Redacción/SinEmbargo
28/12/2015 - 5:33 am
¿Cómo creer en el caso Igual? / Chiapas: revive el militarismo / Lo imposible, posible
¿Cómo creer en el caso Igual? En El Universal, su Editorial, escribe que: «en el caso de México […] la falta de respeto a la ley y a las instituciones parte de una ausente credibilidad en éstas, que de manera paradójica las propias autoridades se esfuerzan en refrendar todos los días. Cámaras de las que no se pudo […]
¿Cómo creer en el caso Igual?
En El Universal, su Editorial, escribe que: «en el caso de México […] la falta de respeto a la ley y a las instituciones parte de una ausente credibilidad en éstas, que de manera paradójica las propias autoridades se esfuerzan en refrendar todos los días. Cámaras de las que no se pudo extraer información, patrullas con números de identificación alterados para encubrir a sus tripulantes, un incendio cuya existencia ha sido técnicamente cuestionada, casquillos sembrados y huellas de tortura en testigos son parte de las razones por las que expertos independientes cuestionan la versión oficial de lo ocurrido en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014. A lo largo de 2015 se derrumbó la certeza de que se sabía exactamente qué ocurrió con los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa no sólo por la intervención del grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sino porque las pifias del expediente fueron dadas a conocer al abrirse su contenido. Normalmente las averiguaciones previas no son dadas a conocer. Se sabe a detalle sobre las pruebas contra una persona hasta que el juez ha emitido una sentencia, casi siempre dos o más años después de que el acusado fue detenido (a pesar de que nuestra Constitución dice que nadie es culpable hasta demostrarse lo contrario) […]. Hay que reconocer: la sociedad tiene parte de la culpa porque exige ferozmente resultados lo antes posible sin detenerse a pensar en cuáles son las pruebas contra los inculpados. Basta que la fiscalía en cuestión salga a decir que ‘confesaron’ para que la opinión pública crea la versión. ¿Qué fue diferente en el caso Iguala? La existencia de grupos políticos interesados en cuestionar las verdades oficiales. Un privilegio de defensa con el que cuentan muy pocas personas en México. La lección tras este episodio es que debemos creer o cuestionar las versiones gubernamentales según el grado de profesionalismo de su trabajo, nada más, porque de esa manera hallarán justicia no sólo las víctimas de Ayotzinapa, también todas las demás».
Chiapas: revive el militarismo
La Jornada, asegura en su Editorial, que: «la asamblea del ejido de Tila, en el municipio chiapaneco del mismo nombre, acusó ayer al alcalde Édgar Leopoldo Gómez Gutiérrez de reactivar el grupo paramilitar Paz y Justicia, con el propósito de someter a los que no están de acuerdo (con el munícipe) o para atacar y masacrar a las personas. En el comunicado se recuerda además que la violencia la hacen siempre los tres niveles de gobierno, escondiéndose de los grupos paramilitares a su servicio, para que ellos digan después que es un conflicto entre comunidades. La reactivación de Paz y Justicia […] ocurre con el telón de fondo de la decisión de los ejidatarios de Tila […] de expulsar al ayuntamiento municipal con el propósito de ejercer su libre autodeterminación de decidir, como pueblos originarios, sobre su tierra y territorio. En respuesta, personeros del ayuntamiento agredieron a balazos a los pobladores, con saldo de un herido. En el fondo, como lo han denunciado los ejidatarios, está el designio del ayuntamiento de despojar a las comunidades de la etnia chol de centenares de hectáreas para proyectos de ecoturismo, y la determinación de los pobladores de no permitirlo […]. [E]l municipio de Tila y, en general, la zona norte de Chiapas, fungieron como laboratorio de creación de paramilitares llamados Paz y Justicia, y esa formación de paramilitares se dio después aquí en los Altos de Chiapas y culminó con la masacre del 22 de diciembre de 1997, en la que fueron asesinadas 45 personas, incluidas mujeres embarazadas y niños. No debe olvidarse que los responsables políticos e intelectuales de aquella atrocidad […] nunca fueron llamados a cuentas por la justicia y que los autores materiales fueron paulatinamente excarcelados en el curso del sexenio pasado, como parte de un operativo orientado a negar que lo ocurrido hace 18 años en los Altos de Chiapas fue un crimen de Estado. Si se desea evitar una repetición de esa tragedia y de la terrible devastación causada en múltiples comunidades chiapanecas por la política contrainsurgente del zedillismo, resulta imperativo que el Gobierno federal se deslinde de los intentos por revivir el paramilitarismo en esa entidad y desarticule a la brevedad al grupo armado constituido en Tila».
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: «no es de orgullo. Siete de cada diez decomisos de cocaína que se realizaron en el país, de 2009 a la fecha, se hicieron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Así como en épocas de Pablo Escobar, ahí se ha descubierto droga lo mismo en bultos ocultos en un sarcófago que en cajas de cereal y bolsas de café e incluso la han teñido de negro para hacerla pasar por otro tipo de sustancia. No es por ahí. Si todo el mundo sabe que es la principal puerta de entrada de la cocaína, por qué demonios no se desmonta la red de complicidades que existe en el AICM. Renato Sales Heredia, el comisionado Nacional de Seguridad, debe apretar tuercas. Los malos están en casa».
Lo imposible, posible
En el diario Reforma, la politóloga y catedrática, Denise Dresser, escribe que: «viene a la mente el binomio de dificultad e imposibilidad, al mirar a México en estos tiempos aciagos. Tiempos de malas nuevas, malas cifras, malas noticias. Tiempos de obstáculos que parecen infranqueables y políticos que parecen inamovibles […]. Hoy, cuando la frase ‘Mover a México’ produce sorna en vez de expectativas. Tasas de homicidio a la alza. Tasas de crecimiento a la baja. Un peso que cada vez vale menos y una corrupción que cada vez cuesta más. Un Instituto Nacional Electoral (INE) que ha perdido su lustre y un Partido Verde que ha contribuido a enlodarlo. Un año de escándalos e infortunios acumulados […]. Ante lo que ocurre por todas partes, las preguntas que muchos mexicanos se hacen, nos hacemos, resurgen: […] ¿Vale la pena seguir exigiendo, denunciando, arriesgando, actuando, insistiendo? ¿Importa? La respuesta inequívoca, resonante e incuestionable es ‘sí’. Porque la esperanza política no se trata de certidumbre. Se trata de entender que nuestras acciones trascienden: que hay que seguir creyendo a pesar de la evidencia, y después ver cómo la evidencia cambia. Allí está el padre Solalinde -y tantos más como él- enseñando eso todos los días […]. Alcanzamos […] candidaturas independientes y el matrimonio gay y la evaluación docente y la movilización contra el Corredor Cultural Chapultepec y la renuncia de Arturo Escobar y el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) sobre Ayotzinapa. Unos pasos grandes, otros pequeños, todos milagrosos […]. Y frente a esas lecciones de humanidad, va mi deseo de Año Nuevo para el país […]. Que si hay causas para defender, se sumen […]. Solo aquellos que se imaginan el México visible y acariciable, pueden valorar lo que se pierde con la degradación diaria de la dignidad. Y la importancia de recuperarla, para tantos. Lo que se gana cuando alguien defiende la verdad y la justicia y la rendición de cuentas. Se gana la ‘dignidad radical’ […]. Se gana poder pensar […] que lo imposible es posible. Solo tomará un poco de tiempo más».
Nuño toca base en Los Pinos
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: «la cercanía alcanzada por Aurelio Nuño, Secretario de Educación Pública, con el Presidente Enrique Peña Nieto es cada vez más sólida. Lejos de lo que se ha comentado en círculos políticos, Nuño es el integrante del gabinete que más contacto tiene con Los Pinos: prácticamente todos los días toca base para informar el curso de la reforma educativa, considerada clave en la actual administración. El plan de don Aurelio, nos comentan, es que antes de que termine el sexenio se sienten las bases para que el país pueda tener capital humano que enfrente la realidad del mercado interno y de la nueva situación internacional, altamente competitiva. La educación es la apuesta, nos hacen ver, y por esa razón hay una línea directa entre la Secretaría de Educación pública (SEP) y la casa presidencial».
¡Demos gracias por el 2015!
En El Universal, el periodista y escritor, León Krauze, escribe que: «demos gracias por la agudeza política con la que el Secretario de Gobernación, el eficaz Miguel Ángel Osorio Chong, manejó los últimos meses del encierro en México de Joaquín Guzmán y su posterior proceso de extradición a Estados Unidos […]. Osorio debía cuidar a Guzmán y eso fue exactamente lo que hizo, evitándole un ‘imperdonable’ bochorno a su jefe […]. [D]emos gracias de nuevo por Murillo Karam. Sin la excepcional respuesta del entonces titular de la Procuraduría federal […] habría sido imposible resolver a cabalidad el horrendo crimen de la desaparición y muerte de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Murillo tomó las riendas de inmediato, haciendo suyo el caso y atendiendo todas las versiones […] [y] nunca trató de imponer una versión apresurada de los hechos. Y si de respuestas perfectas hablamos, agradezcamos la manera como el gobierno mexicano manejó el escándalo de la Casa Blanca […]: en lugar de esconderse detrás de aquella cantaleta de ‘podrá ser inmoral e incorrecto, pero no es ilegal’, Presidencia reconoció que la compra de la casa de la primera dama se había tratado de un vergonzoso conflicto de interés […]. Demos gracias también por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). ¿Recuerda el lector aquel momento en el que la Cancillería optó por ser valiente y puso un alto a la violenta retórica de Donald Trump contra los mexicanos en Estados Unidos y contra México en general? Fue memorable ver al canciller Meade […] recurrir a datos duros para demostrarle a Trump y sus secuaces todo lo que la sociedad estadounidense le debe a los inmigrantes mexicanos […]. Demos gracias también por la renovación constante de nuestra clase política, sobre todo la oposición. ¡Da gusto ver al Partido Acción nacional (PAN) buscando nuevas figuras […]. También es un gusto ver que Acción Nacional no ha copiado los vicios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) […]. ¿Y qué decir de la izquierda mexicana? Las cosas pintan mejor gracias a […] Andrés Manuel López Obrador, quien entendió hace tiempo que era hora de abrir camino a las nuevas voces que podrán garantizar un futuro para el pensamiento progresista en México […]. También hay que agradecerle a Miguel Ángel Mancera la valentía de dejar de lado sus aspiraciones presidenciales para concentrarse en gobernar la ciudad de México».
En Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: «con eso de que todos en el Gobierno federal se fueron de vacaciones, habrá que buscar un santo milagroso para encomendarle la emergencia en Chihuahua. Las bajas temperaturas en aquel estado tienen a 32 municipios bajo la nieve. Sólo en Ciudad Juárez, por ejemplo, estuvo nevando 18 horas seguidas. Esto provocó que algunas zonas quedaran sin servicio eléctrico y, por lo mismo, sin calefacción. Además, hay varios tramos carreteros que, de plano, tuvieron que ser cerrados. De hecho las autoridades de Protección Civil de la capital chihuahuense declararon la alerta roja ante la magnitud de la tormenta invernal y sus estragos. Para colmo el Servicio Meteorológico Nacional ya avisó que la cosa se va a poner peor en todo el norte del país. Lo curioso es que el Gobernador César Duarte, tan dado a sonreír ante los reflectores, hasta anoche no había aparecido -más que por Twitter- pese a la contingencia en Chihuahua. A lo mejor estaba tuiteando bajo las cobijas, esperando a que se pasara el frío».
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: «a propósito del Distrito Federal (DF), en el gobierno capitalino hay asombro ante aquellos que se quejan por el incremento en las multas por el nuevo Reglamento de Tránsito, como la Senadora Mariana Gómez del Campo o como el líder del Movimiento Regeneración nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, y que a la vez asumen como ‘normales’ las infracciones de los capitalinos. Si cada vez hay más multas, es porque cada vez más los automovilistas incumplen el reglamento, ¿acaso esas violaciones no deberían ser sancionadas?, se preguntan».
Nueces 2015
En Reforma, el politólogo y catedrático, Jesús Silva-Herzog Márquez, escribe que: «las encuestas fueron la esperanza de un conocimiento social que lograba escapar de la subjetividad […]. Ya no sería el poeta o el demagogo quien nos diría quiénes somos: nuestro autorretrato estaría en la gráfica de una casa encuestadora […]. Los partidos llegan a confiar en ellas para ahorrarse el pleito y el precio de las elecciones internas. Los políticos se obsesionan con la popularidad que registran periódicamente los encuestadores. Tal vez es tiempo de volver a tomar distancia frente a ellas. A desconfiar de las encuestas y de los encuestadores nos llama la historiadora Jill Lepore en un artículo que se publicó en el New Yorker en noviembre de este año. A su juicio las encuestas están dañando severamente el proceso democrático […]. El resultado es que las encuestas ofrecen en nuestros tiempos una fotografía engañosa de la opinión pública. El efecto es terrible para la democracia: esa estampa deformada de la opinión colectiva sigue detentando un enorme poder; el debate público se convierte en un juego de apariencias, la reflexión se encierra en el corto plazo. Trump es resultado de esa cultura del espectáculo que ha hecho de las encuestas su mejor instrumento. El ensayo político más importante de los últimos años es el libro póstumo de Peter Mair que Alianza Editorial tradujo recientemente como Gobernando el vacío. Los partidos han dejado de ser los instrumentos de la participación democrática que una vez fueron […]. En las democracias más sólidas se han tragado el veneno de la antipolítica y han terminado por abandonar sus marcas de identidad […]. No fue casualidad que los ataques terroristas de París golpearan centros de diversión: cafés, salas de conciertos, un estadio. El placer como el enemigo mortal de cualquier totalitarismo. El último sueño del fundamentalismo islámico es la supresión de la música […]. El gran poeta y ensayista Charles Simic mira con horror las campañas de su país adoptivo. Todos los países tienen sus políticos imbéciles y corruptos pero nadie los trata mejor que nosotros, dice».
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