La escritora, de la que el próximo año se cumple el centenario de su muerte, fue una prolífica autora de cuentos, muchos de ellos centrados en denunciar la violencia contra las mujeres. La antología, que va camino de su cuarta edición, reúne 35 de estos relatos breves.
Por Óscar Senar Canalís
Ciudad de México, 29 de enero (ElDiario).- «Si salíamos juntos, se celaba de que la gente me mirase […]; si salía él solo, se celaba de que yo quedase haciendo en casa […]; si salía sola yo, los recelos, las suposiciones, eran todavía más infamantes…».
Así relata su padecimiento la protagonista de «El revólver», uno de los cuentos que integran la antología El encaje roto, en la que se recogen 35 piezas de Emilia Pardo Bazán con la temática de la violencia contra las mujeres como nexo común.
Este volumen, que enfila en la imprenta su cuarta edición, es una de las alegrías más recientes de la aragonesa Contraseña Editorial, que en este 2020 celebra su décimo aniversario.
Flora, la protagonista de ‘El revólver’ teme por su vida: su marido ha decidido zanjar sus celos con un arma de fuego: «Aquí tienes -me dijo- la garantía de que tu vida en lo sucesivo va a ser tranquila y dulce». No hace falta más que la amenaza, sin sacar si quiera la pistola del cajón, para provocar la angustia de la esposa. Este es uno de los ejemplos de la «multiplicidad de violencias contra la mujer» que trató Pardo Bazán (1851-1921) en sus narraciones breves, explica el editor de ‘El encaje roto’, Alfonso Castán, responsable junto a Francisco Muñiz del sello aragonés.
La variedad de la que habla Castán se comprueba en títulos como el impactante ‘El indulto’, que abre el volumen, en el cual una humilde asistenta aguarda con pavor la liberación de su marido, preso por asesinar a su suegra: «¡La ley, en vez de protegerla, obligaba a la hija de la víctima a vivir bajo el mismo techo, maritalmente, con el asesino!». En ‘Feminista’, una dama de buena posición tiene que experimentar la humillación de que su esposo le haga vestirse sus pantalones al día siguiente de su noche de bodas «para que sepas, querida Clotilde, que en toda tu vida volverás a ponértelos». En ‘Vampiro’, que roza el terror, una adolescente es casada con un anciano rico; en ‘Las medias rojas’, es el padre quien deja impedida a una moza y la priva de escapar a América.
¿HASTA CUÁNDO DURARÁ?
Lo cierto es que Pardo Bazán llevó a la ficción una cuestión que ocupó incesantemente su vida pública y privada, tal como muestra el prólogo del libro, obra de la profesora Cristina Patiño Eirín. La estudiosa recoge parte de un artículo que la escritora firmó en La Ilustración Artística en 1901:
«El mujericidio siempre debiera reprobarse más que el homicidio. […] El abuso de poder, ¿no es circunstancia agravante? Cuando matan, a mansalva, a la mujer, ¿no debería exigírseles más estrecha cuenta? Y sin embargo, los anales de la criminalidad abundan en mujericidios, impunes muchas veces, por razones especiosas, mejor dicho, por sofismas que sirven para alentar el crimen». Y se pregunta: «¿Hasta cuándo durará esta racha de pasión tan útil para los chuchilleros y los armeros que venden revólveres baratos?».
Ya en 1890, en una carta dirigida a la británica Gabriela Cuninghame Graham, del Consejo de La Liga a favor de los derechos de la mujer, Pardo Bazán escribe: «Armémonos de paciencia y energía para apresurar el fin de nuestra esclavitud: seamos fuertes contra la fuerza brutal, contra la ciega rutina, contra la injusticia doméstica, contra el ofensivo galanteo y contra la insípida burla». En el horizonte, optimista, atisba «la redención definitiva… ¿para nosotras? ¡Qué importa! Para la mujer futura, más libre, más feliz y más digna de la humanidad”.
LA TERRIBLE VIGENCIA
«Estábamos convencidos de que los lectores se iban a sorprender al comprobar que una escritora fallecida hace casi un siglo abordara tanto y de forma tan moderna la violencia contra las mujeres», explica Alfonso Castán.
Suya fue la idea de esta recopilación, cuando a raíz de leer un número de la revista académica La Tribuna, dedicada a la figura de Pardo Bazán, descubrió esta faceta de la novelista gallega. «Nunca se había publicado un libro que reuniera estos cuentos antes… Pensé que teníamos que hacerlo nosotros, porque hacía falta».
En el trabajo de edición, que le llevó a localizar más de medio centenar de cuentos relacionados con la violencia machista entre la extensa producción de Pardo Bazán, Castán se asombró de la vigencia de lo narrado entre los ya lejanos 1883 y 1922, fechas que abarcan los relatos seleccionados. «La modernidad de estos cuentos habla de que sigue siendo un problema muy presente en nuestra sociedad, a pesar de todos los avances. Muchos lectores y lectoras nos dicen que son cuentos terribles, porque muestran situaciones que aún hoy se dan, tanto en España como en el resto del mundo».
AL RESCATE DE AUTORAS
La alegría por la cuarta edición (reimpresión, en puridad libresca) de ‘El encaje roto’ llega en plena celebración de los diez años de Contraseña Editorial.
«En conversaciones de café nos lamentábamos de las malas traducciones, de la falta de ciertos autores por editar o reeditar en España… En aquella época habían surgido varios sellos independientes que demostraban que se podía montar una editorial sin vivir en Madrid o Barcelona, así que nos lanzamos sin conocer mucho el mundo editorial, salvo porque tanto Francisco como yo somos correctores de texto y grandes lectores».
Su primer planteamiento fue especializarse en autores inéditos en España, camino que emprendieron con ‘Un matrimonio de provincias’, de Marquesa Colombi; luego, sumaron nuevas inquietudes, como recuperar textos poco conocidos de autores de prestigio, como Ramón J. Sender, o publicar a autoras aragonesas contemporáneas como Irene Vallejo (cuya novela ‘El silbido del arquero’ va a por la sexta edición), Ana Alcolea o Patricia Esteban.
En el catálogo de Contraseña predominan las firmas femeninas: «Es algo lógico, ya que son más las escritoras extranjeras interesantes que faltan en las librerías españolas que los autores», señala Castán. Entre estas autoras descubiertas al mercado español están la americana Nella Larsen (‘Arenas movedizas’), la francesa Brigitte Giraud (‘Tenemos que hablar’) o la rusa Nina Berbérova (‘La acompañante’).