La cultura Seri posee un amplio conocimiento sobre la espiritualidad, la naturaleza y la energía, por lo que ha atraído la atención de investigadores de México, Estados Unidos y otros países.
Por Christyan Estrada
México, 29 diciembre (EFE).- Sus poderes ocultos y sobrenaturales los recibió a los nueve años; con ellos puede curar utilizando plantas medicinales, piedras y «cantos de poder» que recibió como dones por los espíritus de la naturaleza.
Es Francisco Barnett Astorga, de 80 años, un chamán de los miembros de la etnia Seri que habitan el municipio de Hermosillo del norteño estado mexicano de Sonora, quien con sus conocimientos mantiene vivas las tradiciones de este pueblo aislado convertido en un referente de la cultura indígena en México.
Apodado como «Chapito» o «Chapo Barnett», este chamán ha sido reconocido por el Gobierno mexicano con el Premio Nacional de Ciencias y Artes que conceden las secretarías de Cultura y de Educación Pública.
El premio ha sido concedido a Francisco Barnett Astorga «por su fuerza como líder espiritual que expresa los valores estéticos del pueblo Comcaac (indígenas seris) de manera integral y que trasciende a las nuevas generaciones».
«Este premio es un reconocimiento a los pueblos indígenas del mundo», dijo a Efe Diana Reyes, representante de la asociación civil Fuego Divino, que promueve el trabajo cultural de la etnia Seri.
Según Reyes, la cultura Seri posee un amplio conocimiento sobre la espiritualidad, la naturaleza y la energía, por lo que ha atraído la atención de investigadores de México, Estados Unidos y otros países que han estudiado los «cantos de poder» que el chamán de este pueblo utiliza para sanar a las personas enfermas.
«A la edad de nueve años Francisco recibió el don de la felicidad y desde entonces comenzó a alabar a la naturaleza mediante el canto y a curar mediante el uso de plantas», explicó Carlos Ogarrio, portavoz del pueblo Seri, compuesto por apenas 800 miembros.
La etnia Seri habita una región considerada «patrimonio de la humanidad y reserva de la biosfera» de 211 mil hectáreas de desierto y 60 kilómetros de una playa conocida como Punta Chueca, que es bañada por las aguas del Mar de Cortés, también conocido como Golfo de California, en el noroeste de México.
La cultura de los seris se caracteriza por una serie de ceremonias que van desde el ritual de la pubertad, donde las jóvenes que experimentan su primer menstruación son sometidas a un ayuno durante una fiesta de cuatro días, en los que «la gente convive y realiza juegos tradicionales y las mujeres mayores les dan consejos a las niñas de cómo tratar a sus futuros esposos y a su familia».
En otra ceremonia tradicional los seris suben a una montaña para buscar «su visión», y durante cuatro días y cuatro noches realizan oración para que su «estado mental llegue a un nivel donde puede percibir la energía de la naturaleza» y de esa forma recibir un don, que los convertirá en un buen pescador, un buen artesano, un buen cantante o un buen danzante.
A diferencia de los otros miembros de la cultura, Francisco Barnett recibió sus dones al recostarse sobre un rectángulo formado por las piedras del desierto, donde tuvo una serie de visiones y fue contactado por los espíritus de la naturaleza.
«Mediante el canto (Francisco) puede curar a una persona», señala Ogarrio sobre los dones de «Chapito», quien mediante las vibraciones de sus alabanzas armoniza el nivel emocional psíquico, mental y espiritual de las personas.
Quienes conocen a «Chapo Barnett» afirman que su personalidad es dar y ayudar a los demás. Lo definen como una persona sencilla y humilde, que no cobra por sus servicios como chamán, ya que en el «mundo espiritual todo lo que se da es de corazón».