Ubicado en el paseo madrileño que le da el nombre, El Prado abrió al público en noviembre de 1819 con 311 pinturas de la Colección Real de la escuela española y 200 años después cuenta con 7 mil 600 pinturas, mil esculturas y miles de estampas, dibujos documentos históricos y objetos decorativos.
Oviedo (España), 30 abr (EFE).- El Museo del Prado, que en sus dos siglos de historia se ha convertido en una de las pinacotecas más importantes, reconocidas y visitadas del mundo, ha sido galardonado este martes con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2019.
La ejemplaridad de su contribución al «desarrollo humanístico de la sociedad pasada, presente y futura» ha sido destacada por el jurado que hizo hoy público su fallo en Oviedo (norte de España).
El jurado, presidido por el filólogo Víctor García de la Concha, reconoce también al Prado como «símbolo de nuestra herencia común» y la «labor de conservación y divulgación» que ha hecho de «uno de los más ricos patrimonios artísticos del mundo», que cada año es visitado por unos tres millones de personas.
El acta, leída por García de la Concha, alaba «la dedicación y el compromiso durante los últimos 200 años de sus trabajadores, patronos, amigos y público», y reconoce «la ejemplaridad de su contribución al desarrollo humanístico de la sociedad pasada, presente y futura».
Icono de la cultura española y universal, el Prado en una de las pinacotecas más reconocidas e importantes del mundo y de las más visitadas de Europa, con unas tres millones de entradas anuales.
Descubre la Memoria audiovisual del Museo del Prado: “Radiografías de Velázquez”, 1961. Noticia sobre la exposición de radiografías de las obras de Velázquez en el Museo Nacional del Prado: https://t.co/GTWX6bTLIu #MemoriaAudiovisual #Prado200 pic.twitter.com/ei49TbSyaC
— Museo del Prado (@museodelprado) 28 de abril de 2019
Ubicado en el paseo madrileño que le da el nombre, El Prado abrió al público en noviembre de 1819 con 311 pinturas de la Colección Real de la escuela española y 200 años después cuenta con 7 mil 600 pinturas, mil esculturas y miles de estampas, dibujos documentos históricos y objetos decorativos.
De todo ello, exhibe en su sede algo menos de mil obras y unas 3 mil 100 se encuentran -el Prado disperso- depositadas en museos e instituciones oficiales, y el resto se conservan en sus almacenes.
Fue Fernando VII quien ordenó en 1818 la reconstrucción del edificio que Villanueva había proyectado como Gabinete de Ciencias Naturales y el que, a instancias de su esposa, María Isabel de Braganza, tomó la decisión de crear en él Real Museo de Pinturas y Esculturas.
En 1840 fue calificado ya como una de las mejores pinacotecas de Europa, tras haber enriquecido sus fondos con obras de las escuelas de pintura alemana, francesa o italiana y de haber colgado de sus paredes obras procedentes de los palacios reales de Madrid, El Escorial o Aranjuez.
Entre sus joyas, «El jardín de las Delicias», de El Bosco; «El caballero con la mano en el pecho», de El Greco; «La Sagrada Familia» -conocida como «La Perla», de Rafael; «Carlos V a caballo en Mühlberg», de Tiziano; «Las tres gracias», de Rubens; «Los fusilamientos del 3 de mayo», de Goya, o «Las Meninas», de Velázquez.
Tras sucesivas ampliaciones, en 2007 se culminó la reforma más ambiciosa, y también polémica, del arquitecto Rafael Moneo, que incorporó al edificio original el claustro y atrio de los Jerónimos, espacio que se ha completado con el Casón del Buen Retiro y el Salón de los Reinos que albergó el Museo del Ejército.
La candidatura del Prado, propuesta conjuntamente por Mario Vargas Llosa y Antonio Muñoz Molina, fue una de las 29 de 14 nacionalidades que optaban a este galardón, que el pasado año recayó en la periodista mexicana Alma Estela Guillermopietro.
Este es el segundo de los galardones convocados por la Fundación Princesa de Asturias en fallarse, después de que el pasado miércoles se concediera el de las Artes al dramaturgo inglés Peter Brook, considerado el mejor director teatral del siglo XX.
El Premio de Comunicación y Humanidades, al igual que el resto de los que concede anualmente la Fundación Princesa de Asturias, está dotado con 50 mil euros (55 mil 800 dólares) y una escultura diseñada por Joan Miró, y será entregado en octubre en una ceremonia que tradicionalmente presiden los reyes de España en Oviedo.