El músico y el poeta, convocados por el fotoperiodista Alejandro Meléndez, ofrecerán mañana un concierto en Xalapa, para recordar a las víctimas del multihomicidio de La Narvarte el día en que se cumple un año de la tragedia. “Un muerto nos bastaba. ¿Cómo llegamos aquí, ignorando al otro, ignorando al de al lado?”, se preguntan en la pieza “¿Cuánto pesa un muerto?”
Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).– “Este domingo 31 de julio se cumple #1AñoSinRubén. Por ello estaremos recordándolo tocando unas rolas en la Plaza Regina de Xalapa, a las 11 am, al lado de Mardonio Carballo. ¿Hacemos memoria juntos, por él y por tantos desaparecidos y asesinados?”: la convocatoria del músico y escritor Alonso Arreola, desde la doliente tierra veracruzana, nos hace caer en la cuenta de eso inevitable llamado como “paso del tiempo”.
Hace apenas unos meses, en enero de 2016, se inauguraba una muestra fotográfica con el título “Cartas a Rubén”, una honra a su trabajo que dejó huella y que pretendía seguir en la Ciudad de México, adonde llegó “por intimidación” en su tierra, la que ostenta el récord de periodistas asesinados y desaparecidos durante el cuestionado Gobierno de Javier Duarte.
Con una treintena de imágenes de su autoría y un foro de discusión en el que se recordó su trabajo y su trágica muerte, la exposición del fotógrafo Rubén Espinosa (1983-2015) en el Instituto Goethe, fue una de las tantas manifestaciones de homenaje y dolor por su asesinato y el de las cuatro mujeres que estaban con él en el departamento de la Colonia Narvarte, entre ellas la activista chiapaneca Nadia Vera.
El homenaje este domingo en Xalapa, “será triste y amoroso, pero también tendrá furia, reclamo. Hablarán personas cercanas a quienes murieron con Rubén y Nadia y nosotros tocaremos piezas de nuestro disco Las Horas Perdidas, dedicado mayormente a los desaparecidos (en distintos niveles y formas)”, dice el músico y escritor Alonso Arreola en entrevista con SinEmbargo.
“Para mí ha sido distinto empezar esta etapa de mi vida, ha sido un cambio radical, no empiezo de cero, pero sí es comenzar de nuevo”, decía Rubén Espinosa a Periodistas de a Pie, cuando denunciaba las amenazas y la situación de peligro en que se encontraba porque su trabajo “molestaba” al Gobierno de Javier Duarte.
Arreola y Mardonio Carballo fueron convocados por el fotorreportero Alejandro Meléndez, uno de los más activos en la defensa de sus compañeros amenazados y perseguidos, en medio de una violencia del crimen organizado muchas veces confundida con la que –según denuncia- ejerce el Estado en varios rincones de nuestra República.
“Nos invitó el fotoperiodista Alejandro Meléndez, además, Mardonio conocía bien a Rubén. Y bueno, nos importa sumar nuestra voz a través del arte (la belleza es una fuerza fundamental para el cambio)”, asegura el nieto de Juan José Arreola desde Xalapa, a pocas horas de ofrecer un concierto en memoria de los desaparecidos en México.
“La palabra desaparecido tiene apellidos múltiples: desaparecido por la fuerza, por la muerte, por la macroeconomía, por la ignorancia y el olvido. A hombres fantasma, desaparecidos junto a las vías del tren. Es un vocablo que debemos rumiar constantemente para entender el mundo de hoy, para intentar mejorarlo”, agrega Alonso.
Nieto también de un prominente psiquiatra veracruzano por parte de madre, Rafael Velasco, Alonso y su hermano José María conoce muy bien Xalapa, la tierra donde ahora vive su madre, Beatriz Velasco. ¿Cómo es ahora la Xalapa de su infancia con tantos muertos y desaparecidos, cómo es Veracruz?
“Veracruz ha cambiado dolorosamente, sus últimos gobiernos lo han saqueado y entregado a la violencia. La gente vive preocupada, triste. Ojalá que al término de este mandato haya justicia y comience una verdadera evolución. Es una pena cuando recuerdo lo que solía ser”, confiesa el que es considerado uno de los mejores bajistas de México.
“Un muerto nos bastaba. ¿Cómo llegamos aquí, ignorando al otro, ignorando al de al lado?”, se preguntan Mardonio Carballo y Alonso Arreola en la pieza “¿Cuánto pesa un muerto?”. Las preguntas son mariposas negras que el aire mexicano se tropiezan entre sí, sin ver claro el horizonte, esperanzadas no obstante, porque algún día veremos, algún día sabremos.
¿Y cómo saldremos de esto?
“Saldremos en cámara lenta, incluso si hay rebeliones civiles. Nuestra corrupción tiene raíces largas, viejas. Los artistas, y la gente en general, deben aceptar un sacrificio personal, la necesidad urgente de involucrarse de alguna manera (voluntariado, alfabetizando, regalando su oficio, aliándose en causas) para la creación de mejores condiciones, ya no para ellos, sino para generaciones futuras. La bronca es que muchos confunden el reclamo simple con la acción”, concluye Alonso Arreola.