En una entrevista con Efe, destacó que «el atraso, la corrupción» y la falta de educación de los políticos se refleja tanto en la organización de los partidos como en sus funciones legislativas, generando en los ciudadanos un desdén hacia la «élite gobernante» y un «desprecio general de la política».
Por Ubaldo Bravo
México, 30 jul (EFE).- El sociólogo y antropólogo mexicano Roger Bartra aseguró hoy que la corrupción es el principal problema de México, donde hay «una clase política de bajo nivel» que se ha ganado «a pulso» el desprecio de la población.
En una entrevista con Efe, destacó que «el atraso, la corrupción» y la falta de educación de los políticos se refleja tanto en la organización de los partidos como en sus funciones legislativas, generando en los ciudadanos un desdén hacia la «élite gobernante» y un «desprecio general de la política».
Bartra (Ciudad de México, 1942), doctor en Sociología por la Universidad de la Sorbona (París III), aseguró que la corrupción ha bloqueado «el desarrollo económico y el combate a la pobreza» al estar presente en instituciones públicas y privadas.
Aunque en los partidos hay grupos «modernizantes», conscientes de los problemas sociales, estos están en conflicto con otros sectores «conservadores» y «tradicionales», interesados «en la manipulación a corto plazo para lograr beneficios electorales».
En general, «la clase política no está a la altura de las circunstancias», sentenció el antropólogo, quien puso como ejemplo el choque del 19 de junio en el municipio de Nochixtlán (Oaxaca) entre fuerzas de seguridad y maestros opositores a la reforma educativa, en el que murieron ocho civiles, según cifras oficiales.
«La Procuraduría General de la República ha enmudecido. No sabemos absolutamente nada, no hay una versión oficial de lo que sucedió», indicó este investigador y catedrático emérito de Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Explicó que este suceso, sumado a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en Iguala en septiembre de 2014, «generan mucho nerviosismo y sirven de base, de apoyo, a movimientos de protesta».
México tiene una «clase política de bajo nivel, élites políticas que se han ganado el desprecio de gran parte de la población, y se lo han ganado a pulso», insistió el también ensayista que desde 2014 es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
No obstante, explicó que los partidos «no están obsoletos» porque ello implicaría que la misma democracia fuera obsoleta, y arremetió contra los candidatos independientes, de quienes dijo que si tienen éxito deberán hacer alianzas o formar nuevas fuerzas políticas o, de lo contrario, serían «parásitos marginales que carecen de intereses».
Bartra aseguró que no existe una democracia «cien por ciento sana», ya que es un sistema político «lleno de defectos» que «genera muchas tensiones y muchos conflictos».
«Cuando no tenemos democracia notamos lo mucho que la necesitamos, pero cuando llega (…) saltan tanto a la vista sus defectos que también estamos descontentos (…) Estamos condenados a esta situación y no veo una salida a corto plazo», admitió.
Señaló que países como España, Francia y Reino Unido también están gobernados por políticos de bajo nivel, y para muestra la reciente decisión de los británicos de salir de la Unión Europea. «Su clase política se acaba de suicidar y tirar al país en una situación muy difícil con el brexit», apuntó.
Aunque el sociólogo valora la importancia de la participación de instancias como la ONU o la OEA en la solución de los problemas de los países, cree que estas «se tienen que generar desde adentro» a través de la educación política y la «gestación de civilidad extendida a la mayor parte de la población».
Con una educación «política» y de «civilidad» en todos los sectores, la población podrá «sacar conclusiones políticas más refinadas, más adaptadas a la complejidad de lo que estamos viviendo (…) Eso es un reto muy importante para el sistema democrático», destacó.
En la obra de Bartra, la más traducida al inglés en el campo de las Ciencias Sociales mexicanas, destacan títulos como Campesinado y poder político en México (1982), El salvaje en el espejo (1992), La fractura mexicana: izquierda y derecha en la transición mexicana (2009) y El mito del salvaje (2011).
A lo largo de su trayectoria ha recibido reconocimientos como el Premio Universidad Nacional Investigación en Ciencias Sociales en 1996 y el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez en 2009.