Los robots están diseñados como partículas esféricas con dos hemisferios diferenciados: una cara está hecha con magnesio, que reacciona con el agua para producir burbujas de hidrógeno que propulsan los microbots, y la otra está formada por capas alternas de hierro y oro cubiertas por nanopartículas de plata.
Barcelona (España), 29 de junio (EFE).- Investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), junto con colaboradores del Max Planck for Intelligent Systems de Stuttgart, han diseñado unos diminutos robots que pueden eliminar del agua las bacterias causantes de enfermedades, como la Escherichia coli.
El estudio, publicado en la revista ACS Applied Materials & Interfaces, describe el desarrollo de pequeños robots que pueden nadar en el agua y limpiar a su paso las bacterias causantes de enfermedades.
El trabajo ha sido dirigido por la investigadora postdoctoral Diana Vilela, miembro del grupo Smart Nano-Bio-Devices del IBEC.
Los robots están diseñados como partículas esféricas con dos hemisferios diferenciados: una cara está hecha con magnesio, que reacciona con el agua para producir burbujas de hidrógeno que propulsan los microbots, y la otra está formada por capas alternas de hierro y oro cubiertas por nanopartículas de plata.
Así, las bacterias se adhieren al oro y son eliminadas por las nanopartículas de plata.
«Nuestros ensayos en el laboratorio muestran que los microbots pueden navegar a través del agua durante unos 15 a 20 minutos antes de quedarse sin magnesio y, en este tiempo, son capaces de atrapar más del 80 por ciento de las bacterias E. coli en agua con una alta concentración de ellas», explicó Samuel Sánchez, responsable del grupo Smart Nano-Bio-Devices del IBEC.
«Después, debido a las propiedades magnéticas del hierro, los microbots pueden ser recogidos fácilmente con un imán, sin dejar ningún residuo en el agua», especificó.
Con estos robots podría solucionarse el problema de la contaminación del agua potable, que puede causar enfermedades potencialmente mortales cuando no se dispone de un tratamiento adecuado, como ocurre en muchas zonas del mundo.
Según los investigadores, aunque el cloro u otros agentes consiguen desinfectar el agua en gran medida, algunas bacterias y otros microorganismos son muy resistentes y resultan muy difíciles de eliminar.
Además, señalan, en ocasiones los componentes de estos desinfectantes pueden ser perjudiciales para la salud humana.
Esta investigación ha sido financiada por la Alexander von Humboldt Foundation de Alemania, el European Research Council y el Max Planck Institute.