Después de 10 años de amistad, lamentablemente, el tiempo que Spencer y Rocky pasaron juntos se interrumpió pues el veterinario le detectó a Rocky un tumor canceroso; la familia tuvo que dormir al animal y terminar con el sufrimiento del perro.
México, 30 de mayo (La Opinión).- Spencer y Rocky fueron dos perros inseparables durante 10 años. Durmieron en la misma cama, comieron del mismo tazón y, básicamente, pasaban todo el día juntos, todos los días.
Beth Fisher, la dueña de los animales, le contó a Unilad que los dos perros nunca habían pasado una noche separados y que siempre paseaban juntos cuando salían a la calle.
Después de 10 años de amistad, lamentablemente, el tiempo que Spencer y Rocky juntos se interrumpió de repente. Durante una visita al veterinario se le detectó a Rocky un tumor canceroso. Lamentablemente, fue demasiado tarde para poder extirparlo con cirugía. La familia tuvo que tomar la difícil decisión de dormir al animal y terminar con el sufrimiento del perro.
Según contó Beth, desde que Rocky falleció, Spencer se ha estado levantando cada noche para pasear por la casa en busca de su hermano. Y luego empieza a llorar porque no lo encuentra.
La familia ha guardado las cenizas de Rocky, pero quedó claro que Spencer necesitaba algo más para recordar a su hermano y superar el duelo. Fue entonces cuando mandaron confeccionar una almohada para Spencer con la cara sonriente del difunto Rocky.
Spencer abrazó el regalo de inmediato, acurrucándose en la almohada y llevándolo siempre consigo, de su cama al sofá.
Según los propios dueños dicen, es posible que Spencer no supere la muerte de Rocky, pero esperan que pueda aprender a seguir adelante sin él.
La almohada ha sido un regalo tranquilizador para el perro, que se está acostumbrando a no tener a su hermano cerca.