En solo dos semanas, los países infectados por el virus que causa el mal del COVID-19 se triplicaron. A la fecha se han detectado pacientes en más de 188 naciones de todo el mundo, superando los 559 mil, y una cifra de fallecidos que ya está por encima de los 26 mil.
Por Emmanuel Gentile
Ciudad de México, 28 de marzo (RT).- El pasado 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que el nuevo brote de coronavirus podía ser caracterizado como una pandemia. Esto implica que una enfermedad que comienza como epidemia o brote, es decir, que afecta a una población determinada en un mismo período de tiempo —en este caso Wuhan, China— se extiende hacia otros países. Sobre todo si adquiere una proyección global.
En solo dos semanas, los países infectados por el virus que causa el mal del COVID-19 se triplicaron. A la fecha se han detectado pacientes en más de 188 naciones de todo el mundo, superando los 559 mil, y una cifra de fallecidos que ya está por encima de los 26 mil.
EN BUSCA DE LA CURA
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó este miércoles en rueda de prensa que el primer ensayo de vacuna se haya iniciado apenas 60 días después de que China comunicara la secuencia genética del virus.
Conozca los síntomas del #COVID19
Pueden aparecer de 1 a 12 días después de la exposición. pic.twitter.com/oK5zwo4xtm
— OPS/OMS Guatemala (@OPSGuate) March 19, 2020
La autoridad sanitaria reconoció a «los investigadores de todo el mundo que han aunado fuerzas para evaluar terapias experimentales de manera sistemática». Para coordinar los esfuerzos, la organización lanzó un gran estudio internacional al que denominó de Solidaridad, en el que participarán varias naciones como Argentina, Bahrein, Canadá, España, Francia, Irán, Noruega, Sudáfrica, Suiza y Tailandia, y podrían sumarse más. Hasta ahora, hay en estudio más de 30 tratamientos que incluyen fármacos y una veintena de vacunas, aunque la cura podría estar lista recién dentro de 18 meses, según Ghebreyesus.
GRIPE A H1N1
La última vez que la OMS reconoció que el planeta se enfrentaba a una pandemia fue en 2009, con la Gripe A o H1N1, también llamada en un principio «gripe porcina», por su origen animal determinado por la ciencia. Hacía cuarenta años que un virus de influenza no provocaba una propagación tan alta.
Los primeros casos fueron detectados en California, Estados Unidos, en el mes de abril, pero en poco tiempo la enfermedad se extendió y llegó a otros continentes. Se han descubierto contagios en más de 200 países.
Entre septiembre de 2009 y abril de 2010, fueron administradas 4 millones de dosis de vacunas contra el H1N1. El fin de la pandemia fue declarado por la OMS en agosto de ese mismo año. Para entonces, se contabilizaban más de 18 mil muertes, según el organismo dependiente de la ONU.
EL VIH
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), fue descubierto en 1981 y hasta hoy está presente en más de 160 países. Su contagio afecta el sistema de defensa del organismo ante posibles enfermedades, aunque un portador puede no presentar síntomas durante un período de tiempo prolongado.
Su transmisión es principalmente sexual, aunque también puede darse por vía sanguínea o transmitirse de una madre embarazada a su hijo. El origen no está definitivamente claro, pero varios estudios lo relacionan a un virus presente en chimpancés del África Central entre 1910 y 1930.
El VIH puede provocar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que es cuando el cuerpo no está en capacidad de protegerse a sí mismo. Desde el inicio de la pandemia hasta el cierre de 2018, se han registrado 32 millones de muertes por enfermedades relacionadas con el virus del sida, principalmente en África.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONUSida), gracias al acceso a la terapia antirretrovírica, a partir del pico de casos de 1997 las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 40 por ciento, y los decesos bajaron en un 56 por ciento desde 2004 a la fecha.
Este miércoles, la OMS advirtió que, en los países pobres, donde hay poco acceso al agua potable, persiste la desnutrición y hay altas tasas de VIH, los portadores del virus son mucho más propensos al contagio de coronavirus. «Es posible que la población más joven esté más en peligro en África que en otras partes del mundo», analizó la agencia sanitaria.
GRIPE DE HONG KONG
Entre 1968 y 1969 se produjo la pandemia del virus de tipo A H3N2, también llamada «gripe de Hong Kong», que causó alrededor de un millón de muertos.
De origen aviar, los primeros casos surgieron en el sur de China, aunque la enfermedad se distribuyó a otros continentes, llegando a Estados Unidos y Europa para fines de 1969.
La vacuna fue desarrollada en noviembre de 1968, y junto con otros antibióticos y tratamientos médicos se logró frenar la pandemia.
LA GRIPA ASIÁTICA
Al igual que el coronavirus, la gripe asiática fue reportada por primera vez en China, en febrero de 1957. Desde allí se propagó a Hong Kong, Singapur, Taiwán y Japón. Meses después, se registraron casos en América, Europa, África y Oceanía. La cantidad estimada de muertes se calcula en un millón cien mil personas a nivel mundial.
Gracias a una medicina mucho más avanzada para ese entonces, el desarrollo de una vacuna contra el virus H2N2, más el acceso a antibióticos, evitaron que la pandemia se expandiera y alcanzara un contagio mayor.
LA GRIPE «ESPAÑOLA»
En 1918, en el contexto de la Gran Guerra, el mundo enfrentó a la denominada gripe «española», causada por el virus H1N1. Si bien los primeros casos surgieron en Estados Unidos y Francia, propagándose luego a toda Europa, fue la prensa de España la que dio las primeras informaciones sin censura, ya que esa nación no estaba involucrada en el conflicto bélico.
Este tipo de influenza resultó de extrema gravedad y causó hasta 50 millones de muertos, principalmente niños y ancianos, según la agencia estadounidense Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Fue, sin dudas, una de las pandemias más devastadoras de la historia. Y no hubo vacunas ni remedios efectivos para frenarla. Solo medidas restrictivas parciales como las cuarentenas, la higiene y el aislamiento personal para evitar contagios fueron apaciguando el virus de manera progresiva, hacia fines de 1919.