La destrucción se produjo dos días antes del «Día de Perdón», que recuerda el 26 de mayo el maltrato histórico al que fueron sometidos los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres desde la colonización de Australia en el siglo XVIII.
Sídney, Australia, 29 de mayo (EFE).- La destrucción en Australia de dos cuevas aborígenes de 46 mil años de antigüedad por parte de la empresa minera Río Tinto para expandir sus operaciones de extracción de hierro ha suscitado una oleada de indignación en el país.
El Ministro australiano de Asuntos Indígenas, Ken Wyatt, declaró este viernes a la cadena local ABC que la destrucción del patrimonio aborigen es «extremadamente decepcionante» e «incomprensible», si bien agregó que la gigante minera le «ha expresado remordimiento» por este incidente que parece ser «un error genuino».
Rio Tinto realizó el domingo pasado detonaciones cerca del desfiladero de Juukan, una remota zona sagrada para pueblo aborigen Puutu Kunti Kurrama (PKK) y situada en la región de Pilbara, en el noroeste de del país oceánico.
El gigante de la minería había obtenido permisos para dichas detonaciones en 2013, pero un año después se hallaron unos importantes descubrimientos arqueológicos en las cuevas, que mostraron que son los únicos lugares del interior con evidencias de haber sido el único lugar del interior del país ocupado por humanos desde la Edad de Hielo.
La destrucción se produjo dos días antes del «Día de Perdón», que recuerda el 26 de mayo el maltrato histórico al que fueron sometidos los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres desde la colonización de Australia en el siglo XVIII.
El medio aborigen Ngaarda Media Pilbara condenó la destrucción en sus redes sociales y constató «la terrible ironía de que se supiera de la detonación cuando (la asociación aborigen) PKKP había contactado a Rio Tinto para acceder al lugar para el NAIDOC», una semana en que se conmemora la historia y las tradiciones indígenas australianas en el mes de julio.
No es la primera ocasión en la que se destruye patrimonio indígena y podría no ser la última; el arte rupestre de la Península de Burrup, en el noroeste del país, con más de un millón de petroglifos, se está viendo amenazado por la expansión de un proyecto de gas, escribió Samantha Hepburn, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deakin en el portal The Conversation.
«Hay lecciones importantes que aprender», expresó esta semana la Asociación Australiana Arqueológica en un comunicado al instar al Gobierno del estado de Australia Occidental y a los líderes empresariales a buscar un marco de protección del patrimonio del país más justo.
«Los talibanes volaron las estatuas antiguas en Bamiyán, Afganistán. Ahora Río Tinto ha detonado un antiguo lugar patrimonial aborigen en Juukan, Australia Occidental. Ambos hechos se produjeron con la aprobación del Gobierno. Uno fue para beneficio de la religión y el otro por la religión del beneficio», expresó esta semana la australiana Fundación Bob Brown en su cuenta Twitter.
Por su parte el presidente de la Oficina de Protección de la Propiedad Cultural y Paz de la Unesco, Peter Stone, declaró a la prensa australiana que se trata de un «día negro», y comparó el incidente a la destrucción de artefactos sagrados realizada en los últimos años por el Estado Islámico.