Fabiano Augusto Martins Silveira dimitió de su puesto de ministro de Fiscalización, Transparencia y Control después de que se filtrara a la prensa una grabación en la que se le escucha formular críticas contra las investigaciones en la petrolera estatal y en la que aconseja a dos sospechosos de corrupción cómo preparar su defensa.
Río de Janeiro, 30 may (EFE).- El nuevo jefe anticorrupción de Brasil, Fabiano Augusto Martins Silveira, que llegó al Gobierno interino de Michel Temer con fama de ser un jurista con un currículo intachable, renunció hoy manchado por el escándalo en Petrobras.
Silveira dimitió de su puesto de ministro de Fiscalización, Transparencia y Control después de que se filtrara a la prensa una grabación en la que se le escucha formular críticas contra las investigaciones en la petrolera estatal y en la que aconseja a dos sospechosos de corrupción cómo preparar su defensa.
En ese audio, grabado el pasado febrero, Silveira conversa con dos investigados, el presidente del Senado, Renán Calheiros y Sergio Machado, expresidente de la estatal Transpetro, a los que da consejos sobre qué líneas adoptar en sus respectivas defensas.
El ahora exministro no soportó la intensa presión llegada desde los propios funcionarios de su ministerio y desde organizaciones internacionales a raíz del escándalo.
La relación de Silveira y Calheiros, un influyente gerifalte del Partido del Movimiento Democrático (PMDB), no es nueva.
Doctor en derecho de 43 años, Silveira trabajó como consultor legislativo en el Senado en las áreas de derecho penal, procesal y penitenciario y participó en la reforma del Código Penal.
Gracias a una recomendación de la Cámara Alta, logró ser nombrado en 2013 para uno de los quince puestos en el Consejo Nacional de Justicia, el órgano de fiscalización de los jueces.
En ese organismo ocupaba una plaza reservada a «ciudadanos de notorio saber jurídico y reputación inmaculada», según informaciones del propio CNJ, que dejó cuando recibió la invitación de Temer para integrar el Gobierno interino.
En las escasas dos semanas y media que ha aguantado en el cargo, al igual que otros ministros, ha expresado su compromiso con las investigaciones de corrupción que tienen en su eje a Petrobras.
Pero las grabaciones, en las que asegura que en la fiscalía «están perdidos» con las investigación del caso Petrobras, carcomió toda su credibilidad y le costó el cargo.