La sociedad latinoamericana «no va a tolerar más» corrupción y a todos los candidatos les será cobrada una agenda de transparencia, dijo en entrevista con Efe Fábio Januário, consejero delegado de la constructora brasileña Odebrecht.
Odebrecht protagonizó, junto con otras 15 constructoras brasileñas, el mayor escándalo de corrupción en la historia del país al participar de una red que desvió, por medio de licitaciones fraudulentas y contratos inflados, millonarios fondos de la petrolera estatal Petrobras.
El ejecutivo señaló que hoy la sociedad es mucho «más crítica» en relación a la corrupción y que esa mayor consciencia «va a estar mucho más presente», en un año en el que varios países, como Costa Rica, Paraguay, Cuba, Colombia, México, Brasil y Venezuela, celebrarán elecciones.
Por Carlos Meneses Sánchez
Sao Paulo, 28 de marzo (EFE).- La sociedad latinoamericana «no va a tolerar más» corrupción y a todos los candidatos les será cobrada una agenda de transparencia, dentro del intenso ciclo electoral que afronta la región este año, dijo en entrevista con Efe Fábio Januário, consejero delegado de la constructora brasileña Odebrecht.
«Creo que esa agenda, efectivamente, de combate a la corrupción, de intolerancia en ese aspecto por parte de la sociedad, es una agenda que vino para quedarse, no tene retorno», afirmó Januário.
El ejecutivo señaló que hoy la sociedad es mucho «más crítica» en relación a la corrupción y que esa mayor consciencia «va a estar mucho más presente», en un año en el que varios países, como Costa Rica, Paraguay, Cuba, Colombia, México, Brasil y Venezuela, celebrarán elecciones.
«Naturalmente va a haber un reflejo en esas cuestiones que envuelven elecciones en todos esos países, pero es más una cuestión de la consciencia», completó.
Tras recalcar que Odebrecht, compañía que se vio envuelta en un escándalo de corrupción de dimensión internacional, es «no partidista» y sin «preferencia política», Januário aseveró que los casos destapados «van a ayudar» en la «maduración del proceso democrático» de los países.
«Creo que la sociedad de los países de América Latina, incluido Brasil, no van a tolerar más actos de corrupción. Sin duda, esos escándalos van a ayudar en la mejoría del proceso democrático en esos países, en la maduración del proceso democrático de esos países. Creo que sin duda eso va a pasar», subrayó.
«Toda la sociedad va a exigir todo ese nivel de transparencia y compromiso a los nuevos gobernantes. Independientemente de cualquier afiliación partidaria, esa es una agenda que efectivamente va a ser cobrada a todos los candidatos», añadió.
Odebrecht protagonizó, junto con otras 15 constructoras brasileñas, el mayor escándalo de corrupción en la historia del país al participar de una red que desvió, por medio de licitaciones fraudulentas y contratos inflados, millonarios fondos de la petrolera estatal Petrobras.
La corrupción en Odebrecht no se limitó a Brasil y se expandió por otra decena de países de Latinoamérica y África, cuyas autoridades investigan el pago de sobornos a sus políticos de parte de la constructora.
La compañía ha cerrado acuerdos de colaboración con la Justicia en Brasil, Estados Unidos, Suiza, República Dominicana, Panamá, Guatemala y Ecuador en los que, además de pagar millonarias multas, reconoció haber cometido los actos ilícitos y se comprometió a no repetirlos.
«Tenemos más acuerdos cerrados, pero existen cláusulas de confidencialidad y no podemos divulgar por respeto a la soberanía de esos países, para que lleven las investigaciones en curso sin ninguna información que pueda obstaculizar las investigaciones», apuntó.
«Estamos en negociación con todas las autoridades en todos los países sin excepción», añadió.
Desde el escándalo, Odebrecht inició un profundo proceso de reestructuración y transformación «bastante significativo», dijo Januário, a través de la implementación de una nueva agenda de gobernanza y de cumplimiento normativo («compliance programme»).
En este sentido, la empresa empieza a recoger los frutos tras firmar este mes un contrato con la compañía Furnas, subsidiaria del grupo energético brasileño Eletrobras, el primero con una empresa pública del país tras el escándalo.
«Los problemas del pasado están siendo enderezados», asegura.
El consejero delegado de la división Ingeniería y Construcción del grupo Odebrecht dice que todos esos cambios son para que la empresa pueda «estar preparada para una apertura de capital en el menor espacio de tiempo posible».
«Vamos a estar preparando la compañía para una apertura de capital (…) Podemos decir que en el segundo semestre de 2019 vamos a estar bien avanzados en esa posibilidad. Ella no es un fin, precisamos estar preparados para que sea una alternativa», matizó.
En su opinión, la agenda de cumplimiento normativo es «una agenda de diferencial competitivo» y aquellos «actores de la construcción que no perciban esa necesidad de transformación y que no se embarquen» en ella «van a dejar de existir».