La colección Luz Portátil de Artes de México, que este año cumple una década, establece un diálogo entre dos lenguajes: la imagen y la lengua. En esta ocasión, presentamos las fotografías de Silvia Andrade, acompañadas por textos del poeta Arturo González Cosío
Por Valeria Guzmán
Ciudad de México, 28 de mayo (SinEmbargo).- La colección Luz Portátil de Artes de México, que este año cumple una década, establece un diálogo entre dos lenguajes: la imagen y la lengua. En este cruce, podemos establecer tres conversaciones: una respecto a la imagen, otra respecto a la lengua y una última, sobre la manera en que ambas se encuentran.
En esta ocasión, lo haremos pensando en el título número 28, reciente de la colección: Oráculo, compuesto por fotografías de Silvia Andrade (ganadora del primer premio del Festival Internacional de la Imagen en 2011 y del Premio Nacional de México dentro del concurso Sony World Photography Awards este año) y textos del poeta Arturo González Cosío.
1.Ver más de cerca
Silvia Andrade tomó las 64 fotografías que integran este libro en el Jardín Botánico Regional Roger de Orellana. Cada mañana, meditaba guiada por uno de los hexagramas del libro oracular del I Ching (o Libro de las mutaciones). Después de este ejercicio, capturaba alguno de los ejemplares del jardín con una toma microscópica. El resultado: una renovación del lenguaje visual. Así como hay distintos idiomas, también hay varios lenguajes en la fotografía. ¿A cuál pertenecerían estas fotografías? Acaso al científico: Silvia Andrade es ingeniera química y especialista en microscopía electrónica de barrido. Pero estas imágenes están al mismo tiempo en el territorio del arte. Mirarlas despierta la sensibilidad pues nos acerca, literalmente, a la naturaleza y nos introduce a una intimidad que desconcierta. Las fotografías están en blanco y negro, lo que enfatiza las texturas y los contornos de cada planta. A la manera de Chris Marker y Alain Resnais en Les Statues Meurent Aussi, ver tan a detalle estas figuras nos hace relacionarlas con otras texturas: ¿esas líneas de un pétalo no se parecen a las venas que se dilucidan en nuestra piel?
2.Vuelta a la palabra
Una de las enseñanzas que nos dejó Octavio Paz con respecto al haiku es que su valor reside en su espiritualidad. Ésta se nombra a través de descripciones de la naturaleza que la muestran en distintas circunstancias que se tornan en recursos poéticos. Uno de ellos es la oposición complementaria, presente en este poema de Arturo González Cosío, que corresponde al hexagrama 55 Feng, “La plenitud”:
Próxima la cosecha,
al mediodía
se ven las estrellas.
Por otra parte, explica Paz, Kobayashi Issa (discípulo de Basho) fue el poeta japonés que introdujo al hombre al haiku no a manera de confesión, sino de correspondencia. Esta tradición continúa y González Cosío se inscribe en ella:
30 Li
Lo adherente
Retozan potros,
juegan cachorros
y el viejo de recrea.
Algunos de sus poemas también se tornan en imágenes deslumbrantes que nos revelan, como las imágenes de Andrade, correspondencias escondidas:
23 Po
La desintegración
Cardumen luminoso
flota en círculos,
¿luna de otoño?
3.Encuentros
Oráculo se vuelve justo eso, una respuesta, al momento de unir la imagen y la lengua. Los griegos viajaban a Delfos para que Pitonisa les dijera qué deparaban sus destinos. Con base en el resultado, se jugaban la vida por conseguir el destino que sabían irrevocable. El hombre moderno también debe viajar. Este libro sugiere que el nuevo viaje sea hacia el interior, pues está concebido en la meditación. La respuesta debe encontrarse en la contemplación y la correspondencia, de este modo recobraremos lazos que creíamos perdidos entre la naturaleza y nosotros. Cada aspecto de nuestras vidas puede verse a través de un espejo que la poesía muestra a través de la analogía.
Silvia Andrade y Arturo González Cosío, Oráculo. México: Artes de México, 2015.
Pueden adquirir Oráculo en el link: http://bit.ly/Oraculo1
Preparado para SinEmbargo por la redacción de Artes de México: http://www.artesdemexico.com.