Los sanadores o curanderos son reconocidos entre sus comunidades debido a sus conocimientos en herbolaria, mientras que el gobierno del estado trabaja para legitimar y dar valor a esta práctica.
San Cristóbal de Las Casas, 30 de abril (EFE).- Una de las tradiciones más arraigadas que se resiste a desaparecer pese al creciente avance en el ámbito de la salud es la medicina tradicional, y en la región sureste de México aún se pueden encontrar curanderos o sanadores.
Antonio González López, médico tradicional maya tzeltal, cuenta que su habilidad la adquirió por la experiencia en reconocer e interpretar las señales que le envían los dioses, para luego dar soluciones a los males a través de plantas medicinales.
«Cuando empecé a conocer estaba muy joven; yo tenía 12 años. ¿Sabes cómo empecé a conocer? Cuando enfermó mi hermanito y entonces como mi mamá no conoce las plantas, no sabe nada, me fui en el campo y fui a traer unas yerbitas», comentó González a Efe.
Agregó que dio instrucciones de tostar las yerbas y pulverizarlas para obtener un remedio para curar a su hermano.
Los curanderos o sanadores son muy reconocidos y solicitados en sus comunidades porque muchos de ellos ya tienen décadas en servicio, y se concentran principalmente en las zonas rurales e indígenas.
Este noble oficio no necesita más que de la sabiduría que da la experiencia, además del conocimiento y uso adecuado de los recursos que proporciona la naturaleza a través de las plantas medicinales.
Es este conocimiento el que les permite identificar hasta 250 especies de plantas con las que pueden atender muchas de las afecciones o males que afectan a sus pacientes, sea de orden físico o espiritual.
«Gracias a Dios, ahorita ya tengo más conocimiento, ya conozco muchas clase de plantas. Conozco varias enfermedades y que síntomas tiene cada enfermedad, por eso sé que plantas le voy a dar», expresa este medico tradicional.
Para estos sanadores, la relación de sus pacientes con la naturaleza se relacionan por eso para ayudarlos a recuperar la salud, parten del conocimiento empírico obtenido auto aprendizaje o por una sabiduría transmitida por sus padres y abuelos.
Agripino Iko Bautista, uno de los integrantes del Museo de Medicina Maya, explica que el ritual de curar a un enfermo empieza siempre con una petición y una ofrenda.
«Los rituales que se hacen aquí siempre es primero pedir, pues, permiso, y (la) ofrenda para la madre tierra, que también sobre todo es muy importante y de alguna forma es curativa», comenta.
Explica que los médicos tradicionales suelen celebrar sus rituales curativos en cerros o en lugares que son considerados sagrados.
«Los médicos siempre se acostumbran y hacen sus rituales en los cerros sagrados o en espacios sagrados porque dicen ellos si no hacemos una ceremonia o un ritual u ofrendar algo, pues también hay un castigo de forma natural», comenta Agripino.
La supervivencia de este tipo de médicos y de esta medicina se encuentra actualmente en riesgo no obstante que el gobierno del estado de Chiapas ha tomado varias medidas para darle legitimidad y valor entre las comunidades.
Esta expresión del sincretismo cultural cuenta con la aprobación de las autoridades que ya certifican a los sanadores como herbolarios y les reconocen su conocimiento adquiridos ya sea por la observación o por la enseñanza de sus familiares.
Agripino consideró este medicina tradicional como una alternativa para recuperar a la salud mediante la curación, la limpia y productos medicinales que ellos mismos preparan.
Los tratamientos herbolarios son capaces de disminuir el riesgo de enfermedades de todo tipo con lo que ayudan a proteger o recuperar la salud, además de ser un recurso más económico, efectivo y saludable, insistió.
Un ejemplo ha sido Estela López, una paciente de la etnia tzotzil que asegura que prefiere visitar a su curandero porque éste le receta plantas y yerbas dependiendo del dolor que sufran, ya sea de vientre o por fiebre.
«Venimos primero a la medicina maya, siempre nos curamos aquí con yerbas, si alguna infección acudimos por la hierba la chilchauha para curar lo que es la salmonelosis, así lo llaman los doctores, pero aquí siempre encontramos las cosas para las enfermedades», apuntó Estela López.