La autora de la serie de fotografias fueron tomadas por la periodista Meredith Kohut, quien desde hace tres meses ha cubierto en su totalidad las protestas opositoras duramente reprimidas por el régimen venezolano.
Ciudad de México, 28 de julio, (SinEmbargo/Infobae).- La reportera gráfica Meredith Kohut, enviada especial del diario The New York Times en Caracas, logró poderosas fotografías de la ola de manifestaciones contra el régimen de Nicolás Maduro que se desarrollan en Venezuela casi diariamente desde el 1 de abril. La represión de las fuerzas de seguridad chavistas con bombas lacrimógenas, balas de goma y tanquetas blindadas han dejado 116 muertos hasta el momento, según el registro del Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social (OVCS).
Kohut trabaja en Venezuela desde hace nueve años, y desde hace dos años que está enfocada en la situación de la población ante la peor crisis económica de la historia del país. «He presenciado su creciente ira a medida que los alimentos y las medicinas desaparecen y el autoritarismo de Maduro se intensifica», afirmó la estadounidense en su crónica publicada este sábado por el reconocido periódico.
La fotógrafa contó que desde hace tres meses su trabajo consiste en trasladarse hacia la línea del frente de las marchas convocadas por la coalición Mesa de Unidad Democrática y captar todos los rostros cuando empieza a sentirse en el aire el gas lacrimógeno que lanza la Guardia Nacional Bolivariana contra los manifestantes. «Me siento como si estuviera dentro de un videojuego, saltando constantemente sobre obstáculos y esquivando proyectiles que zumban desde todas las direcciones», contó.
Desde el 1 de abril, Venezuela es escenario de multitudinarias protestas antichavistas luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asumiera las competencias del Parlamento, aunque esta decisión fue parcialmente revocada después. Las marchas hacia oficinas gubernamentales se recrudecieron el 1 de mayo cuando el presidente Nicolás Maduro convocó a una Asamblea Nacional Constituyente para reformar el ordenamiento jurídico del país y para, según él, derrotar una golpe de Estado en su contra y lograr la paz. Todo esto sumado a la desesperante crisis económica que sufren todos los venezolanos.
Meredith Kohut recuerda especialmente La Marcha de las Cacerolas Vacías, cuando las familias golpearon en todo el país sus utensilios de cocina para reclamar por la escasez de comida y el aumento de los precios. Una reciente encuesta remarcó que el 90 por ciento de los venezolanos asegura que no puede pagar los alimentos que necesita.
Las fotografías de Kohut en Caracas también muestran la desigual «batalla» entre los jóvenes opositores y los agentes del régimen militar. Los «guarimberos», los manifestantes que se ubican al frente de las marchas cuando empieza la represión, improvisan cascos y escudos para protegerse de los disparos de balas de goma y bombas lacrimógenas, letales a corta distancia.
En medio de estos hechos ya habituales en Venezuela, políticos del régimen y de la oposición siguen expresando sobre una posible salida dialogada a la crisis que vive el país.
Henry Ramos Allup, diputado opositor y ex presidente del Parlamento, contempló la posibilidad de negociar con Maduro siempre que este «suspenda inmediatamente» el proceso Constituyente activado por el chavismo y «convoque elecciones libres para cambiar de Gobierno».
A medida que se acerca la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, prevista para el 30 de julio, para redactar una nueva Carta Magna, dirigentes oficialistas y opositores han hecho públicas opiniones discordantes sobre nuevas conversaciones, sin que ninguno de los dos bandos haya revisado sus posturas encontradas.
En estas circunstancias, el chavismo se movilizó este sábado en Caracas y algunos estados del país para promover las elecciones del 30 de julio. «La ANC le pertenece al pueblo de Venezuela, no a ustedes, y no hay nada que negociar, absolutamente nada», dijo en uno de estos eventos dirigiéndose a la oposición el influyente político chavista Diosdado Cabello, cerrando la puerta a cualquier opción alternativa a la Asamblea Constituyente.