Madrid, 30 sep (EFE).- La afirmación del fiscal general de la Confederación Suiza, Michael Lauber, de situar a Michel Platini «entre testigo y acusado», empaña el proyecto hacia la presidencia de la FIFA del dirigente galo pese a la cautela y el silencio que guardan, de momento, sus posibles rivales.
El Príncipe jordano Ali Bin Al-Hussein, el surcoreano Chung Mong-joon y el brasileño Zico, el último hasta ahora en postularse como sustituto de Joseph Blatter, han preferido no mover ficha de momento y esperar, quizá, a que la investigación en curso les allane el camino.
«Le estamos investigando y está en una posición intermedia entre un testigo y un acusado» ha dicho Lauber tras pronunciar una conferencia en la universidad de Zúrich en alusión a Platini, cuatro días después de tomar declaración a éste sobre el pago de dos millones de francos suizos que la FIFA le hizo en 2011 por un trabajo que hizo entre 1998 y 2002.
Pese a esto, Platini ha repetido el mensaje que ofreció a las 53 federaciones de la UEFA como aclaración a lo ocurrido el pasado día 25 en Zúrich, donde acudió a participar en un Comité Ejecutivo de la FIFA y acabó interrogado dentro del proceso abierto contra Joseph Blatter por sospechas de gestión desleal y abuso de confianza.
Platini, mientras, ha sido tajante sobre cuál es situación ante la justicia. «Absolutamente no. La semana pasada fui escuchado por las autoridades suizas solo como una persona para facilitar información y colaboré totalmente», ha dicho a AFP.
«Estoy totalmente tranquilo y sereno, porque no tengo razones para estar preocupado. También he recibido muchos mensajes de apoyo de gente de todo el mundo que confía en mí y que espera que yo pueda restablecer la credibilidad en el gobierno del futbol mundial», ha añadido.
Pero la confusión por todo lo que rodea a la FIFA con la imputación de Blatter por las investigaciones que se llevan a cabo en Estados Unidos y en Suiza, donde la Fiscalía ya ha reconocido que no se limita a la atribución de los mundiales 2018 y 2022 a Rusia y Catar, puede volverse ahora en contra del que era considerado el máximo candidato a reemplazar al dirigente suizo, el próximo 26 de febrero.
Sus posibles rivales, hasta ahora con papeles de secundarios, pueden ver en estos momentos cómo se produce una carambola a su favor, pese al silencio con el que observan los últimos movimientos.
El magnate surcoreano Chung Mong-joon, que a principios de mes acusó a la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) de interferir ilícitamente en las elecciones para favorecer a Platini, ha optado por no hacer ruido en estos momentos, igual que Zico, enzarzado en el número de respaldos que debe presentar (al menos cinco asociaciones) para ser candidato y el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein.
Éste sí se pronunció después de hacerse pública la imputación de Blatter, aludiendo a la «necesidad de un nuevo liderazgo para restablecer la credibilidad de la FIFA».
«El cambio, como siempre he dicho, es un proceso. No es un momento. El proceso de cambio de la FIFA empezó en mayo. Tenemos una oportunidad en febrero de llevarlo adelante. Ahora debemos ir juntos y trabajar para restaurar la credibilidad de la FIFA y la reputación (…) He escuchado a muchas asociaciones en las últimas 24 horas y lo que he oído me hace confiar en que, trabajando juntos, podemos emerger más fuertes», ha confiado el vicepresidente de la FIFA, único rival de Blatter en las elecciones del pasado 29 de mayo, en las que se retiró, tras perder la primera vuelta con 73 votos frente a 133.