Hasta antes de la Reforma Energética, la CFE era la única empresa del sector eléctrico en el país, pero con la apertura se convirtió en un competidor más. Ahora, con la subasta eléctrica, tendrá que competir por la preferencia de los consumidores, procurar los mejores costos de producción, incorporar nuevas unidades de negocio para compensar ingresos e inclusive podrá competir contra Pemex en la venta de gas natural.
Por Mayra Martínez Zepeda
Ciudad de México, 29 de marzo (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Tras la promulgación de la Reforma Energética, en diciembre de 2013, la cual implicó cambios a la Constitución para dar entrada a la inversión privada en el sector de los hidrocarburos y en el eléctrico, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha sido blanco de críticas. No es para menos considerando el tamaño de la empresa que lidera José Antonio González.
La petrolera ha figurado en el ranking de las 10 empresas productoras más destacadas a escala global, que al mismo tiempo ha posicionado a México entre las 10 naciones con mayor producción de crudo, a la par de Arabia Saudita, Irak, Estados Unidos o Kuwait… por lo menos hasta 2014, un año antes de que la industria petrolera entrara en declive de precios.
Conforme avanzó el tiempo y con ello la ejecución de la reforma energética, el final del monopolio de Petróleos Mexicanos -que abarcó la exploración, explotación, refinación y a la industria petroquímica, sin olvidar la comercialización de gasolinas y otros combustibles a través de su franquicia desplegada desde la Península de Baja California hasta la Península de Yucatán- ha dado mucho de qué hablar, máxime que la industria petrolera enfrenta una coyuntura de bajos precios que ha puesto en jaque a Pemex y a México.
Las noticias en torno a la petrolera y el desmoronamiento de su reinado en el mercado han sido muchas y constantes. No ha ocurrido lo mismo con el final del otro monopolio: el del sector eléctrico.
Al igual que Pemex, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) dominó un sector, en este caso, el eléctrico.
La empresa comandada por Enrique Ochoa durante siete décadas fue la única con derecho a generar, transmitir, distribuir y comercializar la energía eléctrica que se consume en los hogares, industrias, hoteles, aeropuertos, escuelas, hospitales, puertos, centros comerciales, es decir, en todos los rincones del país.
Es cierto que la industria eléctrica no tiene la talla geopolítica respecto a la petrolera, sin embargo es importante ya que de ésta depende la actividad económica de una nación y la vida diaria de su población. El Metro, los semáforos, la televisión, la computadora… la lista de lo que requiere electricidad para funcionar es infinita.
Hasta antes de la reforma energética, la CFE era la única empresa del sector eléctrico, pero con la apertura se convirtió en un competidor más. Es decir, ahora tendrá que competir por la preferencia de los consumidores, procurar los mejores costos de producción, incorporar nuevas unidades de negocio para compensar ingresos, inclusive podrá competir contra Pemex en la venta de gas natural.
Aunque la desintegración del monopolio de la CFE ha sido una noticia menos sonada, es una realidad.
Esta semana se lleva a cabo la primera subasta de energía eléctrica en México, regulada por el Centro Nacional de Energía (Cenace). Así, este proceso recuerda el fin del monopolio eléctrico.
¿De qué trata la subasta?, 81 empresas, incluida la CFE, se registraron ante el Cenace para vender su electricidad. El órgano despachador hoy seleccionó a las siete empresas que vendieron al mejor costo de las 69 que se presentaron.
Posteriormente firmarán un contrato de largo plazo en el que se estipula el tiempo de entrega, precio y volumen de la electricidad a entregar. Esta subasta tiene una particularidad: los competidores buscarán venderle a CFE energía eléctrica generada a base de aire y sol. Es decir, la Comisión Federal de Electricidad será el gran comprador, pero también ofertará, ya que como en cualquier subasta todos ponen y todos compran.
De este modo, llegará el día en que durante la subasta la CFE compita por colocar su electricidad entre los grandes consumidores del sector industrial.