Se trata de un área de alrededor de 165 mil kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de la Florida, EU, o dos veces el tamaño de Escocia.
Ciudad de México, 30 abril (RT/SinEmbargo).- Desde principios de la década de 1960, los científicos han tenido conocimiento de la llamada área muerta del golfo de Omán, una región de agua prácticamente desprovista de oxígeno. Debido a la piratería y las constantes tensiones geopolíticas que rodean la región, esta no fue analizada desde entonces y, por tanto, había sido difícil predecir los efectos del cambio climático y la mano del hombre en las últimas décadas.
Sin embargo, una investigación publicada este viernes en la revista Geophysical Research Letters reveló un «dramático aumento» en el tamaño de esta zona muerta. Una situación, «peor de lo que se temía», que pone en riesgo la vida acuática y amenaza con convertirse en un serio problema ambiental, recoge Independent.
Un equipo de investigación dirigido por Bastien Queste, de la Universidad de Anglia del Este (Norfolk, Reino Unido), sumergió dos vehículos autónomos —»glider» o planeador submarino— en el golfo de Omán durante ocho meses para obtener una imagen de los niveles de oxígeno y los mecanismos oceánicos que transportan este elemento de un área a otra. Los dispositivos alcanzaron profundidades de hasta mil metros y cubrieron un área que abarca miles de kilómetros.
«CONSECUENCIAS NEFASTAS»
Los datos obtenidos demostraron que, en donde se estimaba que habría algo de oxígeno, ahora los niveles son casi nulos. Se trata de un área de alrededor de 165 mil kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de la Florida, EU, o dos veces el tamaño de Escocia. No obstante, se sospecha que es aún más grande y que está creciendo, con «consecuencias nefastas» para quienes dependen de los océanos como fuente de empleo y alimento.
«Es un desastre a punto de ocurrir que se hace peor debido al cambio climático. Las aguas cálidas contiene menos oxígeno y más sustancias fertilizantes y aguas residuales provenientes de la tierra llegan a los mares», afirma Queste.
El siguiente paso de los expertos es realizar una inmersión más profunda para determinar mejor las causas del crecimiento de las zonas muertas.