Los anaqueles del alma del periodista Pablo Espinosa

También hay libros que cambian la vida, como me la cambió En defensa de la felicidad, de Matthieu Ricard. Foto: Facebook

También hay libros que cambian la vida, como me la cambió En defensa de la felicidad, de Matthieu Ricard. Foto: Facebook

Es uno de los críticos musicales más respetados de nuestro país y uno de los más queridos. Le pedimos al director de cultura de La Jornada que se metiera en su biblioteca y nos hablara de sus criaturas de papel favoritas. El resultado es sorprendente

Ciudad de México, 30 de enero (SinEmbargo).- La pregunta de la isla desierta tiene respuestas adecuadas al momento, al presente y se atiene a la memoria; se trata de un asunto emocional, sensorial y afectivo.

El primer título siempre viaja asociado con su complemento: La Ilíada con La Odisea. En mi infancia adquirí el gusto por la crónica, la descripción de escenas y de las imágenes más allá de las metáforas, sobre todo porque están descritas por un testigo ciego: Homero.

De la adolescencia viene Rayuela, acompañada (porque no hay libro solo como no hay personas solas) o perseguida, por “El Perseguidor”, ese relato incluido en Las Armas Secretas, de Julio Cortázar, donde está explicado a conciencia el papel definitivo que cumple el escucha en el fenómeno de la música: el melómano es la parte esencial del arte musical, el arte de escuchar.

Escuchar y ver. La autobiografía de Marc Chagall, Ma vie, celebra la boda del ojo con el oído, por ejemplo cuando dice: “Ya es de noche. Estrellas azules. Tierra violeta”. Chagall escribía como pintaba, su biografía es como sus lienzos.

UNA BIBLIOTECA GOBERNADA POR LA MÚSICA

Mi biblioteca está gobernada por la música. En el bello volumen titulado Mozart´s women. His family, his friends, his music, Jane Glover documenta lo que podemos escuchar en la música de Mozart: sonrisas, alegría, el presente y las mujeres, siempre hay mujeres en esa música tan hermosa.

También hay libros que cambian la vida, como me la cambió En defensa de la felicidad, de Matthieu Ricard, ese científico, artista y escritor francés, monje budista en cuyos libros traduce las enseñanzas del budismo a la vida cotidiana de personas de vida normal, que no necesitan raparse ni vestir túnica para vivir felices.

El crítico y periodista, con dos "colaboradores" de lujo: Gabriel García Márquez y Carlos Monsiváis. Foto: Facebook

El crítico y periodista, con dos “colaboradores” de lujo: Gabriel García Márquez y Carlos Monsiváis. Foto: Facebook

Junto a la sección de budismo, mi preferida: la de poesía. Hay quienes suelen indignarse cuando les preguntan por su disco favorito o su libro favorito porque eso supondría eliminar otros igualmente preciados.

Como mencioné al principio, el momento presente me lleva ahora al universo de Charles Simic, en particular su libro El sueño del alquimista, una antología de la poesía de este asombroso autor de origen serbio que calibra con precisión escalofriante claridad, profundidad y belleza.

La belleza está presente en todos los libros del violonchelista, poeta, erudito francés Pascal Quignard. Todos sus libros me enamoran porque sé que en todos está el perfume tenue que escandió en Lección de música, cuyos pasajes me sacan las lágrimas de tanta belleza que destellan.

Música, la obra entera de Juan Rulfo está llena de música porque nace del silencio (¿qué es? ¿qué es qué? Eso, el ruido ese. Es el silencio, como dice en Luvina), anida en el borde del intersticio, en su magia, que radica en la apertura de portales dimensionales como en Pedro Páramo o los latidos de la tierra en El llano en llamas.

El Ulises de James Joyce, en su mejor versión en nuestro idioma, la de José María Valverde, es un compañero permanente de viaje, cualquiera de sus dos tomos. Y como todo es cíclico, esta breve plática termina como inició, con un periplo, un eterno retorno. La odisea de Leopold Bloom y la de Homero y la de toda biblioteca que guardamos en el alma.

Un placer.

Quién es Pablo Espinosa: nació en Córdoba, Veracruz, en 1956. Ejerce el periodismo cultural desde hace 35 años y ha escrito cuatro libros, el primero de ellos titulado Si me han de matar mañana lo redacto de una vez, con el que obtuvo el Premio Bellas Artes de Literatura en 1986. No por mucho madrugar se redacta más temprano es una antología de crónicas publicadas en el periódico La Jornada, del que es jefe de la Sección Cultura. Desde hace siete años es colaborador permanente de la Revista de la Universidad. Por sus reportajes de la vida cultural en Berlín, el presidente de Alemania le entregó en 2003 el Premio de la Fundación Friedrich Ebert. Actualmente tiene en imprenta dos libros: Sala de Redacción, de crónicas, y La música, ese misterio, de reportajes y ensayos.

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