Todo empieza con la visita al ginecólogo, pues un cambio en el tejido celular por infección tarda de 10 a 15 años en convertirse en cáncer, lo que lo vuelve una enfermedad altamente evitable. Conoce más sobre el VPH y el desarrollo de este padecimiento.
Ciudad de México, 28 de agosto (SinEmbargo).– «¿De cuántas cosas te arrepientes en la vida? Que el cáncer cérvico uterino no sea una de ellas», es una de las frases plasmadas en la nueva campaña de la organización no gubernamental Conocer para Vivir.
Cada año mueren en México cerca de 4 mil mujeres a causa del cáncer cérvico uterino o cervicouterino, pese a que es una de las displasias que es considerada curable y cuya detección es sencilla y a un costo accesible.
«Lamentablemente una parte importante de los casos son detectados en etapas avanzadas, cuando las oportunidades de curación son menores. Una razón es que las mujeres en riesgo no acuden a los servicios médicos de manera periódica y ni se realizan los estudios requeridos por su perfil de edad. De acuerdo con información del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia, sólo cuatro de cada diez mujeres acude al ginecólogo una vez al año», difunde la asociación en un comunicado.
Pero, ¿qué es una displasia? El ginecólogo Eduardo Malagón Abín explica a SinEmbargo que «es un cambio de tejido, normalmente tenemos cierto patrón de células según el órgano en donde se encuentren, una displasia es cuando este patrón de tejido cambia. Pero el cáncer no se forma de la noche a la mañana, tarda entre 10 y 15 años en formarse».
El objetivo de la campaña es motivar a las mujeres, especialmente en sectores de menor ingreso o en condiciones vulnerables a realizarse los estudios de detección que pueden salvarles la vida.
«La Norma Oficial Mexicana 014-SSA2 señala que a partir de los 25 años, es necesario que toda mujer con vida sexual activa se realice un Papanicolaou, que es la técnica de tamizaje para cáncer cérvico uterino más utilizada en el Sector Salud en México. El PAP o citología exfoliativa es una prueba de bajo costo, sencilla y con una alta especificidad (95 por ciento) y sensibilidad (90 por ciento) para la enfermedad», informa Conocer para Vivir.
“Es un cáncer muy común, muy frecuente en las mujeres mexicanas y es prevenible con dos acciones muy sencillas: ir al ginecólogo y hacerse el Papanicolaou, entre otras cosas que se pueden hacer, como realizar una prueba para determinar, si lo hay, qué tipo de Virus del Papiloma Humano (VPH) existe, porque se ha demostrado que el 95 por ciento de los cánceres en el cuello de matriz están ocasionados por alguno de estos. Una vez que se encuentra que hay una infección, sigue hacer un examen apea determinar qué tipo es», dice Malagón Abín.
El doctor explica que actualmente se conocen más de 100 tipos de VPH, «afortunadamente la gran mayoría no son de alto riesgo, no son malignos. Estos se nombran de acuerdo a una numeración, entonces el Virus del Papiloma número 16 y 18 está bien documentado que se relacionan con cánceres en el cuello de la matriz, específicamente son virus de alto grado de malignidad».
La campaña estará vigente de agosto a noviembre de 2016 y se difundirá en espacios como el metro de la Ciudad de México, zonas urbanas en pobreza, en grupos de atención a mujeres sexoservidoras y mujeres en el sector informal como vendedoras ambulantes y mujeres en situación de calle.
Y aunque ésta está dirigida a mujeres entre los 34 y los 55 años, el médico menciona que va para todas, desde que inician su vida sexual hasta la vejez, pues aunque se haya pasado la menopausia o no se tenga sexo, el desarrollo puede venir de años atrás.
Eduardo Malagón especifica que de encontrarse a tiempo un tipo de VPH de alto riesgo, se puede hacer un tratamiento conservador, «se llama así porque conservamos la mayor parte de los órganos, como la matriz, ovarios, etc. Hay etapas ya más avanzadas, donde no se puede hacer un tratamiento conservador, sino uno radical que ya lo lleva a cabo el oncólogo, donde te quitan matriz, ovarios, varias partes de la pelvis, se hacen quimioterapias o radioterapias.
Pero antes de eso, podemos quitar el tejido de la matriz que está infectado, a base de una cauterización, de una carbonización del tejido y con eso destruimos el tejido infectado, que puede tener displasia y se considera una lesión pre maligna y con el tiempo puede llegar a ser una lesión maligna».
Recomienda, además, que niñas y niños a partir de los 11 años se apliquen la vacuna para evitar el VPH, aun antes de su primera relación sexual. Y llama a los hombres a revisarse con frecuencia, pues aunque no desarrollan una enfermedad grave, pueden propagar el virus.
“Este cáncer es fácilmente prevenible, por pena, ignorancia, por machismo o por falta de cultura de salud, no le damos la atención necesaria a ese tipo de padecimientos pero son altamente prevenibles», finaliza.
«Hoy nuestro llamado a la acción para mujeres y hombres es:
– Si eres mujer acude a tu clínica de salud o ginecólogo para que te realicen el Papanicolaou o prueba de VPH.
– Si eres hombre, acompaña a la mujer que más ames a la clínica o al ginecólogo (Abuela, mamá, tía, esposa, hija, prima o amiga)».