregunta frecuente: ¿el jabón casero es bueno? Laura Cámara, sexóloga y bloguera del HuffingtonPost, opina que no. “No es que sea malo, pero el jabón casero reseca mucho. Tampoco se suelen recomendar las toallitas húmedas, porque en general resecan e irritan demasiado”, indicó.
¿CUÁNTAS VECES LAVARSE?
Este es otro punto importante. La higiene íntima femenina no debe ser excesiva. El exceso de higiene y gel en los genitales va a producir primero, sequedad, y segundo, que se elimine toda la protección que de manera natural tiene la zona.
Aunque no nos lo parezca, el flujo, la lubricación, etc…, están ahí para algo. Lavarse en exceso solo puede llevar a que la zona genital quede desprovista de su protección natural y favorezca a las infecciones.
La higiene genital femenina debe ser una vez al día. La ducha diaria proporciona a la zona una higiene adecuada. Por otro lado, si se está en algún proceso de infección o en los días de la menstruación y se siente la necesidad de lavarse con más frecuencia, se hace sólo con agua. Sin usar ningún producto. Eso suele ser suficiente.
HAY DE FORMAS A FORMAS
Cuando limpiamos los genitales, ya sea con papel higiénico o con agua, se debe limpiar la zona siempre en la misma dirección: de la parte anterior a la posterior. Es decir, de la parte más limpia (uretra y vagina) a la parte más sucia (que es el ano). Si se hace al revés, podemos facilitar las infecciones por el hecho de llevar restos de heces hacia la vagina o la uretra.
Esto es importante en todas las edades. Desde los bebés, las niñas, adultos o mujeres mayores.
Así que cada vez que se vaya al baño o durante la ducha, se debe lavar de esta manera. Es importante también enseñar a las hijas a hacerlo así. Un buen hábito de higiene para toda la vida.
LAS DUCHAS VAGINALES
Las duchas vaginales son la aplicación de agua o productos específicos de limpieza para el interior de la vagina. Como lo dicho anteriormente, la vagina es una parte del cuerpo húmeda, que siempre va a tener restos de flujo y secreciones. Y es bueno que los tenga.
Las duchas vaginales quitan toda esa lubricación y protección natural, y producen mucha sequedad. Esa sequedad más bien produce malestar. Además, igual que lo dicho antes, se eliminan los microorganismos que deben estar en la vagina para evitar infecciones.
Así que no se recomiendan las duchas vaginales. Lo que hay de manera natural en la vagina hay que dejarlo ahí.
Usa las duchas vaginales sólo si forma parte de un tratamiento prescrito por algún médico para algún caso concreto de infección vaginal.
USO DE ESPONJAS
No se recomienda el uso de esponjas para lavar los genitales, porque pueden ser una fuente de gérmenes. Es preferible usar las manos limpias para lavar bien en la vulva y entre los labios y el clítoris.
DURANTE LA MENSTRUACIÓN
Tanto si se usan tampones, compresas o copa menstrual, hay que cambiarlas de manera regular, sin dejar pasar más de 6 horas.
En caso de usar tampones, es importante usar un tamaño de tampón adecuado a la cantidad de menstruación. Un tampón más absorbente de lo necesario produce demasiada sequedad vaginal.
“Durante la menstruación no es necesario lavarse más a menudo. Una vez al día es suficiente. Pero si aun así sientes la necesidad de hacerlo, hazlo solo con agua. No uses gel todas las veces”, expuso Cámara en su blog.
DEPILACIÓN O RASURADO
La depilación genital está de moda. Sí, sí,… está de moda. Las mujeres se quitan el vello genital por comodidad o estética.
“Puede gustarnos más o puede gustarnos menos, pero lo cierto es que quitar el vello de la zona genital también es quitar una protección propia de la zona. Si eres propensa a las infecciones y a la sequedad vulvar y te depilas completamente la zona, prueba a dejar algo más de vello en los genitales, de manera que la piel de la vulva recupere una protección natural”, explicó Cámara.
Si aún así se insiste en la depilación completa de los genitales, hay que tener cuidado con usar productos agresivos o cuchillas que puedan dar pequeños cortes. No hace falta decir que la zona merece el máximo cuidado.
ROPA INTERIOR
Hoy en día podemos encontrar mucha ropa interior variada en cuanto a materiales, colores, formas y tamaños.
“Usa aquella ropa interior pensando en tu comodidad, y no en la estética. Claro está que estoy hablando de tu vida diaria. Si necesitas ropa interior para una ocasión especial…, es otro tema”, dijo Cámara.
La mejor opción es usar ropa interior de algodón a ser posible. Si se tiene problemas de picores y molestias vulvares, quizá no sea de algodón, o de mala calidad, o con unos tintes demasiado agresivos para la piel.
RELACIONES SEXUALES
Después de tener relaciones sexuales, no hace falta hacer ninguna ducha vaginal, pero sí puedes lavarte con agua o un gel íntimo. Así e elimina el exceso de fluidos, o de productos como los lubricantes que pueden contener, por ejemplo, los preservativos.
“Recuerda que lavarse después de tener relaciones no evita las Enfermedades de Transmisión Sexual”, quiso advertir.
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