Este tubérculo es rico en potasio, magnesio, calcio, vitaminas C y complejo B, además de que su planta controla la maleza por lo que ayuda a otros cultivos.
Por Fiorella Espinosa, El Poder del Consumidor
Ciudad de México, 29 de diciembre (SinEmbargo).– La jícama no es una fruta como a veces se piensa, es un tubérculo que pertenece a la familia de las leguminosas Fabaceae, como el frijol, habas, garbanzos, etc., pero sus vainas no se consumen por contener una sustancia tóxica.
Su nombre proviene de la palabra náhuatl xicamatl, que significa raíz acuosa y se considera un cultivo Mesoamericano que llegó a Centroamérica, Perú y Ecuador.
Por su apariencia y origen, también se le conoce como “nabo mexicano” y en Estados Unidos como “yambean”. Se conocen cinco especies, la más reconocida en México es la Pachyrhizus erosus.
En tanto que leguminosa es capaz de fijar el nitrógeno atmosférico, reincorporándolo al suelo y beneficiando la tierra para otros cultivos.
Se siembra entre marzo y junio, para cosecharla entre septiembre y diciembre y los estados productores en México son principalmente Guanajuato, Michoacán, Morelos y Nayarit.
En el mundo se consume en los países tropicales de América y Asia.
¿QUÉ NUTRIMENTOS APORTA?
La jícama es rica en minerales, principalmente potasio, calcio y magnesio, así como en vitamina C y algunas otras del complejo B.
Además, contiene inulina, un tipo de fibra o prebiótico que promueve el crecimiento de bacterias benéficas para el sistema digestivo, entre otras funciones.
Tiene una gran proporción de agua y muy pocas calorías (40 kcal en 100 gramos).
¿CUÁNTO CUESTA?
Un kilo de jícama cuesta alrededor de $10 pesos en el mercado, tianguis, verdulería o recaudería.
¿CÓMO SE RECOMIENDA GUARDARLA Y CONSUMIRLA?
La jícama se consume pelada, tanto cruda como cocida.
Solamente el tubérculo de la jícama es comestible ya que sus hojas, tallos, vainas y semillas contienen rotenona, sustancia con propiedades insecticidas que puede ser tóxica para el humano.
Por ello, también es importante lavar la cáscara antes de pelarla y no contaminar la pulpa.
Las jícamas más grandes tienen una textura más gruesa y su ligero sabor dulce será menor.
Se recomienda almacenarla en un lugar frío y obscuro (que no sea en el refrigerador para evitar humedad) hasta por 4 semanas cuando aún no ha sido cortada.
Combina muy bien con verduras y frutas, como naranjas, manzanas, zanahorias y cebollas, al igual con carnes y mariscos.
Es una excelente opción de botana saludable, con limón y chile, o como se desee.