Los niños tienen libre acceso a dispositivos electrónicos sin la supervisión de los padres, no tienen la madurez necesaria para procesar la información que reciben, por dicha razón se debe estar al pendiente que los juguetes, películas, música, videojuegos y películas tengan el contenido adecuado para los menores.
México, 29 de diciembre (EFE).- La publicidad de juguetes, películas, videojuegos, videos musicales y moda dirigida a los niños contribuye a generar una hipersexualización cada vez más temprana en la infancia, en especial en las niñas de entre 5 y 9 años, afirmó una académica de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además, promueve el erotismo prematuro de las niñas, que constantemente son bombardeadas con modelos de éxito social debido a sus atributos físicos, dijo la especialista Gabriela Orozco.
«Esto las expone a comportamientos sexuales patológicos, pues visten con ropa inadecuada, se maquillan y usan tacones», explicó Orozco en un comunicado enviado este sábado por la UNAM.
La hipersexualización exalta la sexualidad de los pequeños, al ser presentados como miniadultos.
Orozco dijo que este proceso «es innatural e insano para su desarrollo» ya que puede afectar su salud mental y psicológica, además de propiciar a más corta edad ansiedad, depresión, insatisfacción corporal y trastornos alimentarios como anorexia y bulimia.
La especialista explicó que los adultos también promueven esta conducta, «porque a las niñas les regalamos muñecas que exaltan un ideal estético femenino».
Además, los infantes «tienen libre acceso a dispositivos electrónicos sin la supervisión de sus padres, cuando carecen de la madurez física y psicológica para procesar la información que reciben y que contribuye a acelerar su transición hacia la adolescencia», dijo Orozco.
Como ejemplo, la especialista en psicobiología y neurociencias de la conducta destacó que «un sector importante de la población infantil escucha reggaetón, cuyas letras e imágenes en videos tienen alto contenido sexual y de violencia».
Ante ello, Orozco destacó que la tendencia sexualizadora provoca que las pequeñas busquen la aceptación de los demás en función de su físico, lo que disminuye sus habilidades cognitivas, las empuja a adoptar un rol pasivo y genera infantes frágiles.
«Crecerán sin el espíritu crítico necesario para salirse de ese esquema y pasarán gran parte de su vida tratando de encajar en un modelo físico, quizá inalcanzable. En un guión unilateral, no decidido ni negociado por ellas, porque procede del mercado», apuntó.
La experta universitaria expuso que es responsabilidad de los padres, la familia y la escuela prevenir el fenómeno de la hipersexualización mediante la transmisión de valores y principios.
«Es necesario dosificar y supervisar la información que les llega sobre música, juguetes, videojuegos, caricaturas y películas y comprobar que los contenidos a los que acceden sean apropiados para su edad», expuso.
Finalmente, indicó que el constante «ataque» mediático contribuye en gran medida a sexualizar a los pequeños y recordó que en 2001 surgieron expresiones, posturas y códigos de vestimenta para infantes, que por ser prematuros definieron ese concepto.
En 2007, la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) divulgó un documento donde denunció la tendencia a sexualizar a los niños mediante programación y publicaciones que resaltaban el éxito de las mujeres por sus atributos físicos, influyendo de manera particular en las niñas.
Estudios en Francia revelan que niñas menores de nueve años, influenciadas por los medios para cumplir los estándares de belleza, se perciben muy gordas o manifiestan un intenso temor a ganar peso.