Esta marcha está lejos de las marcas patrocinadoras transnacionales como ocurre en las ciudades capitales. Esta movilización más que de fiesta, es de protesta. Las cifras negras no están para lanzar fanfarrias, pero aun en la periferia, que lo mismo es marginal por sus autoridades, de la incertidumbre de los días en Valle de Chalco, los integrantes y amigos de las poblaciones LGBT y + se dan gusto para sentirse orgullosos de ser quienes son.
Por Vania Pigeonutt
Valle de Chalco, Estado de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- En una esquina del escenario, Lulú y Montse esperan a que salga Carmen Campuzano, la artista invitada a la gala posterior a la séptima marcha de la comunidad Lésbico Gay Bisexual Transexual y + (LGBT+) de Valle de Chalco.
Madre e hija quieren una foto con la Campuzano, quien está resguardada en la carpa que funge como camerino de las chicas que dan sus shows: bailarinas, cantantes, imitadoras.
El sonido de pasos presurosos se escucha bajo, mientras los animadores agradecen la presencia a la gente congregada en la plaza cívica de Valle de Chalco Solidaridad, concebida con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ahora como Morena en el poder, al menos hasta 2021.
Resaltan las letras de colores con el nombre del municipio donde sólo en este año han sido asesinadas dos mujeres trans, lo que lo coloca como el de mayor número de transfeminicidios en el Estado de México, según las activistas que esta noche bailan, cantan y festejan. Del otro lado de la calle, ajenos al festejo, hay diversos vendedores.
Los vestidos llenos de estoperoles, lentejuelas de vistosos verdes, azules, colores marrones y amarillos se ven al primer instante. Grandes pelucas, pestañas 3D, tacones, uñas de colores acompañan los atuendos elegantes de chavas trans que esta noche bailan para gritarlo a los cuatro vientos: ¡Somos mujeres trans a mucha honra!, se dicen entre ellas en varios momentos previos a subir al escenario.
Valle de Chalco Solidaridad es un municipio creado por el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari. Lleva el nombre del mayor programa asistencialista de ese gobierno.
Desde hace siete años se organiza la marcha por el orgullo LGBT +. Cada año, sus asistentes exigen visibilización y respeto de sus derechos: que se apruebe el matrimonio y la adopción homoparental; que las mujeres y hombres trans puedan cambiarse de nombre y género legalmente sin problemas, entre otros.
ORGULLO DESDE LA PERIFERIA
Esta marcha está lejos de las marcas patrocinadoras transnacionales como ocurre en las ciudades capitales. Esta movilización más que de fiesta, es de protesta. Las cifras negras no están para lanzar fanfarrias, pero aun en la periferia, que lo mismo es marginal por sus autoridades, de la incertidumbre de los días en Valle de Chalco, los integrantes y amigos de las poblaciones LGBT y + se dan gusto para sentirse orgullosos de ser quienes son.
Antes de llegar al escenario donde se escucha la canción Viviendo de noche de Veni vedi vici: “Los análisis dan alcohol, dicen que ha bebido nuestro conductor… al final hemos chocado”… los participantes iniciaron su marcha en la plaza Patio y siguieron por la avenida Ricardo Flores Magón, hasta llegar a la explanada municipal, donde algunas familias llegaron con banderas de arcoíris, y otros con banderas rosa, azul y lila, simbolizando a las poblaciones trans.
No son más de 500 personas en la plaza, pero sí vienen de varios municipios aledaños: Tultitlán, Acolman, Ecatepec, Ayapango, Ixtapaluca, Nezahualcóyotl y Valle de Bravo, donde las tasas de feminicidios son también elevadas en el Estado de México, la primera entidad feminicida del país, y en comparación con municipios como Chilpancingo y Acapulco, en Guerrero, otro estado feminicida.
HAY QUE APOYARLES SIEMPRE: FAMILIA MEDRANO
Mientras espera a Carmen Campuzano, Lourdes Medrano Ledezma mira entusiasmada a imitadoras de Lupita D’alessio y Dulce, así como bailes bien ensayados con bailarines que acompañan a mujeres a ritmo de mambo, chachachá, y salsa.
Lulú viene acompañada de sus hijas y otras integrantes de su familia. En junio su hermana Michelle, una mujer transexual, a quien no toda su familia aceptó enseguida, murió a consecuencia de una infección por el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH).
Ella está contenta, sin embargo, de todo el apoyo que le brindó a su hermana. En sus tiempos libres, Michelle imitaba muy bien a Mónica Naranjo, porque la mayoría de horas las dedicaba a cortar y embellecer cabelleras. Lulú no puede evitar que se le resbalen unas lágrimas. Su luto sigue, pero le anima la fiesta.
”Tantas muertes… Incluso yo conocí gente que como la familia no los acepta. Se ahorcan, se asesinan ellos, por el simple hecho de que son gay o transexuales, transgénero, todos esos géneros. Yo pienso que si uno como padre, hermano, los apoyamos, sería muy diferente la vida de ellos”, admite.
A ella no le importa si hay otros que ven en mujeres trans a gente con una enfermedad, si para otros es una maldición.
“Para mí es natural, porque si Dios los mandó así al mundo, así los debemos de aceptar”.
En estos días ve una violencia dirigida hacia los hombres y sobre todo mujeres transexuales:
“Hay gente que se siente machista, o mujeres espantadas, los ofenden, los han golpeado. Yo al menos pediría porque tuve un hermano y no me gustaría que siguieran golpeándolos”…
De su hermano conservará siempre las mejores memorias. Destaca su solidaridad. Recuerda que el día de su sepelio le llevaron desde comida hasta mariachis, porque ayudó a mucha gente. También, una de sus directrices: hay que gozar la vida a cada instante. A Lulú la llena de alegría que sus hijas estén en el show con amigos que conocieron a Michelle.
«QUEREMOS QUE LA GENTE NOS VEA»
Paulina es hermana de Scarlett Anavalerius, quien también da show esta noche. Para ella marchar significa que la gente las vea, no las discrimine. Ella es una mujer biológica, pero apoya a la diversidad. Lamenta mucho que el destino de las mujeres trans sea la calle la mayor parte de las veces. Por eso marcha, para que este estigma se rompa.
“Mi hermana es una chica trans y yo la apoyo al 100 por ciento. Sabe que yo la amo, como amo a todas mis hermanas de la comunidad, más que nada por los feminicidios; ya no queremos más transfeminicidios, queremos chicas que salgamos adelante, que la gente nos vea y que diga que sí existe, así como se dicen ellas son mujeres, son mujeres, con diferente sexo, pero son mujeres”, pide.
Paulina porta una peluca rubio cenizo. Brillantes plateados decoran el contorno de su nariz y unas pestañas moradas de más de seis centímetros le abarcan parte de los ojos y la cejas. Ella explica que en Valle de Chalco la nota roja es la nota del día.
Dayana es una de las mujeres trans asesinadas. Su transfeminicidio ocurrió en febrero pasado. Paulina relata que vivía de la prostitución.
“Desgraciadamente no tenemos una igualdad, que unos quieren ser más, unos son menos, como mujeres trans las tenemos que apoyar, no ofenderlas, porque hay unas chicas que eran de calle, otras que eran de casa”.
Ahora, Paulina explica que apoya a su hermana de 38 años, porque sufrió varias violencias antes de que su familia la aceptara: desde calle, humillaciones, golpes.
Desde diciembre del 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que México ocupa el segundo lugar en crímenes de odio de América Latina. Estos asesinatos son los que se cometen por pertenecer a grupos minoritarios y vulnerables como los de la comunidad LGBT .
“¡POR TODA LA COMUNIDAD LGBT!”
En el ambiente se escucha la canción de Donde estará mi primavera, de Marco Antonio Solís, «El Buki». Envueltos con la bandera de arcoíris que simboliza sobre todo a las comunidades gay, dos chicos se besan mientras el imitador alarga la voz: “¿¡doooónde se ha escondido el sooool. Queeeé en mi jardín marchitó?!”.
“¡Por toda la comunidad LGBT! Valle de Chalco”, continúa el sonido al fondo. Britany Valsevich viene caminando a refrescarse un poco con tacones de 15 centímetros y una corona que la hace ver de más de dos metros de altura. Porta un vestido color dorado con bordados marrones. Cuando sonríe se le hacen dos comisuras en las mejillas.
Ella es la Emperatriz 2019 de Valle de Chalco, la mujer trans que representa a toda la comunidad este año. Luce y se siente contenta. Dice que el año pasado también participó en la marcha. Ganó el tercer lugar en el certamen de belleza de Valle de Chalco, pero éste logró obtener la mayor distinción.
Mientras platica, se acomoda el cabello rubio y chino que le contrasta con sus pestañas risadas y negras. Quiere que toda la gente vea normal su mundo, el mundo trans, por así llamarlo.
Dice: “no verlos como un problema, es verlos como algo que está presente día con día, no sólo en Valle de Chalco, sino en todos los países. A mí esto me hace partícipe de algo muy importante como la aceptación para podernos resaltar en la sociedad, que acepte que existimos, que no somos algo dañino para la sociedad”.
Para ella ser mujer trans es hermoso. “Yo estoy muy orgullosa, pero creo que a la gente se le hace extraño, y lo que para la gente es raro, es peligroso… Les diría que sean más abiertos, que se den la oportunidad de conocer a las personas, porque las personas valen por lo que son, no por lo que tienen ni por lo que pueden ser”.
“NOS ESTÁN MATANDO POR SER TRANS”
Para la miss Trayectoria, llamada Carolina y quien como Britany porta un vestido dorado, participar a esta marcha significa defender su propia vida. “La vida no es nada más así, que tú sabes bien que a todas nosotras nos están matando por ser trans. Yo nací aquí en Valle de Chalco. Vengo aquí a la marcha cada año y apoyo a todas ellas”.
Britany define a una mujer trans, como una mujer que no necesita de nadie. Ella es independiente y desde los 13 años eligió ser la mujer que es. Tiene 41 años. Ha aprendido a imitar a Jenny Rivera y Edith Márquez, pero para esta noche eligió ser Dulce. Va con su atuendo, presume.
“Hay muchas veces que las personas no piensan qué es ser trans. Hay mucha ignorancia, piensan todos que es así como así, pero tenemos que vivir la vida. Nosotras tenemos que vivir la vida. Yo la viví, viví la vida. Soy trans pero la viví, porque te pegaban, te discriminaban, tu familia te discriminaba, ahora me aceptan”, cuenta.
Ella decidió ser trans desde su adolescencia. “Yo soy mujer y lo voy a ser siempre. Aunque pegaron el grito en el cielo todos los demás, yo soy mujer y no me importa ni me importó lo que dijeron los demás”.
Esta gente está muy lejana, al menos así se consideran varios asistentes, a aquel público embelesado un 30 de noviembre de 1994, cuando Carlos Salinas de Gortari fue vitoreado en este mismo municipio en el último día de su Gobierno. El mandatario eligió volver a Valle de Chalco un día antes de entregarle la banda presidencial a Ernesto Zedillo, en plena crisis del PRI tras el asesinato de su candidato Luis Donaldo Colosio.
ACTIVISMO CONTRA LA IMPUNIDAD
Kenya Cuevas Fuentes, una de las invitadas de honor de esta marcha imita a todo pulmón una de las canciones que más la representa: Mundanzas, de Lupita Dalessio. “Hoy voy a cambiar. Revisar bien mis maletas. Y sacar mis sentimientos. Y resentimientos todos. Hacer limpieza al armario. Borrar rencores de antaño”.
Kenya Cytlatly Cuevas Fuentes se convirtió en la primera activista transexual que logra que el transfeminicidio de su amiga Paola Buenrostro, trabajadora sexual, mujer trans, asesinada en septiembre de 2016, fuese reconocido por el Gobierno de la Ciudad de México como tal.
Hace tres años su vida cambió radicalmente. Desde hace 23 años que es VIH positivo, es activista en pro de sus derechos y de los de la comunidad trans, y grupos vulnerables. Kenya hoy está ataviada de un vestido verde agua de lentejuelas fosforescentes. Tiene un maquillaje impecable. Descansa un poco de días y días de lucha por la visibilización de ser trans y de exigir justicia.
La activista incansable esta vez gesticula perfectamente la canción de Dalessio: “Porque soy mujer como cualquiera. Con dudas y soluciones. Con defectos y virtudes. Con amor y desamor. Soy como gaviota. Pero felina como una leona”. Esta vez los vitores y los aplausos son para ella, quien pide además que sigan en la lucha por su presencia negada en la sociedad mundial.