¿Qué le faltaba hacer al mayor cineasta japonés de los últimos tiempos? Fue actor, mimo, director, escritor, pintor y hasta diseñador de videojuegos, hoy afila los lápices y entrega a sus muchísimos seguidores en el mundo la historia Análogo, mientras su reciente filme, Outrage Coda, fue exhibida fuera de concurso en la 74 Mostra de Venecia.
Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo).- Cuenta Takeshi Kitano que cuando llegó por primera vez a un set comenzó a ver las miradas soberbias de los camarógrafos. No sabía nada de cine. Pero sí sabía de artes marciales y como tal comenzó a hacer movimientos en tal sentido.
“Debes hacerte respetar cuando llegas a un sitio” y así fue haciéndose director de cine, hoy uno de los más respetados en Japón, donde es llamado Beat Takeshi, el nombre que emplea el artista nipón en sus facetas no cinematográficas y que corresponde a uno de los cómicos más conocidos de la televisión nipona.
Él y su compañero Kiyoshi Kaneko formaban el mordaz dúo Two Beats, que tuvo mucho éxito en los ’80, hasta que después de ser un cineasta de culto obtuvo el León de Oro en el Festival de Venecia en 1997, Hana-Bi (Flores de fuego) y con su humor negro –muy a lo Quentin Tarantino, aunque es de saber que fue este el que le copió a aquel- pasó a ser un creador del mundo.
Ahora Takeshi Kitano tiene un tic en el ojo derecho y la cara paralizada, algo que le quedó luego de chocar con su moto mientras manejaba borracho con su moto por las calles de Tokio. Así nació la película autobiográfica Kids Return (1996), en la que dos jóvenes dejan sus estudios para intentar ganarse la vida. Uno termina siendo boxeador y otro, asesino para la yakuza.
Otra película de él es El verano de Kikujiro (1999), una película mágica y madura, totalmente salida de sus filmes de violencia con la que se había hecho famoso, que contaba la historia de Masao, un niño de 6 años al que le toca pasar el verano con su abuela quien no para de trabajar.
Takeshi Kitano nació el 18 de enero de 1947 en Adachi, un barrio obrero del área metropolitana de Tokio. Estudió ingeniería mecánica en la prestigiosa Universidad de Meiji y no acabó la licenciatura porque se fue de gira con una compañía de teatro amateur llamada France Theatre of Akasuka.
Su primera película fue Violent Cop (1989), una ópera prima brutal que marcaría los trabajos siguientes del director: la violencia como elemento central, el empleo de unas bandas sonoras atractivas que marcan con gran éxito el ritmo de la historia, los amplios silencios o elipsis que con frecuencia ofrecen una fuerza comunicativa mayor que los diálogos y los planos frontales.
Luego filmaría Boiling Point, Sonatine y Escenas en el mar, con la que Kitano adquiriría una firma natural y propia, un cineasta que se debatía entre el thriller de bajos fondos y violentos finales y la delicadeza del drama romántico, social y contemplativo.
De todas sus películas destaca Zatoichi (2003), un filme de samuráis escrita, dirigida y protagonizada por él, basado en una novela de Kan Shimozawa, creador de Zatoichi.
LA ERA DE OUTRAGE CODA
En el reciente Festival La Mostra de Venecia, sin concursar, se presentó Outrage Coda, el filme que cierra la trilogía de Takeshi Kitano sobre la yakuza japonesa, en el que vuelve a interpretar a Otomo, un ejecutor de la antigua familia del crimen Sanno-kai que ahora está instalado en Corea del Sur, pero cuando la banda rival Hannabishi-kai empieza una guerra en su nuevo hogar, Otomo tendrá que regresar a Japón en busca de venganza.
Mientras tanto, publicó en Japón su nueva novela, una historia de amor con la que el creador quiere dar un cambio de rumbo en una trayectoria de filmes, producciones televisivas y libros marcados por la violencia y el humor.
La novela, titulada Anarogu (Análogo, en japonés), tiene 176 páginas y sale a la venta con una tirada de unos 30.000 ejemplares bajo la firma de «Beat Takeshi», según anunció su editorial, Shinchosha.
Kitano es autor de casi un centenar de libros publicados en Japón, aunque todos ellos fueron escritos «con la ayuda de otros autores», mientras que Anarogu es obra exclusivamente suya y se trata de «su primera novela de amor», según afirma en unas declaraciones recogidas por su editorial.
«Siempre me han dicho que no era capaz de tratar las relaciones sentimentales entre hombre y mujer, así que quería describir lo que significa preocuparse mucho de alguien en esta novela», explica Kitano, de 70 años.
Anarogu relata la historia de una pareja, Satoru y Miyuki, que se hace una promesa de amor mutuo a través de Internet y sin haberse conocido en persona y posteriormente tratan de plasmar su relación «en el mundo real o análogo», según la editorial.
«Me hubiera gustado tener una experiencia de amor como esta en mi vida», señala en las declaraciones recogidas por la editorial el autor.
Con información de efe