Dice el cantautor español que mejor vayamos descansados el próximo sábado 7 de julio, porque está volviendo locos a productores y representantes para que todo en el Lunario esté al servicio de su música, que presentará en cuatro actos.
Ciudad de México, 28 de julio (SinEmbargo).- Si no conoces a Carlos Ann (1966) corre pronto a encender Spotify y escúchalo. El viaje será tremendo. No sólo tiene una voz seductora, unos temas melódicos y percusivos a la vez, sino que es un maestro de las letras.
Amante de la poesía, ha hecho con Juan Gelman un discazo, junto a Marionna Aupí, que –cuenta él mismo– “Juan lo pudo escuchar y junto a su mujer Mara lo bailaron de cabo a rabo”.
El sábado 7 de julio, Carlos Ann se presentará en el Auditorio Nacional y para él más que un concierto “será una ceremonia, un acto litúrgico, una experiencia sónica y emocionalmente, que estará dividida en cuatro actos, donde se interpretarán más de 35 canciones”.
Su reciente álbum es Mapa Mental, que ocupará la primera parte. La segunda estará compuesta por canciones de sus otros trabajos La nada, Descarado y Entre lujos y otras miserias.
La parte tres de este enigmático y sensorial concierto estará compuesta y acompañada por los guitarristas Juan Carlos Allende y Enrique Rodríguez (Chavela Vargas). Ambos fueron pieza importante para la grabación del álbum «El Tigre del Congrés». Aquí se hará un excelso recorrido por dicho proyecto musical. Y como broche de oro, para cerrar esta gran celebración a la música, se dará paso a un set más rockero, energético y fuerte, donde se escucharán canciones de su disco «Bala Perdida» y varias sorpresas.
Con más de 20 años de exitosa trayectoria, diez discos editados de manera solista, cuatro con agrupaciones, cuatro bandas sonoras de películas, dos libros de poesía: «Líneas perdidas y Lágrimas de vino« y un sinfín de presentaciones por España, México, Estados Unidos, Argentina, Colombia y Guatemala, Carlos Ann ofrecerá una noche mágica e irrepetible el próximo sábado 7 de julio en el Lunario.
–Estuve escuchando casi todo el día tu disco dedicado a Juan Gelman.
–Fue un disco muy bonito.
–Ahí levantabas un poco la voz, diferente a este nuevo trabajo, «Mapa mental».
–Sí, es cierto, el tema de Gelman lo marcó sobre todo su poemario, en el caso de «Mapa mental» es cierto que es también muy poética, porque yo escribo el texto, pero también lo musicalizo…es una especie de recapitulación, una brújula cósmica y por eso se llama así.
–¿Este «Mapa mental» lo vas a presentar aquí?
–¡Va a ser una locura! Tengo a los del Lunario como locos, el productor dice que nunca ha visto algo así, porque 35 canciones no las ha hecho nunca nadie, eso sin contar las sorpresas. A «Mapa mental» lo tocaré íntegramente, porque lo que me gusta es que cuando voy a escuchar un concierto tocar todo el disco. Es una cosa que normalmente no se hace, porque los artistas tocan cuatro temas del nuevo disco y el resto cosas del pasado.
–¿Cómo va a ser el set con los guitarristas de Chavela Vargas?
–Mucho más cantinero, arrabalero, bohemio, dramático, de tequila… a ver cómo llego allí yo de tequila (risas). También tocaré temas del disco Bushido, que hice con Enrique Bunbury, Shuarma y Morti.
–Ahora está muy de moda el reggaetón y los autores de canciones lo tienen un poco difícil.
–Mira, ante las modas no se puede luchar. Creo que los artistas que tenemos un largo recorrido, las cosas no dan igual. El reggaetón es una cosa, pero si no fuera eso sería otra cosa. Lo que te puedo decir y esto lo comparto con Enrique Bunbury que hay cosas mucho más interesantes que el reggaetón. Yo no lo escucho y puedo vivir perfectamente sin él.
–¿Cuál es tu pulsión artística? Vivimos mucho tiempo de estrés, de depresión… ¿Tu música te salva, salva a los demás?
–La verdad es que intento hacer canciones lo más honestas posible. Son canciones muy emocionales, pero luego al escribirlas y cantarlas hace que yo en cierta manera evolucione o sane. Hay mucha gente que se suicida porque el mundo, la sociedad, está llevando directamente a un “suicidio colectivo”. El capitalismo no da la felicidad ni mucho menos, estamos en una era del capitalismo que no es dulce, estamos en un capitalismo completamente depredador, en el que eres participativo o estás fuera de la sociedad. Eso nos conduce a suicidios y a desapariciones.
–¿Hacer canciones te ha llevado a recorrer el país, el mundo?
–Sí, he recorrido lugares que de otra manera no podría haber conocido. Mi carrera es independiente, es una carrera hecha con la artesanía pura, desde el amor hacia el arte y desde la honestidad. Todo lo que viene, incluso las cosas que no me espero, las recibo siempre con gran satisfacción.
–Has hecho un disco dedicado a José María Panero, otro a Gelman, en el último disco está Alejandro Jodorowsky…¿encuentras a los poetas?
–A veces la vida te los pone enfrente. ¿Cómo conocí a Gelman? Él fue a Barcelona y se fue a cenar a casa de una de mis mejores amigas. Me invitaron, pero yo no fui, estaba muy cansado y no sabía que iba a estar él. Pero al cabo de un tiempo, Juan organizó una comida en México. No he forzado mucho las cosas, así se dan.
–A él le encantó el disco.
–Él lloró con ese disco. Lloraban él y su mujer y bailaban los dos mientras lo escuchaban. Yo estaba alucinado.