Hay una discriminación muy significativa en la inversión pública en zonas rurales: académico

29/03/2016 - 5:03 pm

En los últimos años en México, a diferencia del resto de la mayor parte de América Latina, la capacidad de generación de ingresos de las personas más pobres «se ha mantenido muy baja e incluso disminuido», asegura el investigador y académico Gerardo Esquivel Hernández en entrevista con la agencia Xinhua.

Una Mujer Camina Descalza En Calles De San Cristóbal De Las Casas Chiapas Foto Cuartoscuro
Una Mujer Camina Descalza En Calles De San Cristóbal De Las Casas Chiapas Foto Cuartoscuro

Por Edna Alcántara

MEXICO, 28 mar (Xinhua) — Pese a una estabilidad macroeconómica reconocida mundialmente y el impulso de la construcción de infraestructuras, México enfrenta un gran desafío: bajar las tasas de pobreza y desigualdad, que en los últimos 20 años son prácticamente las mismas, y aumentar el crecimiento incluyente.

«La estabilidad macroeconómica es una condición posiblemente necesaria, pero no suficiente para avanzar en el combate a la pobreza. Necesitamos no sólo la estabilidad macroeconómica sino también políticas sociales bien diseñadas que permitan avanzar en esa dirección», reconoció el analista económico Gerardo Esquivel Hernández.

En entrevista con Xinhua, el también investigador y académico del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México (Colmex), sostiene que para avanzar «se necesita un trabajo más fino y profundo» en el diseño de mejores políticas sociales y económicas a las que se tienen actualmente.

«En la medida que sigamos haciendo lo mismo, difícilmente lograremos avanzar en el combate a la pobreza y alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible que se han planteado para 2030», un ambicioso programa de desarrollo adoptado en septiembre de 2015 por los 193 miembros de la ONU, que promete eliminar la pobreza y mejorar la educación y la salud.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó la semana pasada su informe anual «Panorama Social de América Latina 2015», que da cuenta de la evolución reciente de la pobreza, la indigencia, la distribución del ingreso y el gasto social en América Latina, así como de otros indicadores sociales.

Ese documento muestra que aunque en la región la pobreza y la indigencia -medidas por ingresos- se mantuvieron en un promedio estable, no fue el caso de México, país que aumentó en ambos rubros.

Para Esquivel Hernández, quien cuenta con un doctorado en Economía por la Universidad de Harvard, los resultados de la CEPAL no son sorpendentes y en los últimos años en México, a diferencia del resto de la mayor parte de la región, la capacidad de generación de ingresos de las personas más pobres «se ha mantenido muy baja e incluso disminuido».

No obstante, aclaró que en ciertos rubros se han logrado avances, particularmente en mejores condiciones y accesos al sector de salud, en materia educativa y alimentaria, lo que de acuerdo a la medición del gobierno mexicano indica que se ha logrado reducir la pobreza extrema.

«Es importante enfatizar la diferencia entre los conceptos de pobreza que usa la CEPAL y los que se utilizan oficialmente en México, pues CEPAL sólo toma en cuenta los ingresos a los hogares y no otras dimensiones, como acceso a educación o calidad de vivienda. Por eso es que la tendencia entre una y otra es diferente, pero ambos son igualmente importantes», dijo.

En julio pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo descentralizado, reportó que la población en situación de pobreza se incrementó en México de 53.3 millones a 55.3 millones de personas de 2012 a 2014, en tanto que la pobreza extrema se redujo de 11.5 a 11.4 millones de personas en el periodo referido.

En opinión del erudito, que ha sido además consultor para el Banco Mundial, el BID, la CEPAL, la OCDE, y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la pobreza en México tiene una serie de peculiaridades y aún se debe trabajar en combatirla, principalmente la pobreza extrema, que es la que predomina en las zonas rurales.

En esas áreas, dijo, incluso «existe una discriminación durante décadas muy significativa en la inversión pública tanto en infraestructura básica como en educación -como capital humano- que ha impedido el desarrollo de esas regiones del país».

Asimismo, reconoció que en México, al igual que los países de la región, se debe buscar una solución para generar condiciones que permitan altos ingresos y salir de la llamada «trampa de la renta media», pues de otra forma sería imposible alcanzar las expectativas de desarrollo y crecimiento en América Latina y el Caribe, con miras a convertirse en países de altos ingresos.

«Necesitamos crecer mas rápido, pero también necesitamos políticas sociales distintas a las que hemos tenido», remarcó.

Y también, finalizó, «políticas que fortalezcan la capacidad de ingresos, que focalicen territorialmente las zonas de mayor densidad de pobreza yque inviertan en desarrollo de infraestructura y capacidades de producción mayores, incluyendo educacion o salud en esas zonas».

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