Un estudio buscó comprobar el estado de ánimo ante exposición de noticias sobre COVID-19; quienes fueron expuestos a publicaciones en redes sociales sobre el tema, ya sean positivas o negativas, presentaron cambios en su estado anímico.
Por Kathryn Buchanan, Gillian Sandstrom, Lara Aknin y Shaaba Lotun
Madrid, 28 de octubre (The Conversation).– Imagine la siguiente escena: es abril de 2020, está entre varias reuniones de Zoom y al mismo tiempo está haciendo scroll en las noticias de sus redes sociales. Por la pantalla desfilan titulares como “Las cifras de mortalidad siguen aumentando”, “La COVID-19 podría provocar daños de salud permanentes” o “Los sistemas sanitarios están saturados”. Su ánimo caerá en picado, pero no por ello dejará de hacer scroll.
Si esta situación le resulta familiar, ha de saber que no está solo. Las investigaciones demuestran que en épocas de incertidumbre la gente tiende a buscar información como mecanismo de defensa. Pero la cuestión es si buscar información en redes sociales de forma compulsiva (lo que a veces se denomina doomscrolling) puede llegar a ser útil durante una pandemia… O en cualquier otra situación.
Las investigaciones sobre el impacto de las malas noticias en nuestro ánimo suelen sugerir que la exposición a las informaciones negativas generadas por la COVID-19 puede afectar a nuestro bienestar emocional. Se trata de algo, además, que respaldan las primeras evidencias sobre los efectos del consumo de noticias del coronavirus en personas que sufren enfermedades mentales. Por ejemplo, un estudio realizado en marzo de 2020, y que contaba con una muestra de más de 6 mil estadounidenses, demostró que cuanto más tiempo pasaba un voluntario viendo noticias negativas relativas a la COVID-19, más infeliz se sentía.
Estos hallazgos son llamativos, pero dejan sin respuesta una serie de preguntas clave. ¿El consumo desmedido de información negativa hace a la gente infeliz, o es simplemente que la gente infeliz es más propensa a consumirla? ¿Cuánto tiempo tiene uno que hacer doomscrolling para que se convierta en un problema? ¿Y qué ocurriría si en su lugar hiciéramos un scrolling feliz (por ejemplo, leer sobre las reacciones positivas que ha provocado esta crisis global)?
Para averiguarlo, realizamos un estudio en el que mostramos a miles de personas contenidos reales de Twitter o de YouTube durante un periodo de entre dos y cuatro minutos. En los mensajes de Twitter y en los videos de YouTube se mostraban informaciones generales sobre la COVID o noticias de actos bondadosos durante la pandemia. Posteriormente evaluamos el estado de ánimo de los participantes a través de un cuestionario y lo comparamos con el de los participantes que no habían visto ningún tipo de contenido.
Las personas que habían visto informaciones generales sobre la COVID tenían un estado de ánimo más bajo que aquellos que no habían visto ningún contenido. Y, por otro lado, los que habían consumido vídeos sobre actos bondadosos no sufrían la misma caída de ánimo, pero tampoco experimentaron la mejora de ánimo que creíamos que iban a experimentar.
Estos hallazgos apuntan que pasar un par de minutos consumiendo noticias negativas sobre la COVID-19 es suficiente para obtener un impacto negativo en nuestro ánimo.
Que no observáramos una mejora del estado de ánimo entre los participantes a los que se les mostraron noticias positivas que incluían actos de bondad puede deberse a que se trataba de contenidos que, al fin y al cabo, seguían versando sobre la COVID. Hay otra investigación, sin embargo, que vincula estos contenidos positivos con mejoras del ánimo.
CONVERTIR SUS REDES SOCIALES EN UN LUGAR MÁS POSITIVO
Nuestra investigación se publicó a principios de octubre de 2021. Resulta irónico que la cobertura informativa que recibió, con titulares del tipo “Bastan cinco minutos en las redes sociales para hacerte desgraciado, según un estudio”, podrían ser contenidos característicos de doomscrolling.
Pero nuestro hallazgo no fue que todas las redes sociales hagan desgraciada a la gente. En lugar de ello, lo que descubrimos fue que consumir contenidos negativos sobre la COVID a través de Twitter o YouTube en mitad de una pandemia puede hacer que la gente se sienta desgraciada.
De este modo, ¿qué podemos hacer para protegernos a nosotros mismos y hacer que el tiempo que dedicamos a las redes sociales sea más agradable?
Una opción sería salirnos de todas nuestras redes sociales. Las cifras muestran que casi la mitad de los usuarios de Facebook en Reino Unido y Estados Unidos consideraron abandonar la plataforma en 2020.
Pero ¿hasta qué punto es realista pensar en salirnos de unas plataformas que conectan a casi la mitad de la población mundial, sobre todo si tenemos en cuenta que dichas plataformas ofrecían la posibilidad de tener interacciones sociales virtuales en un momento en que los encuentros en persona eran peligrosos, o imposibles?
Dado que esa ruptura total podía resultar inviable, aquí ofrecemos otras formas de hacer que la experiencia en redes sociales sea más positiva.
- Sea consciente de los contenidos que consume en redes sociales. Si inicia sesión para conectarse con otras personas, intente centrarse en las noticias personales y en las fotos compartidas antes que en los últimos titulares.
- Busque contenidos que le hagan feliz para tener un tablón de noticias equilibrado. Podría tratarse de imágenes de gatitos bonitos, de bellos paisajes, de vídeos con los que se le caiga la baba, cosas por el estilo. Podría incluso seguir una cuenta que se dedique a compartir solo noticias felices y positivas.
- Use las redes sociales para impulsar su felicidad y pensamientos positivos. Compartir las cosas buenas que ocurren en su vida puede mejorar su estado de ánimo, y este buen ánimo puede contagiarse a otros. También puede optar por elogiar a otras personas en sus redes sociales. Aunque pueda parecer embarazoso, la gente lo valorará más de lo que piensa.
Es importante destacar que no estamos sugiriéndole que evite todas las noticias y contenidos de carácter negativo. Hay que saber lo que ocurre en el mundo. Sin embargo, también tenemos que darle la importancia necesaria a nuestra salud mental.
La pandemia sigue alterando tanto nuestras vidas como los tablones de noticias de nuestras redes sociales, y estas investigaciones simplemente hacen hincapié en la importancia de estar atentos al coste emocional que las noticias negativas tienen para nosotros. Sin embargo, siempre podemos dar pasos para suavizar este coste emocional y de este modo convertir nuestras redes sociales en lugares más felices.