Cuando la macroalga se apila en determinado lugar, los lixiviados que se producen derivados del proceso de descomposición se filtran al subsuelo, tal como lo han documentado investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De tal suerte que el amonio, nitrógeno, fósforo, arsénico y ácido sulfhídrico que se producen cuando el sargazo se descompone, así como los metales pesados -plomo e incluso oro- que acarrea en su travesía oceánica.
Ricardo Hernández Ruiz
Puerto Morelos (México), 28 jul (EFE).– Las miles de toneladas de sargazo recolectadas en los últimos meses en Puerto Morelos, en el estado mexicano de Quintana Roo, han sido ilegalmente desechadas en zonas selváticas y en ríos, poniendo en peligro el ecosistema.
Según alertaron especialistas a Efe, las cerca de 40 toneladas de sargazo acopiadas cada día en este destino turístico son llevadas a tiraderos clandestinos, lo cual constituye un delito medioambiental y viola las normativas federales.
Cuando la macroalga se apila en determinado lugar, los lixiviados que se producen derivados del proceso de descomposición se filtran al subsuelo, tal como lo han documentado investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De tal suerte que el amonio, nitrógeno, fósforo, arsénico y ácido sulfhídrico que se producen cuando el sargazo se descompone, así como los metales pesados -plomo e incluso oro- que acarrea en su travesía oceánica.
Todo estos compuestos se están infiltrando a los ríos subterráneos, explicó este domingo a Efe la académica Rosa Rodríguez-Martínez, de la UNAM.
Personal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Puerto Morelos y de la empresa Dakatso trabajan conjuntamente en la recolección del sargazo desde mayo pasado.
A un costado del inicio de la denominada Ruta de los Cenotes, a cuatro kilómetros de la costa del Mar del Caribe, se encuentra uno de los sitios donde han tirado toneladas de esta plaga marina que afecta desde hace más de un año la región, causando pérdidas en el sector hotelero y gastos adicionales para limpiar las playas.
Debajo de esta ruta se encuentra una compleja red fluvial que, de acuerdo con el Plan Municipal de Desarrollo Urbano del municipio, corresponde a una importante área de captación de lluvia.
Desde 2015, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en los lineamientos generales para la remoción del sargazo de las playas del Caribe mexicano, se determinaron las normas de depósito final.
«El depósito definitivo se realizará en los sitios y formas autorizadas por la autoridad competente (Semarnat y municipio)», se lee en el punto número 12 de dicha normativa.
Asimismo, en 2018, la Secretaría del Medio Ambiente (SEMA) estatal habilitó siete espacios de depósito final que, pese al sistemático y constante arribo de toneladas de sargazo, en 2019 se redujeron a solo cinco, uno de los cuales se encuentra, precisamente, en Puerto Morelos.
Pero al preguntar a los trabajadores de Dakatso el porqué no llevaban el sargazo al depósito oficial, éstos respondieron que está saturado, por lo que decidieron cambiar de lugar.
Ni el lugar oficial ni este nuevo cuentan con la protección medioambiental para evitar filtraciones: una geomembrana, es decir, material impermeabilizante.
A pregunta expresa, Dagoberto Ruiz Lavín, director general de Grupo Dakatso, negó los hechos, arguyendo que el contrato no contempla el depósito final.
A la empresa Dakatso, con giro comercial de hojalatería y pintura, el gobierno municipal le concedió un contrato por ocho meses de trabajo.
«Yo lo recolecto en el mar y se pasa de las embarcaciones menores a la sargacera. Llego a la orilla de la playa con las lanchas de apoyo, suelto las bolsas (donde se recolectó), lo vacío en las bandas anfibias que cargan el camión y del camión sale al destino (de disposición final)», explicó a Efe.
No obstante, en varias visitas al lugar se pudo constatar que es el personal uniformado e identificado cómo trabajadores de Dakatso llenan el camión –con estampados del municipio–, y lo conducen hasta la Ruta de los Cenotes y vacían allí la plaga marina.
Sea como sea, parte del agua que se encuentra en los cenotes, termina en el mar. Y de esta manera, parte de los contaminantes, también.
Y según un estudio reciente de la UNAM, la combinación de los materiales emanados del sargazo en el agua, genera condiciones hipóxicas –de poco oxígeno– lo cual ha causado la muerte de organismos de 78 especies.
Además, la eutroficación -el cambio químico del agua generado por el exceso de nutrientes, generados por el sargazo- también ha matado a más del 30 % del segundo sistema arrecifal más importante del mundo, ubicado en Quintana Roo, advierte a Efe María del Carmen García Rivas, presidenta del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos.