El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad exige que se investigue por la muerte del activista al ex Gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, quien hoy enfrenta desde prisión acusaciones de enriquecimiento ilícito. El movimiento insiste en que el ex Presidente Felipe Calderón fue corresponsable de la muerte de Don Nepo.
Ciudad de México, 28 de noviembre (SinEmbargo).– Hoy se cumplen cinco años del asesinato de Nepomuceno Moreno Núñez, miembro del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD).
Don Nepo, como le llamaban con cariño sus compañeros en el movimiento, fue asesinado el 28 de noviembre de 2011, en pleno centro de Hermosillo, Sonora.
En un comunicado difundido hoy, el MPJD responsabilizó al ex Gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, preso hoy por acusaciones de corrupción; y al ex Presidente Felipe Calderón por el asesinato del activista.
“Los responsables de su muerte fueron las autoridades federales y estatales que, al ignorar los señalamientos y las pruebas que responsabilizaban a funcionarios e integrantes de la delincuencia organizada en la desaparición de su hijo, permitieron que fuera asesinado”, dice el comunicado.
“En primer lugar Guillermo Padrés Elías, al que no sólo debe acusársele de corrupción, sino de violaciones graves a los derechos humanos”, agrega el comunicado.
El MPJD exige que en el actual juicio que enfrenta el ex gobernador de Sonora se incluya un investigación que permita determinar la responsabilidad de Padrés y de funcionarios encargados de la justicia durante su gobierno en la desaparición de Jorge Mario Moreno León y de sus amigos, “y en el artero asesinato” de su padre Nepomuceno Moreno”.
En segundo lugar, el movimiento responsabiliza a Calderón quien, “prometiéndole en ese histórico diálogo (14 de octubre de 2011, entre el movimiento y el Presidente) que le proporcionaría las medidas cautelares que Nepo pedía, lo abandonó a su muerte”.
En el momento de su asesinato, Moreno Núñez acumulaba ya un año y cuatro meses buscando a los responsables del asesinato de su hijo.
Jorge Mario Moreno, de apenas 18 años de edad, fue levantado y desaparecido por policías en algún punto de la carretera entre Hermosillo y Ciudad Obregón, el 1 de julio de 2010.
Desde ese momento Don Nepo no dejó de buscarlo.
Sus investigaciones le permitieron determinar que la última llamada de los secuestradores de su hijo había salido de las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora.
Tres semanas antes de su muerte Moreno Núñez envió dos correos electrónicos a otro miembro del Movimiento por la Paz, comunicándole que había finalmente descubierto a los asesinos de su hijo y la forma en que lo habían ultimado.
“Buenas noches, no me había reportado porque estaba ocupado en la investigación de mi hijo. Ya tengo resultados muy importantes, nada más que son muy delicados, ya que estoy enfrentando al crimen y al gobierno directamente y los estoy acusando directamente. Esta bomba va a explotar, no tarda.
“Ya hay detenidos, son tres y están en diferentes puntos de la República. Estoy en contacto con la SIEDO [Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada]. Estos monstruos y otros que faltan, destrozaron a mi hijo y a sus dos compañeros con motosierras y los echaron en tambos de 200 litros con ácido. Estoy por saber dónde dejaron los residuos”.
En otra parte del correo electrónico, fechado el 4 de noviembre de 2011, agrega: “Estén enterados que cualquier rato me desaparecen o me matan. No les tengo miedo, desde que empecé esto no he parado y le juré a mi hijo que no lo abandonaría, hasta que las fuerzas me duren. Anoche durmieron soldados enfrente de mi casa cuidándonos”.
Apenas unos días antes de su ejecución, Moreno Núñez grabó un video en el que insistía en la inminencia de su muerte.
“Si se muere uno pues hay que morirse por algo que sea justo. Como yo le dije a todos […] Si se muere uno, o si le llega a pasar en esta guerra que andamos, que digan nada más que murió porque andaba peleando por su hijo”, dice Moreno en el video.
Moreno Núñez tenía 56 años cuando fue asesinado. Su cuerpo quedó inerte en la camioneta en la que viajaba. Según testigos, cuando circulaba por la avenida Reforma de la capital sonorense un vehículo se le emparejó y desde ahí lo rociaron de balas.
Siete balazos hicieron blanco en su cuerpo.