La inundación del Mediterráneo tomó sólo unos años con descargas de hasta 100 millones de metros cúbicos por segundo, unas mil veces el caudal medio del Amazonas. Científicos españoles califican este cambio medioambiental como el más importante desde la desaparición de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
España, 28 de febrero (EFE).- Un estudio internacional en el que participaron investigadores del español Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC) halló nuevas evidencias de la megainundación del Mediterráneo Oriental, hace 5 millones de años.
El estudio, que publicó la revista Scientific Reports, identificó en el subsuelo del canal de Sicilia un gran volumen de sedimentos arrastrados por el flujo de agua que rellenó de nuevo la cuenca del Mediterráneo hace 5.3 millones de años, con lo que pudieron localizar el punto por el que la masa de agua accedió de la cuenca occidental a la oriental.
La megainundación ocurrió durante el periodo Zancliense cuando una entrada masiva de agua atlántica en la cuenca del Mediterráneo acabó con lo que se conoce como Crisis de Salinidad del Messiniense (CSM), un período durante el cual se produjo la desecación parcial del Mar Mediterráneo.
El investigador del ICTJA-CSIC Daniel García Castellanos, coautor del estudio, explicó que encontraron en el subsuelo del canal de Sicilia un cuerpo de sedimentos que califican de «extenso» y «caótico» al que denominaron «Unidad 2».
Según el estudio, estos sedimentos estarían formados por los materiales erosionados y arrastrados por el inmenso flujo de agua que, a través del estrecho de Sicilia, inundó la cuenca Jónica una vez que se inundó la cuenca occidental del Mediterráneo con agua proveniente del océano Atlántico y que había entrado primero por el actual estrecho de Gibraltar.
Estos sedimentos se encuentran, según los investigadores, por encima de una capa de sales depositada con anterioridad durante la desecación parcial del mar Mediterráneo ocurrida durante la CSM y bajo otra de sedimentos de origen marino común depositados una vez que se restablecieron las condiciones oceánicas normales.
«Los depósitos que hemos identificado en nuestro estudio se caracterizan por tener poca reflectividad de las ondas sísmicas y por carecer de una estructura interna ordenada de capas, una característica que es típica de los sedimentos originados por inundaciones catastróficas», detalló García Castellanos.
El trabajo indica que el cuerpo sedimentario hallado junto a la falla submarina de Malta tiene forma de cuña y se le estima un grosor de hasta 860 metros en algunos puntos.
Según García Castellanos, se trataría de la mayor acumulación conocida de sedimentos originados por una megainundación.
Los investigadores han identificado también el punto del canal de Sicilia por el que las aguas procedentes de la cuenca occidental del mar Mediterráneo habrían entrado en la cuenca Jónica durante la Mega Inundación Zancliense.
Podría tratarse de un cañón submarino que tiene una forma única: su cabeza tiene forma de anfiteatro y una anchura cercana a los seis kilómetros y «es similar a aquellos cañones erosionados rápidamente por megainundaciones».
Los investigadores interpretan que el cañón submarino actuó como el colector del inmenso flujo de agua que entró en la cuenca Mediterránea Oriental.
«Según los modelos del artículo que publicamos en la revista Nature en el año 2009, la inundación del Mediterráneo habría tenido lugar en tan solo unos pocos años, produciéndose descargas de hasta 100 millones de metros cúbicos por segundo, unas mil veces el caudal medio del Amazonas actual», puntualizó García Castellanos.
«Nuestro trabajo vuelve a poner sobre la mesa el carácter abrupto y catastrófico de los cambios medioambientales ocurridos durante el periodo Messiniense, los más importantes ocurridos desde la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años», según el investigador.