Las fotografías incluyen el nombre de la persona que la lleva al cuello y, al estar plastificadas, permiten que se puedan limpiar fácilmente.
Madrid, España, 29 de abril (EFE).– Las enfermeras de los hospitales de Blanes (Girona) y Calella (Barcelona), gestionados por la Corporación de Salud del Maresme y la Selva, han apostado por humanizar el trato con el paciente y se han colgado sus respectivos retratos al cuello para que los pacientes sepan quién es la persona que hay tras el equipo de protección individual (EPI).
Máscaras, gafas y gorros apenas dejan visible el rostro de estas profesionales que tratan con enfermos de COVID-19, pero su uso resulta obligado para evitar la proliferación de la pandemia desde los centros sanitarios.
Una de las enfermeras del Hospital de Blanes, Sònia Diago, ha explicado que la idea surgió «de las redes sociales» y que a todas sus compañera y compañeros les gustó la idea, por lo que «cada uno ha aportado lo que tenía en casa» para llevarla a cabo.
Unos han imprimido las fotos, otros han diseñado el acabado final y otros han plastificado esos retratos que cuelgan de sus cuellos y que se asemejan a las acreditaciones que se usan a menudo en eventos deportivos o convenciones de diferente tipo.
«La iniciativa ha sido muy bien recibida», señala Diago, quien subraya que los pacientes se sienten «mucho más cercanos» a los integrantes del equipo de enfermería y ellos también a esos enfermos, con los que insiste que se ha querido «humanizar el trato».
Las fotografías incluyen el nombre de la persona que la lleva al cuello y, al estar plastificadas, permiten que se puedan limpiar fácilmente.