Duncan Wood, director del Instituto sobre México del Woodrow Wilson Center, señaló en entrevista que la falta de un sistema de justicia expedita e imparcial impide que lleguen a México más inversiones. Auguró que 2016 no será el año en el que vuelva a caer “El Chapo”.
Ciudad de México, 28 de diciembre (SinEmbargo).- México necesita aterrizar la reforma a su sistema de justicia para atraer mayores inversiones y dar más certeza a las grandes empresas globales, advirtió Duncan Wood, director del Instituto sobre México del Woodrow Wilson Center, con sede en Washington DC.
En entrevista con SinEmbargo, afirmó que aunque en el exterior “todos hablan de crimen organizado, de corrupción y pobreza”, siguen viendo al país como una buena oportunidad para invertir”, pero la manera en la que operan los organismos judiciales sí es algo que define el que inversiones logren aterrizar en el país o decidan optar por otras naciones que les garanticen procesos rápidos y transparentes en caso de llegar a una Corte.
“Eso no ayuda en nada a los mexicanos. Es importante entender esa perspectiva desde el punto de vista de los inversionistas. Entre las cosas que sí preocupan está el sistema judicial y la falta de avances en cuanto a implementar la Reforma de Justicia porque todos quieren tener un trato justo ante las cortes de México porque si tienen algún problema legal ese trato no está garantizado para nada”, afirmó Wood.
La reforma a la que se refiere el representante del Wilson Center, se aprobó en 2008 e implicó una serie de cambios a diez artículos constitucionales, siete de ellos en materia penal [ del 16 al 22], sentando las bases para el tránsito de un modelo inquisitivo a uno acusatorio de justicia penal democrático y acorde a los estándares de derechos humanos constitucionalmente reconocidos.
El Poder Legislativo estableció un plazo de ocho años para que pudiera implementarse en su totalidad en todos los estados del país, finando como meta junio de 2016, es decir, ocho años.
El sistema de justicia penal acusatorio es oral; sus principios procesales son la publicidad, la inmediación, la contradicción, la continuidad y la concentración, y se fundamenta en el predominio de los derechos fundamentales de víctimas y personas imputadas, creando nuevas figuras y mecanismos procesales, como los servicios previos al juicio, los medios alternativos de resolución de controversias, las suspensiones condicionales del proceso a prueba y los procedimientos especiales.
La parte central de esta reforma se refleja en el Artículo 20 constitucional, donde se establecen los principios procesales y los derechos de las víctimas e imputadas de delito, ya que establece el principio de presunción de inocencia, al tiempo que se precisan nuevas garantías judiciales de las víctimas, relacionadas con la reparación del daño, su seguridad personal, el resguardo de su identidad y sus datos personales e impugnación de acciones del Ministerio público.
Todo lo anterior debe traducirse en mayor transparencia y eficiencia, a un menor costo en recursos públicos, tiempo y carga para las partes implicadas en el conflicto penal.
Sin embargo, para el experto, la falta de justicia no sólo espanta a la inversión extranjera sino que también impide la existencia de una mejor distribución de la riqueza.
LA INVERSIÓN NO BASTA
Datos de la Secretaría de Economía, señalan que la Inversión Extranjera Directa (IED) aumentó 41 por ciento de enero a septiembre de este año en comparación con el mismo periodo de 2014, al pasar de 15 mil 310 millones de dólares, a 21 mil 585. 6 millones, sin embargo, el número de pobres en los últimos tres años aumento en casi dos millones y el poder adquisitivo de las familias se siguió disminuyendo.
“La inversión extranjera beneficia a un país, pero hay que regularla y dirigirla bien para que haya beneficios para todos, y en México no se ha hecho un esfuerzo suficiente para garantizar esto”, dijo el entrevistado.
Afirmó que para garantizar mejores condiciones de vida a sus ciudadanos, el país requiere homologar el desarrollo de sus estados, pues mientras Guanajuato, Nuevo León y Coahuila se registra una generación de empleos “bien pagados en comparación con Detroit –la capital automotriz de Estados Unidos-“, en otras entidades no existe ese nivel de desarrollo o la diversificación hacia otras industrias como la aeroespacial y la electrónica, que ha ayudado al crecimiento de Querétaro, Baja California y Jalisco.
–Pero una de las principales quejas que existen en México es que los empleos que se están generando son insuficientes y de mala calidad.
–Los mexicanos tienen una perspectiva muy pesimista de lo que pasa en el país. Hay malas noticias en cuanto a seguridad, corrupción, pobreza… Y son problemas reales y preocupaciones importantes para la mayoría de la gente, lo interesante es que en la comunidad de negocios todos ven a México cómo está avanzando. No hemos visto tasas de crecimiento muy altas, pero hay mucho potencial. La conversación en 2013 sobre el Mexican moment tuvo un impacto positivo en cuanto al prestigio del país a nivel internacional.
-Pero el Mexican momento ya pasó, y ahora la crítica es que en el país existe corrupción, conflicto de interés y una serie de violaciones a los derechos humanos, esta el tema de Ayotzinapa…
– Este tema de Ayotzinapa es un caso fascinante para mi; la reacción inicial del Gobierno durante muchos meses fue rechazar los hallazgos del grupo de expertos –de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos], pero tuvo que reconocer que el grupo de expertos encontró hechos y pistas muy importantes y ya no puede negar el Gobierno la importancia de esta investigación, es una lección muy importante de que tienes que insistir para que se acepte una realidad, pero este no es sólo un problema de este gobierno, con Calderón [Felipe] tuvimos relaciones muy similares.
–Bueno, pero el gobierno aceptó parte de los hallazgos del GIEI [Grupo Internacional de Expertos Independientes] muy a regañadientas y siempre tratando de desprestigiar la investigación.
–Ha sido un año muy difícil para el Presidente y el enfoque de los mexicanos sobre esto caso, el de la ‘casa blanca’, y otros casos de conflicto de interés que se han convertido en una sombra del Gobierno, pero el PRI [Partido Revolucionario Institucional] ganó las elecciones en junio y Peña está empezando la segunda mitad de su Presidencia. Hemos visto inversiones muy importantes durante el año en México por parte de la industria automotriz y podemos decir, que a nivel internacional juega un papel importante en la conversación sobre cambio climático, reconocemos que ha sido un año de altibajos. Obviamente hay temas a resolver, como trasparencia, rendición de cuentas, la situación de seguridad, para que más mexicanos puedan participar en la riqueza del país.
PEÑA Y LA SEGUNDA MITAD DE SU GOBIERNO
–En 2016 también inicia la segunda parte de la Presidencia de Peña Nieto, ¿cómo arranca?
–No tiene la aprobación ciudadana, pero es importante reconocer que las elecciones de junio las ganó el PRI y esto significa que el partido gobernante tiene mucho apoyo, no de una mayoría de los mexicanos, pero sí de una minoría suficiente para gobernar, cuando vamos a los estados, el PRI controla la mayoría.
–¿Qué papel juega el tema de la inseguridad en la baja aprobación del Presidente?
–Podemos decir que la situación en México está mejorando, homicidios y secuestros están bajando, están mejorado lentamente, pero los avances no son suficientes. La situación no va a cambiar mucho en 2016; en mi opinión, este es un problema que va a tomar años o tal vez décadas.
–¿Podrá Peña Nieto atrapar otra vez a “El Chapo” Guzmán?
–Quieren, pero lo veo muy difícil; aunque el gobierno de Estados Unidos está ayudando en la parte de inteligencia, si no lo recaptura en 2016, nos un desastre; sería preferible recapturarlo, pero la situación no cambió nada cuando estuvo en la cárcel ni la primera ni la segunda vez, ni tampoco cuando salió porque el ni el cártel [de Sinaloa] . Yo creo que la estrategia de capturar a los jefes de los cárteles es valida en cuanto a la aplicación de la justicia, pero no va a cambiar mucho lo que está pasando con el crimen organizado porque hay más fragmentación de los cárteles.