El cuerpo puede situarse en un tiempo y la mente en otro: Satori, de Felipe Ríos

29/09/2018 - 12:03 am

Bajo el sello queretano RIALTA Ediciones, acaba de aparecer el libro de cuentos Satori, de Felipe Ríos Baeza. 30 relatos que abarcan 40 años en la existencia de un tal Federico Racine, protagonista de algunas ficciones antiguas  y guest starring en otras, como por ejemplo la novela Clowns (2016), del mismo autor.

Ciudad de México, 29 de septiembre (SinEmbargo).- Satori es la iluminación en el budismo zen. También así se llama el libro de 30 relatos del profesor y escritor chileno Felipe Ríos Baeza, (1981), que pueden leerse como una continuación de cuentos, tal como si fuera una novela.

Decir ahora cuáles son los géneros corresponde a una actitud pasada de moda, lo importante es que son cuentos nacidos bajo una familia, en medio de esas relaciones con el padre, con la madre y sobre todo con la nostalgia de vivir lejos de esa zona de confort y de des-confort.

“Como en Clowns y los papeles sueltos que he firmado en estos años, aparecen algunos temas recurrentes: personajes border, automarginados, intoxicados con rock, películas, libros, cómics; ciudades literaturizadas y por eso más bellas que las del trazado urbano; energía narrativa salvaje, insensata; recuerdos inventados. Satori homenajea todos esos instantes, personas y referencias culturales que fueron elevaciones místicas en mi vida, entre los 13 y los 36 años (and beyond), pero no sólo por el hecho de haberse cruzado como luciérnagas en mi camino de escritor, sino porque, precisamente, pude ponerlas por escrito”, dice Felipe.

–Casi escribiste una novela con Satori

–Bueno, hay una intención consciente de que todos los cuentos estén interconectados. José Sánchez Carbó tiene un concepto bastante bueno lo llama Colección de relatos integrados. Siempre hay hilos conductores lo hacen como la parte de un todo. Hay ciertas cuestiones en Satori que las pensé de manera consciente como esas, pero otras son sorprendentes, no me había pasado en el momento.

–Los entrevistadores siempre nos quedamos fuera de cómo se ven ahora los géneros literarios

–Lo que pasa es que también los escritores se formaron leyendo a Enrique Vila Matas, a Sergio Pitol, que desordenan totalmente el canon de los géneros. Una página biográfica, una reseña de un viaje como tal, finalizar como un cuento, hubo una parte formativa en nosotros como lectores. Parte de lo que es la literatura al final del siglo XX tienen que ver con borrar las fronteras de los géneros.

30 Cuentos Breves Satori Es Iluminación En El Budismo Foto Rialta

–Los canónicos como Fiódor Dostoievski son canónicos y modernos

–Sí, es cierto. Cuando pasas la frontera de los 20 años, tratas de matar a todos los padres que puedas, cuando te instalas cerca de los 40, aprecias todos los trabajos que están en Dostoievski, en Tolstoi, en Shakespeare, en Cervantes. Lo metaliterario está en Hamlet y en El Quijote, por ejemplo.

–También es cierto que las nuevas corrientes nos ayudan a entender a los canónicos

–Con el mismo Quijote que es una obra que normalmente vuelve para tener que enseñarlo, uno regresa con las nuevas perspectivas. La idea de la sátira, de la parodia, luego surgen los textos de Juan Villoro que empiezan a descubrir otras cuestiones. El Quijote es un libro que a medida que lo vas leyendo, lo vas construyendo. Cómo juega con la idea del autor, algo que Jorge Luis Borges ya lo dijo.

–¿Las libélulas y la madre son la clave de Satori?

–Sí, hay una reflexión, una contemplación, que tiene ese álter ego acerca de la relación que tiene con su madre. La idea en el futuro qué va a pasar cuándo esa madre ya no esté, esos son los pormenores de la literatura y cómo esa madre te introduce en el poder de la ficción.

–Empieza con el cuento “Canícula”

–Ese es el cuento que estaba escribiendo, Federico Racine y luego lo encuentras en el cuento “Vías”. Hay varios cuentos que son como un tándem. Si pudiera elegir uno de mis favoritos es “1995”, la afirmación adolescente de una vocación, tiene que ver con la música, con el cine, con la literatura. Los personajes que este chico ve en el vagón del Metro, van a tener su presencia en otros cuentos.

–Al principio, hay muchas referencias literarias, musicales, cinematográficas, pero conforme el hombre va creciendo, esas referencias se diluyen

–Sí, es cierto. Cuando uno va escribiendo no lo piensa mucho. Lo piensa después. La música y la literatura son para mucha gente afirmar una vocación o incluso blindarte de un mundo hostil, que no te comprende, en el que eres desdichado. Como esos personajes de Murakami, pero el secreto de la vida no está en los libros, sino en la vida misma. Spinetta y Dostoievski te golpearon en tu juventud y le dieron cierto sentido a tu vida. Ahora que eres maduro, vuelves a esos referentes para preguntarte qué era lo que te querían decir.

–¿El padre siempre estuvo con Federico Racine?

–El padre no se alejó, estuvo siempre en casa, pero era un padre con el que Federico no conectaba. Federico se conectaba más con la madre, sobre todo por el cine. Este libro me gustó más por el proceso que la novela Clowns. Salió en una edición llamada Rialta, dirigida por dos cubanos que son maestros. Ellos me pidieron un libro de cuentos, tenía varios que habían salido en revistas electrónicas, pero no quería recopilar, la idea de darle un hilo conductor a partir de la autoficción.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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