El riesgo de aborto en el primer trimestre es algo que se sabe desde hace muchos años que aumenta de forma exponencial a partir de los 35 años.
MADRID, 29 de octubre (EuropaPress).- El doctor Juan Antonio García Velasco, director de IVI Madrid, ha resaltado que pese al aumento en la edad para ser madre en los últimos años, la «avanzada» tecnología puede «reducir la tasa de abortos y optimizar los resultados».
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), tras el último estudio realizado en 2018, el 79.2 por ciento de las mujeres de 25 a 29 años aún no ha tenido hijos. «Pese al aumento progresivo en la edad para ser madre, gracias a la vanguardista tecnología de la que disponemos, podemos reducir la tasa de abortos y optimizar los resultados con, por ejemplo, test de diagnóstico genético preimplantacional como el PGT-A (mediante el que podemos detectar si hay alguna anomalía en alguno de los 23 pares de cromosomas», comenta el científico.
A la hora de valorar la fertilidad, la edad es sin duda el factor que mayor impacto tiene en el caso de la mujer: «A partir de los 35 años la calidad de sus ovocitos cae en picado, por lo que siempre será más sencillo y, por ende, médicamente recomendable, conseguir un embarazo en una mujer joven que en una más mayor, por muy sana que sea su vida».
Además del decaimiento de la fertilidad y la calidad de los ovocitos, según avanza la edad de la mujer, aumenta el riesgo durante el embarazo, no solo para la madre, sino también para el futuro bebé: «Para la madre hay más riesgo de diabetes gestacional y de hipertensión asociada al embarazo, que se pueden tratar. También presenta más riesgo de un parto por cesárea en vez de parto vaginal. En el caso del futuro bebé, hay más riesgo de nacer antes de tiempo (prematuridad). Y el riesgo de aborto en el primer trimestre es algo que se sabe desde hace muchos años que aumenta de forma exponencial a partir de los 35 años».
No obstante, hoy en día, y gracias a la medicina reproductiva, se han conseguido eliminar muchos de los riesgos asociados: «Gracias al estudio de los embriones previo a ser transferidos hemos conseguido acortar el tiempo hasta conseguir un embarazo evitando transferir embriones anómalos, reducir los abortos (y por tanto los legrados y los meses de espera de después, con el consiguiente retraso en la maternidad) y mejorar los resultados de los tratamientos. Esta mejor selección también ha permitido reducir los gemelos, otra gran complicación cada vez menos frecuente».