Sostener durante 1 hora, 59 minutos y 40 segundos una velocidad de 21,1 km/hora sólo está al alcance, por el momento, de un portento del fondo como Kipchoge, que a sus 35 años ha acabado con una de las barreras legendarias del atletismo.
En tanto, Simone Biles cuajó una actuación deslumbrante en los campeonatos del mundo de Stuttgart. No solo ganó cinco medallas de oro -equipos, individual, salto, barra y suelo-, sino que introdujo tres nuevos elementos en el código de puntuación, uno de ellas de categoría J, el único reconocido con ese alto grado de dificultad.
Por José Antonio Diego
Madrid, 29 dic (EFE).- El atleta keniano Eliud Kipchoge, primer ser humano que ha derribado el muro de las dos horas en el maratón, y la gimnasta estadounidense Simone Biles, ganadora de cinco medallas de oro en los campeonatos del mundo de Stuttgart, han sido elegidos deportistas mundiales del año 2019 por el departamento de Deportes de la agencia EFE.
Sostener durante 1 hora, 59 minutos y 40 segundos una velocidad de 21,1 km/hora, aunque sea con ayuda de 41 liebres de quita y pon, sólo está al alcance, por el momento, de un portento del fondo como Kipchoge, que a sus 35 años ha acabado con una de las barreras legendarias del atletismo.
Lo hizo el 12 de octubre en el Prater de Viena con una marca que permanecerá en los anales del atletismo aun cuando no en los libros de récords. El crono no puede ser homologado por haber contado con ayudas ilegales (las liebres entraban y salían de la carrera en relevos). Pero el récord mundial también le pertenece con 2h01:39.
El impacto mediático de su gesta concede a Kipchoge el primer puesto en la lista de mejores del año, por delante del tenista español Rafael Nadal, que cuajó una temporada «casi perfecta», según sus propias palabras.
El tenista de Manacor cerró el año como número uno mundial (por quinta vez) y fue el pilar en la victoria de España sobre Canadá en la final de la primera edición de la nueva Copa Davis. En resumen, Rafa ganó 58 partidos y sólo perdió siete.
Las lesiones le obligaron a reducir su calendario a 13 torneos, de los que ganó cuatro, pero selectos: su duodécimo Roland Garros y su cuarto US Open -acercándose a uno solo, y por primera vez, del récord del suizo Roger Federer, con 20 del Grand Slam- y los Masters 1.000 de Roma y Montreal.
Simone Biles (Columbus, EU, 1997) cuajó una actuación deslumbrante en los campeonatos del mundo de Stuttgart. No solo ganó cinco medallas de oro -equipos, individual, salto, barra y suelo-, sino que introdujo tres nuevos elementos en el código de puntuación, uno de ellas de categoría J, el único reconocido con ese alto grado de dificultad.
Se trata de un doble salto mortal con triple giro que vale, por sí solo, un punto en la nota final. Una gesta gimnástica que revoluciona el ejercicio de suelo, en el que no hay rival que le haga sombra desde el año 2013.
Con sus cinco medallas de este año, Biles sumó 25 podios en campeonatos del mundo y superó por dos los 23 que tenía como récord absoluto el bielorruso Vitaly Scherbo. De esas 25 medallas, 19 son de oro.
La estadounidense es una apuesta segura para convertirse en 2020 en la tercera gimnasta de la historia que revalida el título olímpico individual, después de la soviética Larisa Latynina (1956-1960) y la checa Vera Caslavska (1964-1968).
Junto a la gimnasta estadounidense brillaron otras deportistas como su compatriota Megan Rapinoe). La futbolista californiana, Balón de Oro, no sólo fue la capitana del equipo campeón del mundo en Francia. Su personalidad rebasa el ámbito del fútbol para erigirse en abanderada de causas sociales, capaz de plantar cara al mismísimo Donald Trump.
Durante el año que ahora acaba, Rapinoe no ha concedido tregua en su defensa de los derechos LGTBI, en su lucha contra el racismo y en reclamo de la igualdad salarial en el fútbol.